Un océano y medio: todo el Atlántico y la mitad del Pacífico. Esa distancia sideral, que en total son 16 mil 043 kilómetros, es la que debió recorrer el ASM Belfort, equipo de la cuarta división de Francia, para jugar su partido correspondiente a la séptima ronda de la Coupe de France.
El elenco que milita en el Championnat National 2 tuvo que trasladarse a Papeete, Tahiti, para medirse ante el AS Venus local, en un encuentro que desde ya hace historia. Aunque no es el único y ratifica que en el torneo copero galo estas distancias monstruosas no son solo una anécdota.
Al tiempo en que Belfort está en la Polinesia, un club de Nueva Caledonia, Hienghène Sport, tuvo que completar una distancia similar hasta Francia, para jugar como visitante ante Olympique de Saint-Quentin, también por la ronda 7 del torneo de Copa.
¿Y si el partido se suspende? ¿Si no permiten el aforo? ¿Si la municipalidad respectiva no abre el estadio? Al parecer, en los cánones de los franceses, esos escenarios no son posibles, pues ambas escuadras mencionadas ya dieron la vuelta al mundo y están en los destinos donde jugarán sus partidos.