Fue la imagen del día en el Mundial de Clubes, y tal vez del torneo. Cuando terminaba el primer tiempo en el duelo por cuartos de final entre PSG y Bayern Múnich, una jugada fortuita entre Gianluigi Donnarumma y Jamal Musiala terminó con el delantero alemán fracturado.
El arquero italiano al principio no se dio cuenta de lo que había pasado, pero al percatarse simplemente quedó conmocionado, al punto de ponerse a llorar mientras atendían a su rival, quien sin dudas ahora afrontará un largo período de recuperación.