Emiliano Vecchio (36) no se guarda los elogios cuando se refiere a sus compañeros de equipo en Unión Española y Colo Colo. En especial en el plantel del Cacique, donde estuvo entre 2013 y 2015, y en el que coincidió con figuras estelares que ya se las quisiera hoy Jorge Almirón.
-Hablando de jugadores grandes, Pablo Guede contaba la anécdota de Jaime Valdés, que tenía lesionada la rodilla derecha y le dijo ‘voy a jugar igual, no voy usar casi la derecha, voy a jugar con la izquierda’. Y entrenó casi toda la semana, jugó y la rompió. Jugar al lado del Pájaro Valdés debió ser una buena experiencia.
Cuando llegué en el 2013 había visto un partido de él. Yo ni sabía que iba a venir y vi Parma-Milan, con Pajarito como titular. La rompió toda, y a los cuatro días estaba entrenando con nosotros en Colo Colo. Yo pensé que venía de vacaciones y no: había arreglado con el club. Era un animal, o sea, un jugador excepcional. Jugaba con la izquierda y con la derecha. Salía para los dos lados de la misma forma, golpeaba el balón con las dos piernas de la misma forma, gambeteaba. Le dabas la pelota, arrancaba de atrás y se sacaba tres, cuatro jugadores como si nada... un animal. Y después, como persona, excepcional. Hiper humilde, una persona sencilla, que tiene códigos, completa. Nada que decir.
-Además de Pajarito Valdés, un par de compañeros con los que jugaste que te hayan sorprendido por su gran jerarquía.
Esteban Paredes. Un animal. Era una locura tenerlo, el ancho de espadas, como digo yo. Hacía goles en todos los clásicos, tenía mucha calidad, se asociaba bien. Un monstruo total. Y si tengo que nombrar a otro, voy a nombrar a uno de Unión. Me acuerdo que hacíamos una muy buena dupla en el 2012 con Mauro Díaz. Ese año fue extraordinario, lo que jugó ese año.

-¿Y algún rival del fútbol chileno que raspaba?
Hay varios, pero el que más me pegó y con el que peor la pasé, fue en el 2012, cuando todavía jugaba (Rodrigo) Kalule Meléndez. Cuando él llegó a Colo Colo, porque era amigo de Tito (Tapia) y de todo el cuerpo técnico, se lo dije. Kalule, aparte, tenía calidad para pegarte, te pegaba con pelota, sin pelota, con pelota disputada, se las ingeniaba. Me acuerdo que fue él, cuando estaba en Iquique si mal no recuerdo, me castigó todo el partido. Cuando llegó a Colo Colo, se lo comenté, y me dijo: ‘Lo que pasa que yo toda mi vida jugué así y cuando te enfrenté, ya estaba muy lento y me costaba llegar’. Aparte, que no se enoje ché, pero tenía una cara de feo, te asustaba, te daba miedo. Dentro de la cancha se imponía, y era un jugador que te rascaba, metía duro, no le importaba.
-Jugaste en Qatar y también en Arabia Saudita. ¿Fue muy complejo en la parte extrafutbolística?
Recuerdo que apenas llegué a Qatar, en el 2016, fui en ese tiempo con mi pareja, Anabella, al shopping. Estábamos caminando y le chanté un beso de una nomás. Llegó la policía y nos pidió los pasaportes. No los teníamos, nos acompañaron hasta donde vivíamos y tuvimos que darle los pasaportes. Nos hizo un parte de amonestación y quedé en el sistema, así que la próxima vez que pasara algo así, podíamos ir preso no sé por cuánto tiempo, tres meses, una cosa así. Yo no entendía nada, recién llegado, no hablaba inglés. En ese momento, Anabella me traducía, me ordenó que no podía besarla más en la calle. Así fue mi entrada en Qatar.