
Universidad de Chile atraviesa un momento clave en la temporada con la llave de Copa Sudamericana ante Alianza Lima pero en paralelo comienza a proyectar lo que será el plantel del próximo año.
En esa planificación surge un punto crítico: el futuro de sus tres centrodelanteros, todos con situaciones contractuales complejas y con un rendimiento que no termina de asegurarles continuidad.
¿Horas contadas para Di Yorio y Guerra?
El caso más claro es el de Lucas Di Yorio. El argentino llegó a préstamo desde Brasil con una cláusula de compra automática por minutos jugados que ya no cumplirá, aunque mantiene una opción de compra por 1,5 millones de dólares.
En la U valoran que ha sido el atacante que mejor respondió, pero los números pesan: es el sueldo más alto del plantel (cerca de 60 millones de pesos mensuales) y la inversión que requiere su permanencia genera dudas en Azul Azul. Para asegurar su continuidad, el delantero necesitaría demostrar un nivel muy alto en lo que queda de año.
Una situación similar vive Rodrigo Contreras, también a préstamo con opción de compra por 1,5 millones de dólares. Sin embargo, a diferencia de Di Yorio, el atacante argentino convence menos desde lo futbolístico.

Tucu suma apenas 8 goles en 27 partidos, cifras que no justifican la fuerte inversión que significaría retenerlo. Hoy, en la interna universitaria, aparece más cerca de despedirse que de continuar.

El futuro de Nicolás Guerra
El tercer caso es el de Nicolás Guerra, que finaliza contrato en diciembre. Pese a haber sido titular en partidos relevantes como ante Alianza Lima y Colo Colo, tampoco logra consolidarse como una carta indiscutible.
El maipucino desde hace meses ha manifestado su interés por sumar más minutos, incluso explorando la posibilidad de una primera experiencia en el extranjero. En ese contexto, su permanencia parece difícil, aunque no se descarta que pueda continuar en un rol secundario dependiendo de lo que muestre en los últimos meses de competencia.
Con este panorama, el futuro de la delantera azul está marcado por la incertidumbre. Ni Di Yorio, ni Contreras, ni Guerra tienen asegurada su presencia en 2026, y todo apunta a que Universidad de Chile deberá salir al mercado nuevamente en busca de varios referentes ofensivos que se ajuste a sus exigencias.