Juan Pablo Mohr, el escalador chileno desaparecido en el K2, se quedó para siempre en los Himalayas, ya que su familia decidió dejar sus restos en los 8.611 metros de la "montaña más peligrosa del mundo".
Fue el viernes 5 de febrero cuando se perdió el rastro de Mohr, junto a sus colegas John Snorri (Islandia) y Ali Sadpara (Pakistán). Tras varios días de búsqueda, se cancelaron los esfuerzos por encontrarlo, hasta que el pasado 26 de julio finalmente apareció. Fue el montañista ucraniano Valentyn Sypavin quien dio con el cuerpo del chileno en esa fecha, quien hasta el día de hoy no había hablado por respeto a sus seres queridos.
"Me gustaría compartir mis hallazgos de primera fuente", contó Sypavin en declaraciones recogidas por el sito ExplorersWeb.
"Me helé por dentro"
Ese 26 de julio, el montañista ucraniano lideraba una expedición al K2 cuando notó dos puntos negros desde el Campamento 4, ubicado a más de 8 mil metros de altura. "Tomé cien metros de cuerda y escalé un poco más para facilitar el trabajo en la noche del ataque a la cima", relata Sypavin. "Después de una hora y veinte minutos, alcancé el comienzo de las cuerdas fijas y vi un pedazo de tela amarilla en la nieve hacia la izquierda. Me dio curiosidad y me acerqué".
"Sentí que el pequeño pedazo de tela que salía de la nieve podría estar atado a algo más grande... Tomé una foto y grabé un video de la posición de este pedazo de tela y su relación con el Cuello de Botella y el C4. Tenía conmigo un hacha de hielo, así que comencé a excavar cuidadosamente. Inmediatamente, vi que se trataba de un traje amarillo y negro de la marca The North Face", sigue.
“Me helé por dentro. Saqué mi GoPro y comencé a filmar mis hallazgos. Al inicio vi el arnés y luego parte de las botas, unas Scarpa 8000. Luego llegué a los crampones Petzl. Estaban desafilados. Después de descubrir que el traje y las botas eran nuevas y que se trataba de un cuerpo, no seguí excavando. Ya que una expedición especial estaba trabajando en la montaña para encontrar estos cuerpos, decidí que era necesario entregarles esta información lo más pronto posible".
"Se congeló hasta morir"
"El montañista (Juan Pablo Mohr) yacía con su cabeza hacia el oeste y sus pies hacia el este. Sus piernas se encontraban en posición fetal. El traje y las botas estaban intactas y no había señales de daño causado por una caída u otra cosa. No había una posición corporal antinatural causada, por ejemplo, por extremidades fracturadas. En su espalda no había cuerdas ni mochila. El cuerpo estaba lejos del Cuello de Botella. Si uno desciende desde el Serac sin oxígeno, le tomaría al menos una hora alcanzar este lugar. Lo más probable es que el montañista se congeló y murió por cansancio", concluyó Sypavin.
¿Qué le pasó a su juicio a Mohr y sus acompañantes? "No se cayeron. No hay misterio. El K2 es una montaña difícil en invierno. Iniciaron su ataque a la cumbre desde el C3... Creo que si se hubiese montado un C4, entonces JP habría tenido posibilidades de sobrevivir. Se dice que Mohr se movía ágilmente por la montaña. Lo más probable es que él, una vez descendido el Cuello de Botella, esperó por los demás y se congeló hasta morir", concluye el montañista.