La polémica se está instaurando tras presentarse incongruencias en las declaraciones de los enfermeros a cargos del cuidado de Diego Maradona. Una de las trabajadoras aseguró haber sido obligada a decir que había controlado al ídolo argentino antes de su deceso.
El primero en ser llamado a declarar fue el profesional de nombre Ricardo, quien era indicado como la última persona en ver al "Pelusa" con vida, a diferencia de lo dicho en primera instancia, que sostenía que el sobrino del "10" había sido testigo de la partida del ex Boca.
Sin embargo, todo se convirtió en una confusión tras conocerse que una enfermera, llamada Gisela, indicó que fue obligada a poner en su informe que había controlado la salud de Maradona, cuando en verdad lo dejó descansar.
Con esto, se comenzó a cuestionar la puesta en práctica de los protocolos que habían para cuidar la salud del campeón de la Copa del Mundo de México 1986. Además, se contradice la versión de que el formado en Argentinos Juniors había estado 12 horas sin cuidado médico.
La data de muerte que pudieron calcular los forenses decía que Maradona había fallecido a eso de las 12 de la tarde del miércoles, minutos después de que su psicólogo Carlos Díaz y su psiquiatra Agustina Cosacho notaran que el astro argentino no se movía ni respondía a los estímulos de estos profesionales.
Finalmente, la autopsia realizada al ídolo reveló que murió por un edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada, incluso, se descubrió que su corazón tenía un tamaño cercano al doble de una persona normal producido por una miocardiopatía dilatada y fue guardado para ser estudiado.