
Tras su retiro, Marcelo Ríos ha tenido poca presencia en el mundo del tenis. Salvo una esporádica colaboración con el equipo chileno de Copa Davis, el exnúmero solo cortó su ostracismo del circuito por un jugador.
No, no fue ningún tenista chileno, sino que una joven del país de donde provenía su famoso apodo: el chino Juncheng Shang.
La alianza comenzó en julio de 2022, cuando el asiático tenía apenas 17 años y hacía sus primeras armas en el profesionalismo. Se dio por que Shang entrenaba en Bradenton, la misma localidad en Florida, Estados Unidos, donde Ríos está radicado.
Con su carácter natural, el Chino se veía bastante entusiasmado con este nuevo desafío, encarrillando a uno de las mayores promesas del mundo, proveniente de un país que hace décadas aspira a tener a un crack tenístico.
Los resultados fueron inmediatos, con un título y una final a nivel de Challenger, y un gran ascenso en el ranking ATP, entrando al top 200.

Pero tan sorpresivo como empezó, la colaboración se acabó, tras apenas dos meses. Las razones del fin nunca se aclararon del todo; Ríos dijo que lo “cortaron” de un día para el otro sin mayor explicación, mientras que del entorno de Shang circuló la información de que el chileno había sido “irrespetuoso”, entre otros apelativos.

Sea como sea, y sin saber cuánto de lo que el Zurdo de Vitacura alcanzó a enseñarle le sirvió, el chino siguió ascendiendo, teniendo en la temporada 2024 su mejor campaña: ganó su primer título ATP en Chengdu (el mismo que hace unas semanas conquistó Alejandro Tabilo en su edición más reciente) y llegó al puesto N° 47 en la clasificación mundial.
Su presencia en los grandes torneos -como los Grand Slams y los Masters 1000 se hizo permanente- y comenzó a convertirse en la gran esperanza del gigante asiático, de poder tener a una estrella del circuito.
Pero, como tantas veces pasa, el físico dijo otra cosa. Este año, en el Australian Open sufrió una grave lesión en el pie que lo obligó a estar fuera de las canchas durante siete meses. Volvió recién en julio, pero solo sumó derrotas en sus tres primeros torneos. Y como consecuencia, su ranking se desplomó, saliendo incluso del top 200 (hoy está 237°).
Buena fortuna o no, ahí llegó la gira asiática del circuito, recibiendo invitaciones para el trío de eventos que se organizan en su país: el ATP de Chengdu, el ATP de Beijing y, ahora, el Masters 1000 de Shanghai.
Solo había acumulado una victoria, pero este jueves partió con el pie derecho en el torneo más importante, derrotando en primera ronda al estadounidense Aleksandar Kovacevic (68°) en tres sets.
“Este ha sido el año más difícil de vida hasta ahora, pero no fue suficiente para derribarme”, señaló Shang tras la victoria, ante la ovación del público.
“Jugar en casa se siente genial, con estadio lleno y todos apoyándote lo más fuerte que pueden, lo que me da mucha energía. Dicen por ahí que ‘si no saben que estás abajo, volverás más fuerte’, y eso es lo que estoy tratando de hacer”.
Una buena prueba será su siguiente desafío en Shanghai, enfrentando a un top ten como el ruso Karen Khachanov (10°) en segunda ronda. Si llegara a pasar esa valla, ya se podría empezar a asegurar que Juncheng Shang dejó atrás su nube negra y está de vuelta.
¿Se habrá enterado Marcelo Ríos?