
La continuidad de Gustavo Álvarez en Universidad de Chile atraviesa horas decisivas. En las últimas horas, trascendió que el entrenador argentino tendría todo acordado para asumir la selección de Perú en 2026, lo que marcaría el fin de su etapa en el club azul.
La posible salida del DT se explica por diversos factores: su interés en seguir creciendo profesionalmente, una tentadora oferta económica y, sobre todo, varios desencuentros con Azul Azul que habrían deteriorado la relación.
Los roces entre Gustavo Álvarez y Azul Azul
El primer conflicto público entre Álvarez y la dirigencia se produjo a mitad de año, cuando el técnico manifestó abiertamente su deseo de fichar a Eduardo Vargas.
“Los mercados son para aprovecharlos. Eduardo Vargas me interesa, es un jugador que quiero, después está en el club las negociaciones y el presupuesto”, señaló en conferencia de prensa.

Sin embargo, según información que maneja En Cancha, la mesa directiva —con excepción del gerente deportivo Manuel Mayo— no compartía la idea. Finalmente, Turbomán fichó por Audax Italiano, lo que generó decepción y molestia en el trasandino.

El segundo desencuentro ocurrió durante el cierre del mercado de fichajes de invierno, cuando la U solo incorporó a Felipe Salomoni y Sebastián Rodríguez (reemplazo de Gonzalo Montes), pese a tener un cupo extra disponible.
Álvarez consideró que el club “desaprovechó el mercado”, insistiendo en su visión de que el plantel debía reforzarse para competir con mayor equilibrio.
Incluso, hace algunos días, el técnico volvió a deslizar críticas hacia la dirigencia. “Estoy muy conforme con los jugadores, pero no hablo de cambiar jugadores, sino de tener más jugadores. Se necesita un plantel más extenso para afrontar las competencias con equilibrio”, advirtió Álvarez en su última conferencia.
El viaje que colmó la paciencia
El tercer motivo de tensión fue revelado por El Mercurio. Según el medio, Álvarez se mostró incómodo por el viaje en vuelo comercial que realizó Universidad de Chile a Lima para enfrentar a Alianza Lima por cuartos de final de Copa Sudamericana, considerando que el club debió haber gestionado un desplazamiento más acorde al nivel competitivo.
Consultadas por En Cancha, fuentes de Azul Azul señalaron que el reclamo del técnico llamó la atención dentro del directorio, ya que durante toda la temporada el equipo ha viajado —tanto dentro como fuera del país— en vuelos comerciales sin mayores inconvenientes, aunque entienden que en semifinales o en un eventual final, la situación podría cambiar.
Con todos estos antecedentes, la salida de Gustavo Álvarez de la U parece inminente. Mientras tanto, en Perú ya lo esperan para encabezar un nuevo proceso rumbo al Mundial 2030.