Universidad de Chile volvió a los abrazos. En la cancha, el equipo consiguió un triunfo revitalizador ante Everton que lo mantiene en carrera por los puestos de copas internacionales.
Sin embargo, puertas adentro, el ambiente no es el mismo. A medida que se acerca el final de la temporada, la continuidad de Gustavo Álvarez tiene más dudas que certezas.
Más allá de los discursos públicos, tanto del entrenador como de la dirigencia, en el CDA reconocen que la relación entre el técnico y la plana directiva se ha desgastado.
Un ciclo que se acerca a su fin
Desde el entorno de Álvarez reconocen a En Cancha que el DT no ve con malos ojos un cambio de aires. Siente que cumplió un ciclo en la U, tanto por los roces con la dirigencia como por el desgaste natural tras una temporada exigente.
En lo futbolístico, su nombre ganó prestigio internacional gracias a la campaña en Copa Sudamericana, pero la imposibilidad de conseguir el título local —su principal objetivo— le deja la sensación de una tarea inconclusa.
A eso se suma una seguidilla de episodios que complicaron la relación: conflictos en el mercado de fichajes, molestia en torno a la logística de viajes y cierta distancia en el día a día con la plana ejecutiva.
Álvarez, según cercanos, mantendrá el profesionalismo hasta el final, pero ya no siente el mismo respaldo ni sinergia con Azul Azul respecto a sus primeros meses.
“Siempre en los grupos de trabajo hay puntos de vista distintos. Por eso digo, cuando termine la temporada sacaré conclusiones, pero ahora porque no me lo permito. Parece frase hecha, pero salimos de este campo pensando en Limache”, admitió el DT este jueves.
La postura de la dirigencia
En paralelo, la cúpula de Azul Azul también ha iniciado movimientos silenciosos. Aunque no existe una decisión formal, ya comenzaron a revisar en silencio perfiles de entrenadores pensando en 2026.
La sensación general es que, al igual que el técnico, tampoco consideran descabellado un eventual cambio de ciclo, sobre todo si la evaluación de fin de año es negativa, o en palabras simples, la U queda fuera de la próxima Copa Libertadores.
Las palabras de Michael Clark, presidente de Azul Azul, reflejan ese cambio de tono. El empresario, que durante gran parte del año respaldó públicamente a Álvarez, ahora prefiere dejar abierta la puerta a una revisión total del proyecto.
“Tenemos un tremendo cuerpo técnico, buen profesional y mejor persona aún. A final de año vamos a evaluar qué es lo mejor para el club y las carreras futbolísticas de los jugadores. Ya llegará ese minuto”, afirmó Clark en conversación con los medios tras el triunfo ante Everton.
En duda el futuro de Álvarez en la U
La continuidad de Álvarez también genera dudas en los históricos del club. Sin ir más lejos, Víctor Hugo Castañeda sembró la incógnita respecto al DT en conversación con En Cancha.
“Tuvo una planilla bastante elevada comparada con sus antecesores y tuvo que replantearse los objetivos porque eneste segundo semestre era la Copa Sudamericana y el Torneo Nacional, y a ninguno de los dos pudo llegar a la definición, ni siquiera en Copa Chile”, detalló.
La situación entre Azul Azul y el DT tampoco se trata de un conflicto grave, ambas partes mantienen el diálogo, pero todo responde a un desgaste natural debido a varios desencuentros acumulados tanto dentro como fuera de la cancha.
En la U entienden que el cierre de temporada será clave para el futuro deportivo del club, sin embargo, es difícil que la relación con Álvarez mejore al nivel de planificar otro año trabajando en conjunto.
Por ahora, nadie lo dirá en público, pero tanto el entrenador como la dirigencia ya se preparan para un cambio de aires. Mientras tanto, la U intenta mantener el foco deportivo con la sensación de que el ciclo de Gustavo Álvarez se acerca lentamente a su final.