La selección española le sacó los colores a Alemania con una goleada histórica por 6-0 con la que se clasificó para su primera final a cuatro de la Liga de Naciones, tras un partido brillante y pleno de efectividad, en el que los pupilos de Luis Enrique se reencontraron a lo grande con el gol y fueron muy superiores a un rival sobrepasado.
La Furia Roja ya desarboló en el primer tiempo con buen juego y tres goles de Álvaro Morata, Ferrán Torres y Rodri Hernández a una Alemania débil en defensa, impotente y que sólo tuvo una ocasión, con un tiro al larguero de Gnabry en el minuto 77 de un partido dominado de principio a fin por los españoles, que redondearon su gran encuentro en la segunda parte con dos goles más de Ferrán y otro de Oyarzábal.
A pesar de ello, no todo fueron buenas noticias para España: el centrocampista del Betis Sergio Canales y el defensa del Real Madrid Sergio Ramos se han retirado lesionados del terreno de juego antes del descanso del partido de la Liga de Naciones que enfrenta a España y Alemania en el estadio sevillano de La Cartuja, al sufrir sendas dolencias en el bíceps femoral.
La selección española de fútbol logró este martes en la Liga de Naciones su octava victoria frente a la de Alemania y la más amplia de su historia, al superar el hasta ahora triunfo más amplio: el 3-1 conseguido en 2003 en un amistoso jugado en Palma de Mallorca. España no ganaba al conjunto germano desde la semifinal del Mundial de Sudáfrica, cuando un tanto de cabeza de Carles Puyol, a la salida de un córner botado por Xavi Hernández, selló el histórico 1-0 que dio paso al mayor momento de gloria de su historia.
El triunfo en el Moses Mabhida de Durban fue uno de los momentos estelares dentro de la larga relación de enfrentamientos entre ambos equipos. Fue la confirmación de una selección que se había coronado dos años antes campeona continental precisamente ante Alemania en Viena, con el gol de Fernando Torres, y que volvió a cortar el paso a la 'Mannschaft' para obtener, cuatro días después en el Soccer City de Johannesburgo, el primer y único título mundial.