
Universidad de Chile cerró una de sus semanas más oscuras del año con una derrota dolorosa en Talcahuano. El 1-0 ante Huachipato, consumado en el último suspiro por un penal innecesario, terminó por reflejar el desgaste emocional y físico de un equipo que se quedó sin respuestas en el momento más decisivo de la temporada.
El conjunto de Gustavo Álvarez mostró intenciones, pero no ideas. Dominó en la posesión, presionó alto y buscó por todos los medios vulnerar a Rodrigo Odriozola. Sin embargo, la falta de claridad ofensiva y las imprecisiones terminaron diluyendo cualquier atisbo de reacción.
En medio del desconcierto colectivo, también se acentuó la confusión individual. Futbolistas agotados, rendimientos a la baja y decisiones técnicas difíciles de comprender marcaron la jornada.
Así, más que una derrota puntual, lo de la U en el CAP fue el retrato de un ciclo que empieza a mostrar grietas: un equipo vencido y un DT que parece haber perdido el rumbo.

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Gabriel Castellón: El guardameta respondió en los pocos embates de Huachipato durante el partido. En el penal que determinó el resultado, poco pudo hacer. Nota: 5,0.
Fabián Hormazábal: Uno de los peores partidos que ha jugado en el último tiempo. El diestro comenzó en un rol más defensivo en el primer tiempo y fue soltado como un extremo en la segunda etapa, sin embargo, nunca pudo ser factor, Visiblemente agotado. Para colmo, cometió un innecesario penal en la última jugada del partido que derivó en el resultado final. Nota: 3,0.
Franco Calderón: El central no fue una prenda de garantía. En las pocas ocasiones de Huachipato, le costó la transición defensiva, dejando espacios peligrosos en la zaga. Nota: 4,5.
Matías Zaldivia: Sigue sin brillar como hace unos meses. Impreciso y menos seguro respecto a su mejor versión, también fue víctima de una semana agotadora para los azules. Nota: 4,0.
Israel Poblete: El volante fue regular, primero jugando como mediocampista y luego derechamente como lateral diestro. Tampoco pudo gravitar, aunque aportó su tradicional despliegue. Nota: 5,0.
Marcelo Díaz: Tuvo un buen primer tiempo, pero en la segunda etapa no logró entregarle el orden necesario a un equipo visiblemente desgastado y con poca chispa. Nota: 5,0.
Charles Aránguiz: Aportó el poco orden y claridad que tuvo el equipo. Fue el motor y quien protagonizó las mejores oportunidades ofensivas de la U. Nota: 5,5.
Maximiliano Guerrero: El serenense sigue sin chispa y en la primera etapa le costó realizar el tradicional relevo con Hormazábal. Pese a eso, protagonizó una de las llegadas de mayor peligro de la U, pero en el plano general, no está siendo solución para el ataque. Por este motivo fue reemplazado al entretiempo. Nota: 3,0.
Javier Altamirano: Se ve notoriamente disminuido físicamente y extraña en demasía la asociación que encontraba con Lucas Assadi en tres cuartos de cancha. Aún así, logró organizar las pocas jugadas ofensivas de los laicos. Nota: 4,5.
Matías Sepúlveda: Al igual que sus compañeros, con el correr de los minutos vio mermada su capacidad asociativa a merced del cansancio de la semana. En la segunda etapa lanzó centro excesivamente imprecisos. Nota: 4,5.
Lucas Di Yorio: Se las arregló con lo que pudo. Aunque no tuvo un partido particularmente bueno, logró que Odrizola fuera una de las figuras del encuentro con varias intervenciones positivas. Nota, 5.5
Felipe Salomoni: Nuevamente fue el más incisivo de Universidad de Chile. Pese a tener solo 45 minutos de acción, gravitó y lanzó centros peligrosos, eso hasta caer en la dinámica de imprecisiones que primó en el partido del Romántico Viajero. Nota: 6,0.
Gustavo Álvarez: El DT atraviesa el momento más complicado de su ciclo en la U. Más allá de alcanzar las semifinales de Copa Sudamericana, se aprecia un desgaste en su proceso y sus decisiones no ayudan. Ante Huachipato se mostró perdido, sin reacción para encontrar el rumbo. Su decisión más polémica fue realizar solo un cambio durante el partido, pese a las más que evidentes muestras de cansancio de sus dirigidos. Nota: 2,0.







