De Marcelo Ríos a Tabilo: los chilenos que han jugado en “el estadio de tenis más grande del mundo”

El zurdo debutará este martes en el US Open ante Alexander Zverev en el imponente estadio Arthur Ashe de Nueva York.

Court Arthur Ashe del US Open

Tras la eliminación de Nicolás Jarry, al tenis chileno solo le queda Alejandro Tabilo en este US Open. El zurdo, eso sí, tendrá un debut dificilísimo, enfrentando en primera ronda al tercer cabeza de serie, Alexander Zverev.

El alemán es uno de los candidatos al título y por eso se le programó en horario estelar y en la principal cancha del Abierto de Estados Unidos, el enorme estadio Arthur Ashe.

Tabilo se sumará así a una corta y exclusiva lista de jugadores nacionales que han podido actuar en el “estadio de tenis más grande del mundo”, una imponente estructura con capacidad para para casi 24 mil personas y que, en su momento, generó hasta polémica por sus dimensiones monstruosas.

“La presión es un privlegio”

Esa es la frase que todos los tenistas que entran a jugar al Arthur Ashe ven antes de pisar la cancha, escrito en una placa y perteneciente a Billie Jean King, la legendaria tenista estadounidense por la cual el recinto del US Open lleva su nombre.

Pero al momento de bautizar a su estadio principal, en Nueva York optaron por Arthur Ashe, el jugador afroamericano que ganó la primera edición “abierta” del torneo, luchó por los derechos civiles de su raza y que falleció en 1993, víctima del Sida.

Con ese recuerdo todavía fresco, cuando cuatro años después se levantó el nuevo Court Central en Flushing Meadows, parecía una elección sensata.

En lo que no muchos concordaban era en la naturaleza del proyecto. Pensado para reemplazar al estadio Louis Armstrong como punto neurálgico del torneo, la primera vez que se presentaron los planos llamaron la atención sus dimensiones, ya que para acomodar a 22.500 espectadores se perjudicaba la “experiencia” de los asistentes menos afortunados que quedarían en los sectores más altos.

A fin de cuentas, la de tenis es una cancha pequeña comparada con otros deportes, y no tomó mucho tiempo para darse cuenta que las entradas más baratas no permitirían ver demasiado de la acción en vivo y directo, dependiendo más de las pantallas, una contradicción notable a la hora de asistir a un evento deportivo.

Pero el hecho de poder decir que tenían el “estadio de tenis más grande del mundo” (superando en ese entonces al mítico Court Central de Wimbledon) al parecer valía ese precio. Así, con una inversión de 254 millones de dólares -512 millones de la actualidad- se inauguró en 1997, con un partido de damas entre la local Chanda Rubin y la tailandesa Tamarine Tanasugarn.

Ríos fue el primer chileno en el Arthur Ashe

No hubo que esperar mucho para que un chileno experimentara en persona lo que significaba jugar en una estructura tan impactante como el Arthur Ashe.

Esa misma edición, por cuartos de final, Marcelo Ríos enfrentó a Michael Chang, perdiendo en un partidazo por cinco sets. Duelo que terminó de madrugada, con dos características que marcarían desde entonces al recinto: el viento, que si es muy fuerte se arremolina en la cancha, y el hecho que en los últimos partidos de la jornada los organizadores le permiten a los espectadores que quedan “bajar” para poder ver la acción más de cerca, aprovechando que ya hay localidades disponibles.

El Chino fue el primer tenista chileno que pudo experimentar el Arthur Ashe, en 1997.
Marcelo RíosEl Chino fue el primer tenista chileno que pudo experimentar el Arthur Ashe, en 1997.

El Chino, que muchas veces llegó en condición de candidato al US Open, jugó otro par de veces más en el Arthur Ashe, una lista que luego se agrandó con los otros integrantes del Trío Dorado del Tenis: Nicolás Massú en 2001 y Fernando González en 2002.

En 2007 se sumó Paul Capdeville, cuando tuvo la “buena suerte” de enfrentar en segunda ronda a Roger Federer.

La última vez que un tenista chileno había pisado el Arthur Ashe fue en 2009, con Feña enfrentando en cuartos a Rafael Nadal. Una espera de 16 años que terminará este martes, con Tabilo midiéndose a Zverev en un estadio que, increíblemente, con los años logró aumentar su capacidad, aumentando su aforo a 23.771 espectadores hace siete años, cuando logró lo imposible y pudo instalarle un techo.