En situación de alerta se encuentra el fútbol brasileño luego de que tres estados de aquel país ordenaron a la Confederación a suspender el fútbol debido al crítico aumento de hospitalizaciones y fallecimientos a causa del coronavirus.
De hecho, las zonas de Ceará, Paraná y Santa Catarina pusieron el ejemplo y ya cesaron sus competencias locales, aunque aún dejan competir a sus equipos en la Copa Brasil.
El momento es crítico. 260 mil personas han muerto en Brasil por responsabilidad del Covid-19, posicionándose como el segundo país más afectado en el planeta, sólo por detrás de Estados Unidos.
Un chileno que podría verse afectado es César Pinares. El ex Universidad Católica, actualmente en Gremio, debería acatar lo que ordenen las autoridades de Porto Alegre que, por ahora, no se han pronunciado al respecto.
El que sí lo hizo fue su técnico, Renato Portaluppi, quien no se mostró contento con la idea de una suspensión: "Le estamos haciendo un favor a la gente, porque al jugar le damos un motivo a la gente para permanezcan en sus casas".
Lo cierto es que los tres estados antes mencionados aseguraron que, en los próximos días, elevarán su petición a la Confederación Brasileña de Fútbol, con el fin de paralizar la actividad tal como se hizo en marzo del 2020, hasta que las cifras vuelvan a ser algo más favorables.
De todos modos, una para total parece ser poco probable, no sólo porque el ente rector del fútbol brasileño aún no se ha pronunciado, sino porque se sabe que Jair Bolsonaro, presidente de la República, es contrario a todo tipo de confinamiento.