El cierre de temporada para Universidad de Chile dejó sensaciones encontradas. La clasificación a la Copa Sudamericana 2026 cumplió uno de los objetivos mínimos, pero no logró esconder del todo el sabor amargo que marcó el final de un año lleno de vaivenes deportivos que generan ruido puertas adentro del Centro Deportivo Azul.
En ese escenario, una de las “víctimas” del desenlace es Lucas Di Yorio. El delantero anotó en la victoria ante Deportes Iquique en la última fecha, un tanto clave para sostener la ilusión internacional, sin saber que ese tanto sería también su despedida silenciosa del club.
El extraño adiós de Lucas Di Yorio
Tras el encuentro en el norte, el plantel regresó a Santiago con normalidad. Fue ya en el CDA donde Di Yorio recibió la notificación que no había llegado durante toda la temporada: Universidad de Chile no activaría su opción de compra, fijada en 1,5 millones de dólares.
El atacante argentino tomó sus pertenencias y se despidió discretamente de algunos compañeros, cerrando así un ciclo que nunca tuvo una señal formal de término… hasta ese día.
Desde la interna del club admiten que sí existieron intentos por negociar un monto menor con Athletico Paranaense, dueño de su pase. Sin embargo, las respuestas desde Brasil nunca fueron favorables.
La U buscó flexibilidad, pero la postura del club brasileño fue inamovible. Lo más llamativo es que Di Yorio nunca fue informado previamente de que no seguiría, incluso cuando su rendimiento, o al menos sus goles, se sostuverion hasta el final del torneo.
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¿Di Yorio mereció otra oportunidad en la U?
El arribo de Lucas Di Yorio a Universidad de Chile se dio precisamente para ocupar el espacio que había dejado Cristián “Chorri” Palacios tras la temporada 2024, cuando el uruguayo se marchó del club tras no cumplir con las expectativas.
En ese curso anterior, Palacios fue el delantero titular de los azules. El oriental disputó 26 partidos en Primera División, fue titular en 25 de ellos, convirtió 11 goles, entregó 3 asistencias y acumuló 1.644 minutos en el certamen.
En Copa Chile, jugó 10 encuentros, ocho como estelar, con dos goles, una asistencia y 510 minutos en cancha. En total, el Chorri cerró aquella temporada con 36 partidos oficiales, 13 goles, cuatro asistencias y un promedio de conversión cercano a un gol cada 166 minutos.
Ese vacío fue el que vino a llenar Di Yorio en la temporada 2025, quien fue, con distancia, el máximo goleador del equipo en el año.
El argentino jugó 27 encuentros en el torneo, marcó 12 tantos, entregó una asistencia y sumó 1.740 minutos, registrando un promedio de anotación de un gol cada 145 minutos.
En el plano internacional, su presencia también fue constante: disputó siete partidos de Copa Sudamericana, con un gol y una asistencia en 416 minutos, además de seis encuentros de Copa Libertadores, donde convirtió una vez.
Así, Di Yorio cerró su ciclo en la U con 44 partidos oficiales, 14 goles, dos asistencias y más de 2.700 minutos en cancha, es decir, un gol cada 192 minutos... promedio levemente peor al de Palacios.
Quizás las pocas diferencias que sacó Di Yorio en materia estadística respecto al delantero que vino a reemplazar fueron el factor determinante para que en Universidad de Chile tomaran la decisión de no pujar por su continuidad. Ahora, los laicos buscan al nuevo dueño de sus goles de cara al 2026.
