
No ha sido un receso tranquilo para Universidad de Chile. Mientras el plantel retoma los entrenamientos con la mente puesta en su pelea por los primeros lugares del Campeonato Nacional y la semifinal de Copa Sudamericana ante Lanús, el panorama se complicó para Gustavo Álvarez con miras a su próximo partido.
El técnico argentino deberá armar un verdadero rompecabezas para el duelo frente a Palestino, programado para el lunes a las 16:00 horas en el estadio Santa Laura, en medio de un escenario plagado de bajas y con el Chile 2 en juego.
Cuatro bajas confirmadas y una defensa en emergencia
De entrada, el entrenador azul no podrá contar con Franco Calderón, quien cumplirá su segunda fecha de suspensión, ni con Fabián Hormazábal, castigado por acumulación de tarjetas amarillas.
A eso se suman las lesiones de Marcelo Díaz y Matías Sepúlveda, dos piezas clave en la estructura de Álvarez que siguen en recuperación y quedaron completamente descartados.
Si la situación ya era compleja, el escenario se tornó crítico con las citaciones de Javier Altamirano y Lucas Assadi a la Selección Chilena.

Ambos fueron llamados para el amistoso ante Perú, programado para este viernes, y por reglamento no pueden ser liberados unilateralmente por el club.
En Azul Azul existía la intención de solicitar su salida, pero las relaciones actuales con la ANFP no invitan al optimismo: todo indica que deberán cumplir con La Roja antes de regresar al CDA.

Poco descanso y Lanús en la mira
El principal conflicto radica en el tiempo: menos de 72 horas después del Chile–Perú, Universidad de Chile deberá medirse con Palestino. Un calendario que deja a Álvarez sin margen para contar con dos de sus máximas figuras, quienes además han sido pilares durante toda la temporada.
Aun si Altamirano y Assadi regresaran sin contratiempos, el DT no planea arriesgarlos, considerando la llave ante Lanús por semifinales de Copa Sudamericana, donde los azules buscarán hacer historia.
Más allá de las ausencias, el duelo ante Palestino será trascendental en la tabla. Ambos equipos marchan igualados con 39 puntos, aunque Universidad de Chile tiene un partido pendiente.
En la práctica, se trata de un enfrentamiento directo en la lucha Chile 2, cupo que entrega la clasificación a la próxima Copa Libertadores y que se ha transformado en la gran obsesión del elenco universitario tras perder virtualmente el título ante Coquimbo Unido.