Aunque la Conmebol ya entregó el fallo, el partido entre Independiente y Universidad de Chile sigue desatando reacciones tanto en nuestro país como al otro lado de la cordillera.
En ese contexto, Fernando Montenegro, líder de la Agrupación Puro Sentimiento Rojo -oposición a la actual administración de Independiente-, conversó con En Cancha sobre la resolución del ente continental, además de repasar las culpas al interior del Rojo.
Según el abogado, en Independiente la principal responsabilidad caen en la dirigencia liderada por Néstor Grindetti, presidente del club, quien no tomó resguardos. Por otra parte, habla de un problema de la sociedad argentina y chilena en estos temas.
—¿Cómo recibió la decisión de la Conmebol respecto al partido con la U?
En principio lo que siente todo hincha de Independiente es una gran injusticia. No tanto por la sanción en sí, sino porque se percibe como un premio a la actuación de la barra chilena y al club Universidad de Chile, sin que existan castigos a las conductas inapropiadas de su hinchada, que estuvo varias horas atentando contra nuestros hinchas.
Más allá de eso quiero remarcar algo: tanto en Chile como en Argentina tenemos problemas estructurales en dos pilares de la sociedad, que son la educación y la seguridad. La violencia en el fútbol no se puede tomar como un tema de bandera o de camiseta. Debemos condenarla de ambos lados y trabajar en conjunto para que el fútbol vuelva a ser una fiesta. Esto no puede volver a pasarle nuevamente a ninguno de los dos clubes, ni a ningún otro club.
—Usted lidera una agrupación opositora dentro de Independiente. ¿Cómo evalúa la actuación de la actual dirigencia en este caso?
No podemos negar que el operativo de seguridad fue totalmente amateur, con falta de preparación y un alto grado de subestimación. Se hizo todo mal desde el inicio, y esto no es nuevo. Hace tiempo venimos denunciando que la dirigencia gobierna el club de la mano de la barra.
Un ejemplo claro es lo que pasó el día anterior al partido con la U. Había una asamblea para tratar el presupuesto y la barra asistió para proteger a los dirigentes de las críticas de los mismos socios. Esa convivencia es preocupante, la dirigencia de Independiente alimentó a este monstruo que tiene como barra. Hoy el club es víctima de los violentos de la U, pero también de sus propios violentos y de un sistema que sostiene a las barras.
—En Chile se habló mucho de la “liberación de la zona” al final del partido, cuando la barra de Independiente cruzó la cancha para agredir a hinchas de la U rezagados. ¿Cómo interpreta ese hecho?
Ese fue el punto más grave. Si la barra se hubiera quedado quieta, lo más probable es que la Conmebol hubiese determinado la clasificación de Independiente. Lo que nos condena es que, siendo el organizador, nuestra barra atravesó de arco a arco para agredir a los chilenos.
No hay justificación posible. La violencia nunca puede contestarse con más violencia. Además, la policía estatal no estaba presente por decisión de la propia dirigencia, solo había seguridad privada sin preparación ni autoridad real. Eso es algo insólito si se compara con otros estadios del mundo.
—También llamó la atención que hinchas de la U lograran entrar con diferentes elementos prohibidos.
Eso demuestra las falencias del operativo. En Argentina, y creo que en Chile también, a un hincha local le revisan hasta una botella de agua, pero acá hinchas que son visitantes cruzaron la frontera con bombas de estruendo y cuchillos como si nada. Hubo una cadena de responsabilidades compartidas, y todo esto estalló porque la organización fue amateur y subestimó la situación desde el principio.
- Te podría interesar: Oficial: Definida la transmisión de la U contra Alianza Lima por Copa Sudamericana

La polémica reacción de Independiente
El viernes, el cuadro argentino emitió un comunicado solicitando a Conmebol la desaparición de cualquier símbolo de Independiente en el museo de Luque. Según Montenegro, la postura tomada por la dirigencia del Rojo, es errada.
—Después del fallo, la dirigencia de Independiente pidió incluso que Conmebol retire los trofeos y objetos del club en su museo. ¿Qué le parece esa reacción?
Me parece infantil. Los logros de Independiente no son patrimonio de esta dirigencia, sino de toda la institución. Además, es poco inteligente romper relaciones con el mismo organismo al que luego se le quiere apelar.
—En Chile hubo un fuerte respaldo a la U, incluso del Gobierno. En Argentina, en cambio, Independiente se vio bastante solo en el caso. ¿Debería haber actuado más la AFA?
Sí, la AFA debió acompañar, no necesariamente en defensa absoluta, pero sí respaldando a uno de sus clubes. En Chile esto fue tomado casi como una causa nacional, hasta el Presidente opinó.
En cambio, aquí el Presidente de la AFA pareció más molesto por el pedido del museo que por la sanción a Independiente. Eso deja a la institución en absoluta soledad.
—Tras la eliminación y la sanción sin público, ¿cómo queda el futuro dirigencial de Independiente?
La dirigencia ganó en las urnas, pero perdió toda legitimidad. Hoy no tiene credibilidad entre los socios ni en la hinchada. Prometieron resolver la crisis económica, pero terminamos dependiendo de colectas impulsadas por un influencer, no por ellos. Todo está bajo un manto de sospecha y oscurantismo.
¿Elecciones anticipadas? Es difícil, porque la Asamblea de Representantes está dominada por el oficialismo, que tiene mayoría. Legalmente pueden seguir, pero socialmente no tienen legitimidad: es muy difícil que a partir de ahora puedan mirar a los socios a la cara.