
La Universidad de Chile vivió su propio jueves negro: eliminada de la Copa Sudamericana y más encima con polémica.
Los dirigidos por Gustavo Álvarez sufrieron de sobremanera ante Lanús, cuadro que clavó el primer gol y después se dedicó a manejar el partido y el marcador global (3-2) con inteligencia.
Al final del compromiso, con los jugadores azules ya descontrolados, más de alguno quiso pegarse la última patriada: llevarse a un contrario, como pasó con Leandro Fernández, que buscó a Carlos Izquierdoz para que fuera amonestado y se perdiera la final con el Atlético Mineiro.
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Lee también“Es la vergüenza de Sudamérica”: periodistas argentinos se fueron sin piedad en contra de la U“Y, qué se yo... Es normal, se enojan. En la ida hubo un cruce con Leandro Fernández y ahora me vino a buscar. Yo tenía dos amarillas y no me quería perder la final”, dijo en zona mixta el defensor de Lanús.
“A veces hay que comérsela, pero hay cosas más importantes por delante. Momento duro, entiendo el enojo de ellos por quedar afuera, pero queda en eso y nada más. Somos colegas y le deseamos lo mejor en el torneo chileno”, añadió.







