
A solo horas de que se juegue el partido entre Deportes Copiapó y Universidad de Concepción, una de las figuras del León de Atacama recordó sus inicios en el fútbol.
Sparring de Universidad de Chile 2011, campeón de la Copa Sudamericana, John Santander conversó con En Cancha sobre su paso por los universitarios.
Formado en la U e hincha de los Azules, el lateral izquierdo de 31 años tiene una emotiva historia con el elenco que en ese entonces era dirigido por Jorge Sampaoli.
Lee tambiénEn Copiapó no quieren saber nada con los ascensos por secretaría: “No se toma el peso a lo que conseguimos en cancha”Hace unos años, Santander reveló sentirse arrepentido cuando pidió salir a préstamo por tener pocos minutos, algo que le pesa hasta el día de hoy. Aun así, no agota la esperanza de volver a los Laicos, algo que incluso en su familia le piden.
La deuda pendiente de John Santander, figura de D. Copiapó
- Hace unos años nos dijiste que te arrepentías de irte tan joven de la U. ¿Sigues pensando lo mismo hoy?
Esa vez dije que me arrepentía de haber tomado decisiones apresuradas cuando chico, de haber salido de la U. Típico cabro chico que se amurraba porque no tenía una oportunidad en el plantel. Y lo sigo pensando. Ese arrepentimiento va a estar siempre. Esa culpa que yo tengo de haber salido de ahí apresuradamente va a estar siempre. Es una espinita que me va a quedar en mi carrera futbolística.
- Pasa mucho quedar con una deuda pendiente en las carreras de los futbolistas. En tu caso, ¿piensas o te proyectas en tener una revancha? Ya sea en Universidad de Chile u otro equipo de esa envergadura.
Obvio, me gustaría volver a la U. Hice todas mis inferiores ahí, de chico que soy de la U. Pude debutar ahí, firmé mi primer contrato en ese club. Entonces obviamente me gustaría volver, pero ya viéndolo más en la realidad, me gustaría terminar mi carrera en lo más alto. Si se puede terminar mi carrera jugando en Primera División, sería ideal. Me siento bien físicamente, pleno en lo emocional, psicológica y deportivamente. Ya viéndolo en la realidad, me gustaría terminar mi carrera jugando, si Dios quiere, en Primera. Si se llega a dar, lo veo lejano, pero en una de esas volver a la U. Sería lo más lindo para todos, para mi familia. Siempre mi mamá me dice que le gustaría volver a verme en la U. Pero se lo dejamos a Dios, Él nos tiene a todos preparado algo, hay que seguir trabajando.
- Quizás tienes una ventaja en ello, que es tu perfil y posición de lateral izquierdo. Ahí puede abrirse una opción a diferencia de otros jugadores donde hay más opciones por puesto.
Es un puesto en el que hay muy pocos jugadores que lo pueden manejar bien. Igual hay hartos jugando en Primera que son extraordinarios. Yo me estoy preparando para lo que venga, que sé que siempre será lo mejor. Si es acá (en Copiapó) seré un agradecido, y si es en otro lado, voy a seguir trabajando para conseguir lo que ya me propuse, que es terminar en Primera División. Si trabajas y te entrenas bien, si eres buen profesional, la oportunidad va a estar. Y hay que estar preparado para tomar esa oportunidad.

- En tu tiempo en la U, ¿quiénes eran tus referentes o qué jugadores de ese plantel histórico del 2011-2012 te aconsejaban?
A nosotros los sparrings siempre nos tenían bien considerados en el plantel, todos eran super buenos compañeros, te brindaban la mano siempre. Pepe Rojas era el capitán y siempre nos estaba hablando a los más jóvenes. Chueco (Eugenio Mena), aunque no hablaba mucho, siempre estaba para dar un consejo. Roberto Cereceda igual, siempre me hablaba en todo sentido. Tengo muy buenos recuerdos de ese plantel. En general, todos siempre estaban ayudando a que nosotros mejoráramos. Waldo Ponce también me aconsejaba. Hay muchos jugadores de esa generación que nos hablaban harto para seguir creciendo.
- ¿Cómo era el trato con esos jugadores? Mencionas a Mena y Cereceda, también estaban otros históricos que están hoy como Marcelo Díaz y Charles Aránguiz.
Siempre me fijé en todo, el rendimiento, el tema físico, todo lo que me podía fijar del Chueco Mena y Cereceda. Lo fui aprendiendo y así se me dio la oportunidad de estar. Ellos siempre me trataron bien, me aconsejaban de cómo actuar o si tenía una duda iba y se las preguntaba, y siempre me brindaban su ayuda en todo momento. Tuve muy buena escuela.
Díaz y Aránguiz eran extraordinarios como jugadores y como personas. Marcelo siempre nos ayudaba, nos exigía harto también. Pero era por el bien de nosotros y de ellos también. Y Charles no hablaba mucho, pero siempre nos daba un consejo, nos trataba de ayudar y nos tiraba para arriba cuando nosotros nos equivocábamos en algún trabajo. Tengo muy buenos recuerdos de mi paso por ahí, siendo sparring de esa U que ganó todo.
- Y de Jorge Sampaoli, ¿qué recuerdas?, ¿cómo fue ese trato entre DT y jugador?
Era trabajólico el profe, era muy bueno para el trabajo. Pero a nosotros nos agarraba mucho más Becaccece. Y teníamos nuestro propio técnico de sparrings, que era el profe Cristian Leiva. Ellos eran los que más nos preparaban a nosotros. Y bien, él (Sampaoli) te exigía como a uno más del plantel. Y lo bueno que tenía es que si te veía bien entrenando, nos hacía entrenar con el plantel para hacer los mismos trabajos y si él te veía bien, si hacías bien los movimientos y en el partido que venía le podías servir, no tenía problemas en citarte.
Y así lo hizo con muchos de nosotros. Muchos jugábamos con 17, 18 años. Y después íbamos siempre a la banca, nos citaba, y era netamente por rendimiento. Era muy detallista en ese sentido, no se le escapaba ningún detalle y por eso le fue tan bien en la U y después en la selección.
Él sentía que nosotros ya estábamos preparados, tenía una confianza plena en que nosotros lo íbamos a hacer bien, no nos miraba como cabros chicos. Nos miraba como uno más del plantel. Debutamos muchos jugadores con él, y si lo hicimos, es porque nos tenía confianza, de que podíamos hacerlo bien. Pero el profe Cristián Leiva es quien más nos aconsejaba. Nos quitaba un poco la ansiedad, nos sacaba una risa, era el encargado de aconsejarte más que Sampaoli.







