"Yo lo tenía en la pieza. Con sus shorcitos de jeans, con la Brooke Shields al lado". Así recordó Marcelo Ríos su idolatría por Andre Agassi, en el nuevo espacio deportivo de TVN "Zoom: Grandes Momentos del deporte", un programa de entrevista que recordó cuando el tenista nacional se convirtió en el primer chileno y sudamericano en ser número uno del mundo del tenis.
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En casi más de una hora, este nuevo formato de la señal pública, que inició realizando un breve homenaje recordando al popular "Zoom Deportivo" -programa al que esta nueva apuesta hace un guiño-, recordó este momento histórico y repasó cómo Ríos vivió los días anteriores y posteriores a su logro.
"Fue bueno y malo. Logré algo que poca gente ha logrado, pero no sabía para dónde iba", afirmó el ex tenista nacional.
Sobre la final, el Chino Ríos recordó que en esos días "lo único que quieres es que empiece esta cuestión". Una vez en la cancha, el ex número uno afirmó que siempre se sintió bien. "No me hacía nada Agassi", afirmó.
Tras derrotarlo en tres set, el tenista relató lo que pasaba por su mente tras la doble falta del estadounidense. "Lo único que se me ocurrió fue tirar la raqueta, porque no tenía idea que hacer. Ni si quiera se me ocurrió tirarme al suelo. Nunca lo pensé", dijo en conversación con Pedro Carcuro y Gustavo Huerta.
Además, Marcelo Ríos relató cómo fue la celebración, una que incluyó mucha cerveza, la pérdida de un auto y una pelea que podría haberlo llevado preso. "Me acuerdo que te daban un Mercedes. Me voy a la hotel y lleno la tina de cervezas. Esto no lo he contado nunca. Llega mi papa, nos tomamos una cervezas y me dice: '¿Tú te das cuenta de lo que acabas de hacer?'", relató.
Ya en la celebración en un restaurante terminó peleando con un asistente que no conocía. Pese a que llegó la policía, no terminó preso. "¿Estaba en estado de ebriedad? Yo creo que sí", confesó, para luego agregar: "Se me perdió el Mercedes. No lo encontraba".
Pero Ríos también aprovechó para realizar un mea culpa sobre aquella época. "Yo reconozco que fui un antiprofesional. Esa era la manera en que me enseñaban. Yo llegaba acá al asado, a la piscolas. A los 22 años yo ya estaba hecho económicamente", dijo.
"Me arrepiento de no haber sido más profesional, porque nadie me enseñó. Nadie me ponía límites. Nadie era capaz de decirte nada porque nunca habían tenido ídolos. Te la crees, porque la gente te hace creértela. Nadie te enseña a ser ídolo", sentenció.
