La discusión por la falta de un estadio propio en Universidad de Chile volvió al centro del debate tras los recientes dichos de Jorge Segovia, quien reveló que en su momento la U incluso intentó comprarle el Estadio Santa Laura a Unión Española.
Un tema largamente postergado, que hoy aparece como una de las principales urgencias del club. En ese contexto, En Cancha conversó con Johnny Ashwell, exgerente de Azul Azul entre 2007 y 2009, y exdirigente de Unión Española, quien entrega una mirada con perspectiva histórica sobre por qué la U no avanzó antes hacia un estadio propio, cómo cambió el escenario en los últimos años y por qué hoy la situación es radicalmente distinta.
Desde la relación con el Estadio Nacional hasta el arriendo de Santa Laura, Ashwell analiza las limitaciones del modelo actual y plantea, sin rodeos, que para la U el estadio propio ya no es solo un proyecto deseable, sino una necesidad.
- En su etapa en Azul Azul, ¿se pensó alguna vez seriamente en un estadio propio?
No. En esa época no era un tema real. El directorio no veía viable tener un estadio propio. Además, la concesión de la U es por 20 años y los propietarios originales eran la corporación. También eran inversionistas que veían el proyecto como un negocio. Un estadio implicaba una inversión muy grande cuya rentabilidad no necesariamente iba a llegar directamente a ellos. Eso influyó mucho.
- ¿Hoy es viable que la U tenga su propio estadio?
Hoy sería muy útil y muy positivo para la U. El problema es que difícilmente un inversionista privado va a dar ese paso, salvo que por amor al club aparezca un mecenas con un gran patrimonio.
- ¿Más que viable, hoy es una necesidad?
Sí, hoy es una necesidad. El Estadio Santa Laura ya le queda chico a la U por la cantidad de abonados que tiene. No entran todos. La U necesita un estadio para al menos 40 mil personas. Hoy tiene una base de abonados que lo justifica plenamente. Esa masa crítica permite financiar un estadio sin mayores problemas. La situación es muy distinta a la de hace diez o quince años. Hoy la U tiene que tener su estadio y puede hacerlo.
“La U nunca tuvo un contrato exclusivo con el Estadio Nacional, y eso siempre fue una dificultad adicional”
- ¿Cómo compara la relación de la U con el Estadio Nacional antes y ahora?
Antes los estadios estaban pensados para el fútbol. Yo jugué en la U entre 1976 y 1983 y se jugaba tanto en Santa Laura como en el Estadio Nacional, con jornadas dobles y triples. Con el tiempo eso cambió. Como dirigente vivimos muchas dificultades, porque el Estadio Nacional pasó a depender del Estado y comenzaron a exigirse criterios de rentabilidad. Se priorizaron conciertos y otros eventos, y el fútbol dejó de ser el eje central. Incluso la ANFP exigía a los clubes tener contratos que aseguraran la disponibilidad del estadio donde iban a jugar. La U nunca tuvo un contrato exclusivo con el Estadio Nacional, y eso siempre fue una dificultad adicional.
- ¿La U tiene o tuvo alguna prioridad real para asegurar partidos en el Estadio Nacional?
No. Nunca ha tenido prioridad real. A la U nadie le asegura que va a poder jugar cuatro meses seguidos en el Estadio Nacional. Eso pasa hasta hoy. No existe ninguna garantía. De hecho, ocurre lo que vemos ahora: un partido se programa para el Estadio Nacional y a los pocos días se cambia a Santa Laura. Es muy difícil para la U planificar así.
- ¿Eso ya pasaba antes?
Sí. Me acuerdo de que alrededor de 2014, cuando yo estaba en Unión Española, hicimos un contrato de arriendo con la U por todo el año para jugar en Santa Laura. Fue un contrato interesante. Jorge Segovia negoció con la U y se les aseguró un mínimo de 10, 12 o 15 partidos en el estadio. La U pagó una suma importante por ese arriendo y, a cambio, tuvo estadio. Eso les permitió programar con tiempo, trabajar la seguridad y tener certeza. Fue una experiencia positiva.
- Ese acuerdo fue importante también para Unión Española desde lo económico...
Sí, fue muy importante. Finalmente, se jugaron más partidos de los pactados, cerca de 14 o 15. Ese ingreso fue un recurso relevante para las finanzas de Unión Española. Un club se financia con auspicios, con los ingresos del canal del fútbol, con la venta de jugadores y con la asistencia de público. Si eso no alcanza, el propietario tiene que poner dinero de su bolsillo. Mientras más ingresos tenga el club por otras vías, menos tiene que aportar el dueño. Por eso el arriendo del estadio a la U fue clave en ese momento.
- ¿Por eso hoy los clubes buscan generar ingresos con eventos y espectáculos en los estadios?
Exactamente. Todo sirve para generar fuentes de financiamiento. Financiar un club de fútbol profesional es muy complejo. Los ingresos muchas veces no alcanzan para el nivel de gastos que tiene un equipo de Primera División, y más aún si aspira a competir internacionalmente o a ser campeón.
- Pensando en el futuro, ¿sería clave mantener la relación entre la U y Unión Española para el arriendo de Santa Laura?
Seguramente sí. Dependerá de los acuerdos, de los valores y de si a Unión Española le conviene. En principio, siempre le conviene. Eso sí, Santa Laura nunca ha sido un estadio barato y no creo que lo sea ahora. Todo dependerá de cómo se negocien los términos.
- Se ha hablado de cifras cercanas a los 50 millones de pesos por partido. ¿Eso es real?
No lo sé. Al menos en nuestra época no era así. Llevo siete años fuera de Unión Española y no puedo decir si hoy ese es el valor real del arriendo.