
Este miércoles 22 de octubre comienza el Mundial de Ciclismo Pista 2025 nada más y nada menos que... ¡en Chile!
El Velódromo de Peñalolén albergará a la crème de la crème de la disciplina y, obviamente, la delegación nacional espera lucirse, más allá de que no figure dentro de las potencias llamadas a luchar por los primeros puestos en el medallero.
Paola Muñoz (39), ciclista nacional de mil batallas en el cuerpo, otrora Top 5 a nivel mundial en pista y deportista olímpica, vivirá en esta oportunidad un campeonato especial. ¿Por qué? Porque dentro del equipo está Javiera Garrido, su hija, que con apenas 19 años ya hizo los méritos suficientes para estar defendiendo a Chile en una cita planetaria.
“Estoy con la emoción a mil, muy contenta de lo que va a vivir Chile y todos los ciclistas. Es algo histórico. Tenemos mucha ilusión. Estamos al cien para representar a nuestro país”, dice Muñoz en conversación con En Cancha.
“Feliz de ser parte. Es sumar otro hito a mi carrera, luego de ser la primera mujer en clasificar a unos Juegos Olímpicos en ciclismo de ruta (Londres 2012), en correr un Giro de Italia y un Tour de Francia, el ser campeona panamericana de ruta dos veces. Lo que estamos sintiendo es algo magnífico”, añade.

-¿Qué significa ser compañera de tu hija en un Mundial?
-Es algo que lo estamos disfrutando a concho en familia. Ella era seleccionada nacional de clavados antes de la pandemia, y cuando se cerró la piscina termina pasándose al ciclismo.
-Y logró meterse en una cita planetaria...
-Sí, volvió a partir de cero en otro deporte y yo nunca pensé que iba a llegar a este nivel en tan poco tiempo. Lo ha demostrado con grandes resultados, con hitos históricos, como el año pasado ser líder del ranking mundial en la categoría junior en persecución individual y en scratch. Es algo único lo que viviremos, no sé si todavía lo logramos dimensionar. Ahora hablamos el mismo idioma, nos entendemos un poco más, porque cuando era clavadista yo tan solo era una mamá fan.
-La aconsejas mucho, me imagino.
-Ahora en el ciclismo es cien por ciento volcar mi conocimiento en ella, pero dejo que ella sea quien vea sus límites, hasta dónde puede llegar. Lo está haciendo increíble. Fue la máxima medallista de los Juegos Panamericanos de la Juventud, y en este Mundial estará presente en dos pruebas, posiblemente en tres, lo que como mamá me tiene demasiado orgullosa.
-Difícil dejar de pensar como mamá igual, ¿no? Ahora es una más del equipo.
-Al principio, y yo creo que hasta el día de hoy, el rol de madre no se puede dejar de lado. Cuando estamos corriendo juntas o me toca verla en alguna prueba, me invaden las emociones, me pongo nerviosa, trato de evadir. Me ha tocado estar en la tribuna viéndola y a veces intento salir arrancando porque es un dolor de estómago constante. Es como si tratara de protegerla de situaciones caóticas en la carrera, pero es imposible porque estoy afuera, así que lo tiene que solucionar ella (ríe).
-Suena a que la pasas mal...
-Es que como mamá es muy difícil. Ya he logrado asimilarlo un poquito más, pero todavía me sigue costando verla competir, me pongo nerviosa, me aparecen las emociones, me pongo a llorar, me pongo feliz... Estoy vuelta loca, ja. Pero ahora que competimos juntas tengo que entender que somos dos personas distintas, con personalidades diferentes, y como compañera trato de darle todo el soporte, entregarle confianza para que disfrute y entregue su energía al mil por ciento. Nunca va a dejar de ser mi guagua (ríe)... pero este rol lo entiendo y ya lo estoy aplicando un poco mejor.

Las expectativas de Chile en el Mundial
-Pese a ser local, Chile no está dentro de los favoritos en este Mundial, ¿cuál dirías que es el objetivo de la delegación?
-Un Campeonato Mundial de Pista son palabras mayores. La verdad es que para estar a un buen nivel, la antesala de nosotros siempre son los Panamericanos específicos, ya que tenemos a potencias como Estados Unidos y Canadá, que siempre compiten y que son medallistas olímpicos. Este año no hubo muy buenos resultados, pero este tremendo escenario le pondrá a las nuevas generaciones, a Javi y sus compañeras, Marlen (Rojas) y Maite (Ibarra) -ganadoras del oro en la prueba de persecución por equipos- una oportunidad de medirse con la élite del ciclismo y eso las llevará a mentalizarse. El año pasado disputaron el bronce con Italia, con récord absoluto en la persecución siendo juniors.

-¿Batir los récords nacionales sería un buen Mundial?
-Estamos lejos de las medallas, aunque no es imposible. En el ciclismo siempre hay revancha, pero como se trata de pruebas tan cortas y explosivas, una ya sabe que no estamos al mismo nivel de otras potencias. Claro, las expectativas son apostar por los récords nacionales y meterse en el Top 10. Ideal sería un Top 5, porque eso sería un resultado extraordinario. No podemos dejar de soñar.
-¿Un mensaje para la gente, que de seguro vibrará con lo que hagan ustedes en Peñalolén?
-Decirles que es algo histórico. Siempre los Mundiales se concentran en Europa, en Asia u Oceanía. En América es muy difícil que se haga, menos en Sudamérica. Es un momento para no perderse. No digan que no les avisaron, lo tienen que vivir, estar ahí con los mejores ciclistas del mundo y por supuesto, apoyando al Team Chile. Que no se los cuenten, vívanlo, y ojalá nos puedan apoyar desde las graderías.