
Universidad de Chile comienza a ver luz al final del túnel en una negociación que se extendió más de lo previsto y que terminó condicionando buena parte de su planificación para 2026.
Tras varios días de conversaciones, la U y el entorno de Gustavo Álvarez alcanzaron su primer acuerdo clave, uno que permite encaminar definitivamente la salida del entrenador argentino del CDA.
Comienza a aclararse el futuro de Álvarez
Según información de En Cancha, ambas partes concordaron en un punto central: la situación debe quedar completamente zanjada este viernes.
Ese plazo fue asumido como una necesidad compartida. Por un lado, la dirigencia azul requiere despejar cuanto antes la banca para avanzar en la elección del nuevo entrenador; por otro, Álvarez tampoco quiere que el conflicto se siga dilatando y termine desgastando su salida del club.
Ese entendimiento marca un giro respecto de los días anteriores, donde las diferencias económicas y las versiones cruzadas mantenían la negociación en un punto muerto.
Hoy, en cambio, existe consenso en que no tiene sentido prolongar un escenario incómodo para ambas partes, sobre todo considerando que Universidad de Chile necesita comenzar a ejecutar decisiones deportivas de cara a la pretemporada 2026.
Otro aspecto relevante donde ya hay acuerdo tiene relación con la fórmula de pago. Independiente del monto final que se termine pactando, este se resolverá en cuotas, lo que permitió destrabar una de las principales trabas de la negociación y acercar posiciones entre Azul Azul y el representante del entrenador.
En esa misma línea, también quedó claro que Gustavo Álvarez no pagará los 1,2 millones de dólares correspondientes a la cláusula de salida estipulada en su contrato.
La cifra final será menor y forma parte de los últimos detalles que se están afinando para cerrar definitivamente el acuerdo, lo que representa un punto intermedio entre las posturas iniciales de ambas partes.

La U deben empezar a definir el 2026
Con este escenario, Universidad de Chile empieza a ordenar un proceso que durante semanas generó ruido en la interna del club y también puertas afuera.
La resolución del vínculo con Álvarez no solo permitirá cerrar una etapa, sino también avanzar de lleno en la definición del nuevo entrenador y en la planificación del plantel, dos temas que quedaron en pausa mientras se extendía la negociación.
Si no surgen contratiempos de último momento, este viernes marcará el cierre formal de la era de Gustavo Álvarez en la U. Un final más complejo de lo esperado que comienza a tomar forma y abre la puerta para que el club empiece, ahora sí, a construir su proyecto deportivo para la próxima temporada.







