
El Mundial Sub 20 que se disputa en Chile dejó una de las imágenes más sorprendentes de la fase de grupos: Brasil, una de las potencias históricas del fútbol formativo, quedó eliminada por primera vez en esta instancia.
El equipo dirigido por Ramon Menezes cerró su participación en el último lugar del Grupo C, con solo un punto y un rendimiento muy por debajo de sus antecedentes.
La caída 1-0 ante España en el Estadio Nacional fue el golpe final para una selección que llegaba con la misión de reivindicarse tras las dudas en el Sudamericano, pero terminó firmando un papelón que desató un vendaval de críticas en su propio país.
“Una vergüenza sin precedentes”: la prensa de Brasil estalló
Los principales medios deportivos del gigante sudamericano no tuvieron piedad con la selección Sub 20. “Una vergüenza sin precedentes. Un resultado inadmisible para un país acostumbrado a pelear por el título. Estancado y sin respuestas”, escribió Globo Esporte.
En la misma línea, UOL Esporte calificó la participación como “la peor campaña de todos los tiempos”, asegurando que “la selección se mostró desordenada y sin recursos, incluso recurriendo a la tarjeta verde para pedir un penal inexistente. Faltó liderazgo y sobró ansiedad”.
Por su parte, Meia Hora fue más allá al advertir que no se trata de un accidente, recordando la goleada 6-0 sufrida ante Argentina en el Sudamericano y la ausencia de Brasil en los Juegos Olímpicos de París 2024. “No es un hecho aislado. El fútbol de base vive una crisis profunda que ya no puede ocultarse”, sentenció el medio carioca.


La insólita excusa del DT
El entrenador Ramon Menezes no ocultó su frustración tras la histórica eliminación, aunque buscó justificar el bajo nivel mostrado.
“Estamos todos muy tristes y decepcionados. Esta es mi sexta competición al frente de la selección nacional y es la primera vez que nos eliminan en primera ronda. Es un golpe duro porque no lo esperábamos”, declaró en zona mixta.
El adiestrador culpó de forma insólita al escaso tiempo de preparación y al desgaste físico de sus futbolistas, lo que también generó numerosas críticas en Brasil.
“Nos presentamos a las prácticas el día 22 y jugamos el 28. Muchos jugadores estaban cansados, pero corríamos ese riesgo. Hay que levantar la cabeza. Cuando se gana, se deja una marca y cuando se pierde, también. Quedan cicatrices”, concluyó.