Día histórico para el deporte chileno. Alberto Abarza ganó la madrugada de este miércoles la segunda medalla de oro del Team ParaChile en unos Juegos Paralímpicos, tras imponerse en la final de los 100 metros espalda de Tokio 2020.
Abarza se suma así a Cristián Valenzuela, quien ganó en los 5.000 metros de Londres 2012. Ambos se transforman así en los únicos campeones a nivel olímpico de Chile, junto a Nicolás Massú y Fernando González.
De hecho, el nadador de 36 años que sufre el Síndrome de Charcot-Marie-Tooth se inspiró en el "Vampiro" para festejar su conquista. "Los sueños están para cumplirse, con trabajo se puede lograr cualquier cosa... nada es imposible", señaló tras su victoria al Instagram del Comité Paralímpico Chileno.
"Estoy viviendo un sueño, que partió cuando tenía 2 años, cuando ingresé a la piscina de la Teletón", agregó. "Y coronarlo así, con el apoyo de todo Chile, de la familia, de mis hijas... estoy feliz. Quiero agradecer al Comité (Paralímpico Chileno) también, por todo el esfuerzo que hacen, a toda la gente linda que nos apoya día a día para que esto resulte".
Abarza: "En los últimos metros le di con todo"
"Sabía que tenía que apretar y no volverme loco en los primeros metros", contó sobre la carrera, donde derrotó estrechamente al brasileño Gabriel Dos Santos. "Es difícil a veces enfocarse, pero iba apretando y veía las gotitas de agua que salpicaban y sabía que estaba cerca ya cuando vi el marcador, sabía que quedaban siete metros, y esos últimos metros me dolió la vida, pero le di con todo".
En Tokio, Abarza está acompañado por su hermana, pero dadas las restricciones sanitarias, no pudo compartir este momento histórico con el resto de su familia. "Me habría encantado que mis hijas estuvieran acá, mi pareja también, mi mamá, la que me llevaba a la piscina cuando era niño y me inculcó el amor por el deporte", explicó emocionado.
"Este es un camino largo, de muchos años. No es llegar y estar en unos Juegos (Paralímpicos), mucho sacrificio, todos los días a las cinco de la mañana y meterse al agua helada... pero valió la pena", concluyó Abarza.