Siguen las represalias por lo ocurrido la noche del miércoles en la revancha por Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile. Conmebol debe decidir qué hará con la serie por octavos de final, y también definir los eventuales castigos para cada club.
Sin embargo, el cuadro de Avellaneda ya vive las primeras consecuencias. Y es que el Rojo no podrá jugar de local este fin de semana en su partido por el Torneo Clausura trasandino, donde debía recibir a Platense.
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La razón es que las autoridades trasandinas decidieron clausurar el estadio Libertadores de América, a fin de poder continuar con la investigación sobre los incidentes.
“Ayer hubo un trabajo muy importante de identificación", señaló esta mañana Javier Alonso, ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. “Hay 20 causas judiciales. Hay gente que tiene que rendir cuentas. Hay una empresa de seguridad que tenía que estar y no estuvo. Al coordinador de la Conmebol se le avisó tres veces que había que suspender el partido y no quiso“.
Tal como evidenció ayer la TV trasandina, el estadio de Independiente parecía una verdadera “zona de guerra”, razón por la cual hay mucha evidencia que podría ser útil para las autoridades.
De esta forma, los de Avellaneda tendrán que buscar otro estadio para disputar su partido, algo en extremo complejo considerando que está agendado para este domingo 24. Es probable que se tenga que suspender.

Mientras, la plana directiva del cuadro argentino ya está en la sede de la Conmebol en Asunción para solicitar el triunfo en la suspendida llave ante los azules. Eso sí, se apunta que tal vez esto no sirva de nada, ya que se llevarían el peso de los castigos, e incluso podrían quedar eliminados de la Copa Sudamericana por secretaría, con la U avanzando directamente a cuartos de final.