
La controversia por el choque de eventos volvió a instalar el debate sobre la administración del Estadio Nacional. El conflicto surgió luego de que la producción del festival metalero Loserville entrara en disputa con el Mundial de Hockey Césped Femenino Junior por la prioridad de uso del principal coloso del país.
En medio de esta tensión, el alcalde de Ñuñoa, Sebastián Sichel, volvió a cuestionar la gestión del recinto y planteó públicamente su intención de que el municipio partícipe en la administración junto al Instituto Nacional del Deporte (IND).
Sichel cuestiona la “sobresaturación” del Estadio Nacional
El jefe comunal sostuvo que la situación vivida con el Mundial de Hockey es solo un ejemplo más de problemas estructurales en la gestión del recinto. “La administración del Estadio Nacional no está siendo racional. Se está sobreexplotando en materia de eventos y no se está conciliando lo deportivo con los espectáculos masivos, como ocurrió ahora con el Mundial (Juvenil) de Hockey”, señaló.

Sichel además apuntó a un tercer factor: la falta de consideración hacia los vecinos. “Nunca se miran las externalidades. Cada vez que se aprueba un evento, no se miden los impactos en tránsito, ruido ni en la vida cotidiana del sector.”
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El alcalde planteó tres ejes para justificar su ingreso a la administración del Estadio Nacional:
- Medición de impactos territoriales: evaluar efectos en el barrio, saturación vial y consecuencias para los residentes.
- Uso de ingresos para mejoras urbanas: destinar parte de los arriendos del recinto a veredas, espacios públicos y mitigaciones.
- Administración racional: cambiar los incentivos actuales que privilegian el arriendo permanente por sobre el equilibrio entre deporte, espectáculos y bienestar vecinal.
“El administrador del Estadio tiene presión del Ministerio de Hacienda para rentarlo lo más posible, y eso deja en segundo plano lo deportivo, el impacto en los vecinos y la vida pública”, afirmó Sichel.
Para Universidad de Chile, este nuevo escenario podría significar un actor adicional en las negociaciones para utilizar el Estadio Nacional, justo cuando el club busca estabilidad en su localía tras años de itinerancia.
Además, la relación entre Sichel y la U ha tenido episodios tensos desde que el exministro asumió la alcaldía de Ñuñoa, principalmente por el alza en el arriendo del reducto.
El jefe comunal también se había opuesto a que el Superclásico entre la U y Colo Colo se jugara en el recinto a comienzos de año, y ha manifestado repetidamente molestias por los efectos de los partidos azules en el barrio.
Sichel y su crítica directa a los partidos de la U
El alcalde ha sido especialmente enfático con el uso de fuegos artificiales durante los encuentros del cuadro universitario.
“Mira, estoy bien cansado del asunto del Estadio Nacional. Yo estaba feliz porque había ganado la U, pero como alcalde lo paso pésimo: los vecinos están chatos. Los fuegos artificiales no están autorizados, afectan en días hábiles, hay guaguas alrededor, y además se genera comercio ilegal. Es un desastre”, afirmó tras el duelo entre Universidad de Chile e Independiente por Copa Sudamericana.







