“Mi meta es jugar en la Liga Argentina y mi sueño es estar en la Selección Chilena”

Fernando Cornejo (29) está viviendo uno de los mejores momentos de su carrera futbolística en el exterior. Desde que llegó a Liga de Quito, el volante chileno ha demostrado un rendimiento sólido y constante. Hoy es una pieza clave en un equipo que no solo busca brillar en el campeonato local, sino que también dejar huella en la Copa Libertadores.

Su arribo a la mitad del mundo tiene nombre y apellido: Pablo Sánchez, el entrenador que ha marcado su carrera dirigiéndolo en tres equipos y dejando una huella más que futbolística en el volante nacido en Cobreloa.

Hoy, y con el despido de Vitamina a comienzo de semana, Cornejo repasa junto a En Cancha Prime su evolución como jugador, visualiza el futuro y sus aspiraciones de dar el salto a una liga más competitiva, la deuda pendiente que tiene con La Roja, todo esto sin perder de vista los retos que tiene hoy con Liga de Quito.

Con los octavos de final de la Copa Libertadores en el horizonte y un provenir aún incierto tras el despido del entrenador que lo llevó a LDU, Fernando Cornejo sigue firme en su conquista de Ecuador... y de América.

-¿Cómo estás viviendo este momento personal y deportivo en Ecuador?

La verdad que bien. Este año ha sido muy positivo en cuanto al rendimiento y a la forma en que estoy jugando. Me tiene contento, a pesar de que tuve una lesión que me hizo perder unos tres partidos. Pero me cuidé, me recuperé bien y ahora estoy tratando de volver al nivel que estábamos teniendo en las primeras fechas y en los partidos de Copa Libertadores.

-Justamente, te tocó enfrentar un grupo muy exigente... ¿Cómo lo viviste?

Son partidos lindos, más con rivales como Flamengo. Es un equipo de jerarquía, difícil, y el partido estuvo bueno. No fue tan vistoso, pero sí muy peleado los 90 minutos. De local, en los últimos minutos incluso pudimos habernos llevado los tres puntos. El grupo fue una locura, cualquier puede pelear con cualquiera en la Copa.

-Liga de Quito es un equipo con peso internacional, y ya está en octavos. ¿Sienten que pueden volver a competir por un título continental?

Sí. Por la historia que tiene Liga en los torneos internacionales, no es menor. Han conseguido cinco títulos internacionales, y eso ahora se exige. La gente, el club, los hinchas lo piden, y nosotros vamos a tratar de pelearla, de llegar lo más lejos posible.

-¿Hay con qué creer?

Creo que tenemos plantel para hacer grandes cosas. No te digo que vamos a ser campeones de la Copa Libertadores, eso se verá con el tiempo, pero sí que podemos ser uno de los animadores del torneo en las fases finales.

-¿Le ves un buen futuro al proyecto del equipo?

Sí, obvio. A pesar de que se nos fueron dos figuras muy importantes como Jhojan Julio y Ezequiel Piovi, que tuvieron un gran año, creemos que tenemos plantel para pelear. Las bajas fueron difíciles de suplir: Ezequiel era el capitán, llevaba tiempo acá, estaba en un gran nivel y se le dio la chance de ir a Estudiantes. Jhojan también se fue a México. Pero tenemos jugadores para competir, depende de nosotros, partido a partido.

-¿Cómo ha sido la adaptación a Ecuador?

Era un país nuevo, con costumbres distintas, pero mis compañeros me ayudaron a adaptarme rápido, a conocer la ciudad, saber en qué lugares podía vivir. Me apoyaron mucho. Y también fue clave el apoyo de mi familia para no pasarla mal, porque los primeros seis meses desde que llegué a Ecuador estuve solo. Recién en enero se vinieron mi pareja y mi hijo. Y era complicado, porque llegaba a casa y no había nadie. Pero ellos siempre estaban ahí, trataban de llamarme por videollamada. Si no era mi pareja, era mi mamá o mi hermana. Eso lo agradezco mucho, porque todos tienen sus vidas, sus cosas, y aun así me apoyaron un montón.

- Ya tenías harta experiencia con la altura antes de llegar a Quito...

Sí, yo creo que eso influyó positivamente. Últimamente, algunas de mis vacaciones también las pasaba en Calama, donde está mi familia, porque tanto mi mamá como mi hermano siguen allá. Entonces hubo un par de veces que los fui a visitar y aprovechaba de jugar un par de pichangas con los amigos. Y ahí uno siente igual la altura, se nota. Pero la adaptación fue bastante rápida, si no me equivoco fueron unas dos semanas con el ahogo, con esa recuperación que era más lenta. Pero ya después, cuando uno se adapta y se acostumbra a la altura, naturalmente te ayuda un montón y sacas esa ventaja que a los equipos que vienen de la costa les cuesta bastante.

-¿Cómo se dio tu llegada a Liga?

Cuando al Profe Vitamina se le da la opción de ir a Liga, me sorprendió. Nos estaba yendo bien en Palestino, habíamos hecho buenos partidos y estábamos en un buen momento. Pero también me puse contento por él, porque estaba dando un paso importante a un club con historia. Después, cuando se da la opción de venir para acá, no lo pensé dos veces. Me llamó y le dije que sí. Era el momento de salir al extranjero. Siempre soñé con eso, y más si era a un club grande como Liga de Quito, por todo lo que ha conseguido internacionalmente. Todo fue muy rápido. Una semana y media para hacer papeles, empacar, hablar con la familia. Todos me apoyaron y nos vinimos para acá. Estoy muy contento, porque aunque el equipo ya había sido campeón de la Sudamericana, me recibieron muy bien. Me ayudaron a adaptarme y eso fue clave para poder aportar mi granito de arena.

-A veces un jugador llega, no rinde, y queda marcado por ese mal inicio. En tu caso, llegaste, jugaste y rendiste rápidamente.

Sí, eso me ayudó bastante. El profe, que ya me conocía, también me dio mucha confianza. Si no me equivoco, el primer partido fue por Copa Sudamericana y de una fui titular, a demostrar. Y nos fue bastante bien, ganamos 3-0. Desde ahí uno empieza a sentir esa confianza de los compañeros, del cuerpo técnico, de la gente, algunos que te apoyan, otros que no tanto, pero uno siempre trata de dar lo mejor. Esa confianza del profe se notó todo el año. Jugué todos los partidos, no me perdí ninguno.

-¿Qué tan importante en tu carrera es Pablo Vitamina Sánchez?

Seguramente, es el entrenador más trascendente en mi carrera. Me ha ayudado en diferentes facetas tanto dentro y fuera de la cancha, a creer en mí, a encontrarme con esa faceta más goleadora y sacar mi mejor versión. Compartimos por primera vez en Audax, luego en Palestino donde me dio mucha confianza y acá, ni decirlo... apenas llegué me entregó la camiseta de titular y eso significó mucho para mi estadía. Es un profesional excepcional, un entrenador que está pendiente a cada detalle, y que como te digo, en mi caso siempre se encargó de alcanzar ese peak de rendimiento, de hacerme sentir con confianza pero también de ser consciente de las cosas que tengo que mejorar para ser más futbolista. Si tengo que nombrar a un entrenador que me ha marcado en mi carrera, sin duda que él es uno de ellos.

-¿Cómo ves tu propia evolución como jugador en estos últimos años? Te has transformado en un volante ‘moderno’, por decirlo de alguna forma.

Creo que sí. Me ayudó mucho llegar a Coquimbo. Ahí es donde cambia un poco el chip, con el profe Pato Graff. Me ponía de contención, de 6, para darle la primera salida al equipo. Eso me hizo ver el fútbol de otra forma. Después vino el paso por la U, y más adelante Palestino, donde empiezo a hacer goles. Ahí me reencontré con el profe Vitamina, que ya me había tenido en Audax. Él me pedía en los entrenamientos y partidos que llegara al área, que ocupara bien los espacios y también ayudara en la zona defensiva. Lo empecé a hacer muy bien, ayudé con goles, y eso nos permitió pelear arriba. Clasificamos a torneos internacionales, que era lo que nos habíamos propuesto. Fui de menos a más, aprendiendo de cada partido. Además, soy fanático del fútbol, me gusta ver mucho, y me fijo en los volantes box to box que pisan el área y buscan los espacios. Trato de hacer lo mismo en el equipo en que estoy.

-¿Cómo proyectas tu futuro? Estás en un gran momento, marcando goles y con confianza. ¿Te ves varios años en Liga de Quito o piensas en dar el salto a otra liga?

Mira, la verdad es que me gustaría jugar en la Liga Argentina. Es una meta que tengo. Siempre me ha llamado la atención por el ritmo de juego, que es muy intenso, y eso va muy de la mano con mis cualidades. Me gustaría llegar a un club de allá. No tengo uno específico en mente, pero sí me atrae mucho la competencia, lo pareja que está hoy en día. Ya no es como antes, que la peleaban solo Boca o River. Ahora hay equipos como Independiente, Racing, Huracán… muchos han subido su nivel. Además, hay varios chilenos a los que les ha ido muy bien: Loyola, Cabral, Pablo Galdames en Independiente, Echeverría que estaba en Huracán. Ojalá se dé esa oportunidad.

-Pero mientras tanto, el foco está en Liga...

Sí, por ahora me queda tiempo en Liga y quiero disfrutarlo. Este es un equipo grande, con historia y proyección internacional. Sería un lindo sueño poder ganar algo importante con este club. Acá te lo exigen, te motivan a ir por cosas grandes.

-¿Cómo le explicarías a alguien que no es de Ecuador lo que representa Liga de Quito?

Yo creo que es un club donde la presión es constante, de todos los días. La gente es muy exigente, pero uno entiende que es por todo lo que genera Liga y por las cosas que ha ganado. Uno sabe que tiene que estar a la altura, rendir siempre al máximo y entregarse al 100% por el equipo y por la gente que va al estadio.

-¿Y en la calle también se nota ese peso del club?

Sí, acá en Quito la gente es muy fanática de Liga. En cualquier lugar siempre hay alguien con la camiseta: un niño, un adulto, un anciano. Entonces creo que es una presión similar a la que se vive en Colo Colo o en la U, que son equipos grandes en Chile. Y uno tiene que saber manejarla, porque te puede jugar a favor o en contra. Lo importante es saber controlar esos momentos y demostrar dentro de la cancha, no solo con palabras. Eso es lo que tratamos de hacer como equipo.

-Desde tu experiencia, ¿cómo comparas el fútbol ecuatoriano con el chileno en términos estructurales? Da la sensación de que Ecuador está un paso adelante hoy.

Sí, creo que acá se potencia mucho al jugador joven, y eso ha sido clave. Equipos como Independiente del Valle, Barcelona y Liga de Quito han trabajado muy bien eso. Forman en casa y venden al extranjero. Se invierte y por eso ves muchos jóvenes en los planteles. Es una liga muy física, más que táctica. En ese sentido, creo que el fútbol chileno tiene ventaja táctica, pero acá te ganan por físico. En Ecuador, el uno contra uno es constante, cada jugador explota su potencia.

-¿Y ves que eso ha impulsado el crecimiento del fútbol ecuatoriano?

Sin duda. Hay equipos como Mushuc Runa, que está haciendo una gran campaña en Sudamericana, o Independiente del Valle, que juega muy bien. Ellos, además, tienen una línea formativa muy clara. Liga, en cambio, mezcla buen juego con experiencia, y eso también pesa. Acá todos te quieren ganar, ir de visita siempre es complicado, pero ahí es donde nosotros sacamos ventaja con la experiencia.

-¿Crees que el fútbol chileno está lejos del ecuatoriano hoy?

No creo que estemos tan lejos, pero sí se nota una diferencia en cómo trabajan con los jóvenes. En Chile no veo que tengan tantas oportunidades. En eso deberíamos mejorar. Acá les dan mucha más chance, los potencian.

-¿Y la Selección? ¿Ha habido algún acercamiento en estos meses?

Me encantaría estar en una nómina. Es el sueño que me falta. He trabajado mucho para eso, tanto en Liga como en Palestino. El año pasado hubo una pre nómina, no recuerdo bien para qué fecha de Eliminatorias, pero el cuerpo técnico actual me comentó que me tenían como opción por si se caía alguien. Fue lo más cerca que estuve. No pierdo la esperanza. Sigo trabajando día a día, ojalá llegue esa oportunidad algún día. Hay un gran grupo en la Selección, con jugadores que están en un muy buen momento, y me encantaría ser parte de eso.