Noche de copas continentales en Europa, con una vorágine de partidos para todos los gustos. En tan amplia cartelera, aparece el choque que a partir de las 5 de la tarde animarán en Madrid el Rayo Vallecano español y el Lech Poznań polaco, compromiso que, por muy específicos motivos, capta la atención del fútbol internacional.
Por nombre y por los cuadros involucrados, hay que ser un archifanático de todo lo que huela a fútbol para estar pendiente de un partido Rayo-Poznań. ¿Dos equipos de primer orden en el concierto global? Ni cerca... ¿Candidatos al título de la Conference League? Dificilísimo... ¿Figuras consulares a la cancha? No hay por dónde.,,
¿Y por qué, entonces, convoca tanto un duelo Rayo Vallecano-Lech Poznań, por la fase de liga de la Conference? La respuesta está en los fundamentos ideológicos, políticos y sociales que movilizan a ambas instituciones y que, como ocurre en otros casos en el fútbol europeo, se encuentran exactamente en las antípodas.
Rayo Vallecano, un club obrero, barrial, muy a la izquierda del espectro político; Lech Poznań, representante de una ciudad ícono del nacionalismo polaco y con fanáticos que se sienten cómodos en la extrema derecha.
Caos en Madrid: una lucha ideológica que se tomó las calles de la capital española
El miércoles en la noche, las dos barras se enfrentaron en las calles de Vallecas. Hasta el momento, hay un detenido por bando, luego de los disturbios que protagonizaron los Bukaneros, barra radical del Rayo, y los visitantes del Lech Poznań.
El motivo del conflicto fue un aficionado polaco que ingresó a la mala al estadio rayista y pintó un grafiti. Los barrabravas locales se enteraron de esto y comenzó la trifulca.
Un grafiti parece una provocación nimia como para desatar el caos en las calles de la capital española. Pero, más allá de eso, los investigadores apuntan a que la pelea ya estaba pactada desde antes en redes sociales y no se necesitaba un motivo específico para generarla.
Simplemente, ambas aficiones buscaron el enfrentamiento, ya que sus ideologías son radicalmente opuestas: la extrema izquierda del Rayo Vallecano vs. la extrema derecha del Lech Poznań.
¿Quiénes son los barrabravas españoles y polacos que asolaron Madrid?
La hinchada más radical del Rayo Vallecano es la facción denominada Los Bukaneros, fundada en 1992 y que se caracteriza por su perfil anarquista y de izquierda.
Se trata de un sector combativo y que constantemente se expresa en contra de la ultraderecha y el fascismo europeo. Como ejemplo, está lo sucedido en 2017, cuando los hinchas finalmente frustraron el arribo al club del futbolista ucraniano Roman Zozulia, a quien se vinculaba con el neonazismo.
Los Bukaneros también se expresan a viva voz y con acciones de protesta, cuando algún político no afín a sus ideologías asisten al estadio. Lo sufrió la congresista de VOX (partido ultraconservador español) Rocío Monasterio, quien asistió a un partido del Rayo como invitada del presidente de la institución, Martín Presa. La relación entre los barrabravas y el timonel del club está quebrada por eso y otros motivos.
Por el lado de los radicales del Lech Poznań, cuyo principal grupo de choque es el llamado Kolejorz, el fundamento del extremismo se encuentra en la calidad de la ciudad de Poznan de ser una cuna del sentimiento polaco.
La urbe, que es la quinta más grande de Polonia, es históricamente un bastión del nacionalismo en ese país, ya que se le considera como la cuna del estado. Ha sido, también, un foco de resistencia que refuerza el sentimiento polaco, porque allí se gestaron insurrecciones contra Prusia, al principio del Siglo XX, o contra el comunismo, en la década del cincuenta.
Los hinchas de Lech son extremistas. Muchas veces han participado en actos violentos, son abiertamente homofóbicos, anticomunistas y antisemitas. De hecho, hay investigaciones constantes sobre vínculos entre estos hinchas y el narcotráfico, ya que utilizarían a España como un centro de internación de marihuana y cocaína a Polonia, en la vía aérea existente entre Alicante y Poznan.
Más allá del fútbol: la lucha ideológica entre barrabravas
En Sudamérica, el tema es algo más light de lo que ocurre al otro lado del Atlántico. Sí, Colo Colo es del pueblo; la UC de los acomodados. Boca Juniors es arrabal; River Plate, los acomodados. Peñarol el esfuerzo; Nacional la alcurnia... Pero, en realidad, el tema no pasa mucho más allá del folclore. Quizás donde más se manifieste una lucha verdaderamente ideológica en equipos de fútbol por esta parte del mundo sea en Sao Paulo: Corinthians es abiertamente un cuadro de izquierda, mientras que Palmeiras se ubica clarmente en la derecha (con declaraciones de amor de sus hinchas a Jair Bolsonaro incluidas).
Pero en Europa, el tema es muy candente. Aparte del Rayo Vallecano, el St. Pauli alemán, la Roma y el Livorno en Italia o el Celtic en Escocia son abiertamente progresistas y de filosofías de izquierda. Mientras, el Hansa Rostock (Alemania), la Lazio (Italia) o el mismo Atlético Madrid van más hacia el lado derecho del espectro. Hay otros casos, menos conocidos internacionalmente, como el Lokomotiv Plovdiv búlgaro, cuyos hinchas radicales se declaran públicamente neonazis.
Esa es la realidad que desató el caos en la noche del miércoles en Madrid. El fútbol utilizado como vehículo para declaraciones ideolígicas extremas.