Julio Rodríguez, el histórico preparador de arqueros de Colo Colo, revela una decisión que marcó un punto de inflexión: cuando el Cacique buscaba un portero joven, él rechazó a Gabriel Castellón y apostó por un Brayan Cortés que apenas despuntaba en Iquique. “Tenía todo para dar el salto”, dice sobre quien, a su juicio, es hoy el mejor arquero del país.
Pero Rodríguez no se queda solo con Cortés. Con mirada crítica y experiencia de sobra, analiza también la tardía evolución de Castellón, repasa lo que le faltó a Johnny Herrera para dar el salto a Europa, y se detiene con especial admiración en Justo Villar, a quien define como el mejor arquero que ha pasado por el equipo popular en el último tiempo.
-¿Ha seguido las actuaciones de Brayan Cortés?
Sí, claro. He seguido su evolución. De hecho, estando en Colo Colo, Aníbal Mosa me pidió una recomendación de un arquero joven. Él quería a Gabriel Castellón, pero yo le sugerí a Cortés, que estaba en Iquique en ese momento. Le dije que tenía condiciones, que solo había que enseñarle a jugar en un equipo grande. Tenía físico, estatura, reflejos… Y al tiempo después, llegó a Colo Colo. Yo pensé: ‘Con este se trabaja un año y al año, año y medio, lo venden’. Pero bueno, no se dio de esa forma. Y eso es lo lamentable, especialmente para Brayan.
-¿Cómo evalúa su desempeño en Colo Colo y la Selección?
Le costó al principio, como a todos los que vienen de un equipo chico. Pero se ha ido adaptando, ha aprendido. Para mí, el año pasado ya era indiscutido. Y creo que hoy es el mejor arquero de Chile.
- ¿Por qué cree que no ha dado el salto a Europa?
- Por varios factores. En Europa se fijan mucho en la estatura, y para ellos 1.85 m ya es bajo. Pero también hay otros requisitos: jugar bien con los pies, salir lejos del arco, tener lectura de juego. En eso aún le falta. Le costó adaptarse a un estilo más moderno. Si hubiese llegado con esas cualidades desde el inicio, ya lo habrían vendido. A veces también influye el técnico. No todos lo proyectan bien.

-¿Cree que aún tiene posibilidades de emigrar?
No lo sé. Puede ser difícil por la edad. Los clubes europeos buscan jugadores jóvenes, vendibles. Pero creo que, en algún momento, podría haber hecho una carrera como la de Claudio: Real Sociedad, Betis… algo similar. Quizá no más arriba, pero perfectamente a ese nivel.
Lo que le falta aún a Castellón
–¿Qué le parece Gabriel Castellón, que está teniendo una buena temporada en la U?
Castellón está en su primer año en un equipo grande. Porque una cosa es ser un equipo grande y otra jugar como equipo grande. La U hoy juega como grande, y eso obliga al arquero a hacer cosas que antes no hacía. En Huachipato no necesitaba hacerlas.
–¿Por ejemplo?
Jugar más adelantado, salir, participar más con los pies. En la U eso es obligatorio, porque el técnico se lo exige. Tiene un juego que requiere que el arquero participe más. Ahora está entendiendo eso. Está haciendo cosas que debió haber empezado hace diez años.
–¿Diría que está más atrasado que Brayan Cortés en su desarrollo?
Sí, está más atrasado. Tiene 30 años, un poco más que Brayan. Pero está evolucionando. Tarde, pero lo está haciendo bien. Yo tengo mucho respeto por todo lo que ha logrado en los últimos años, calladito, calladito. Lo bancaron en Huachipato, llegó un técnico que confió en él, y hoy está en un equipo grande. Está mostrando una buena evolución, a nivel nacional y ojalá pronto también internacional.
–Usted mencionó que en su momento prefirió a Brayan Cortés por sobre Castellón cuando se evaluaba a los posibles arqueros para Colo Colo. ¿Qué vio en ese entonces?
Hay muchas cosas que uno evalúa en un arquero. Y claro, cuando uno piensa en un arquero para un equipo grande, se pregunta si podrá hacer lo que se requiere, aunque hoy no lo haga. Yo pensaba que Castellón iba a ser más difícil de convertir en un arquero para un equipo grande.
–¿Por qué?
Castellón tenía condiciones, sí. Pero para lo que yo veía en ese momento, comparándolo con Cortés, me parecía que Brayan iba a evolucionar más rápido. Castellón era más básico al principio. Y uno necesita un arquero que haga muchas cosas, no solo lo básico. Yo decía: ‘Este se va a adaptar más rápido que el otro’. Me habría encantado trabajar con ambos, pero bueno, no se dio. Aun así, los dos han llegado a la Selección y han logrado un buen nivel.

“Herrrera atajaba como crack. No era Rojas, pero andaba cerca”
–Hablando de arqueros, ¿cómo hubiese sido entrenar a Johnny Herrera? ¿Cree que con otro preparador de arqueros, su carrera podría haber sido distinta?
Sí. Yo creo que sí. Johnny fue el mejor arquero de Chile por muchos años, por lejos. Pero llegó un técnico que no lo nominaba a la Selección, y después otro que tampoco. Eso lo frustró, porque él lo padecía. Su vida personal también influyó, y hay técnicos que no toleran ciertas cosas.
–¿Y en lo futbolístico? ¿Qué le faltó para dar ese salto?
Johnny atajaba como un crack. No digo que era Roberto Rojas, pero andaba cerca. El problema era su juego moderno. Él no salía del área chica. Jugaba muy pegado a la línea. Y eso, hoy, hace que un arquero sea básico. En el fútbol moderno, el arquero debe jugar fuera del área, participar más, moverse a los costados. A Johnny eso le costaba.
–¿Es posible aprender eso ya de adulto?
Sí, claro. Un arquero con 23 o 25 años aún puede aprender. Lucho Marín, por ejemplo, llegó a la Unión Española siendo considerado el peor arquero de Chile. Al año y medio, Bielsa lo llevó al Mundial. Entonces, si Johnny hubiese tenido otro tipo de trabajo, podría haber evolucionado. Él tenía todo para jugar en Europa. Solo le faltó modernizar su juego.

“Villar es el mejor que ha pasado por Colo Colo últimamente”
–¿Cuál ha sido el mejor arquero con el que ha trabajado en el profesionalismo?
Justo Villar. Arquerazo. Cuando llegamos a Colo Colo, él ya estaba. Yo lo había visto jugar muchas veces, pero no lo conocía personalmente. Cuando empecé a trabajar con él fue como un sueño. Estaba con un arquero de nivel mundial. Se adaptó muy rápido a lo que yo le pedía y la relación fue excelente. Fue un privilegio. Realmente hizo cosas notables. Partidos memorables. Era un arquero que transmitía mucha tranquilidad, mucha confianza. Un tipo de nivel mundial. Yo sabía que estaba trabajando con alguien así.

-Villar llegó en su última etapa a Colo Colo... ¿Eso no fue un impedimento para trabajarlo?
No, para nada, pero ya empezaba a tener algunas lesiones, entonces había que cuidarlo mucho. Yo tuve que crear un trabajo especial para él: que lo ayudara a mejorar sin arriesgar su físico. Lo entendió perfectamente, y le dedicamos mucho tiempo. Lo hicimos con cariño.
-¿Qué se le puede enseñar o corregir a ese tipo de arqueros?
No le enseñé, pero sí le corregí detalles que tal vez no hacía de la mejor forma. Le dije que no se cerrara a aprender. Hasta el día de hoy, él recuerda eso. Me decía: ‘¿Se acuerda cuando usted me dijo que si mejoraba esto, podría hacer cosas más difíciles?’ Y así fue.
-¿Es el mejor arquero de Colo Colo en el último tiempo?
Claro que sí, marco mucha diferencia. Él, junto con Johnny Herrera, son los últimos dos mejores porteros del fútbol chileno. Marcaron una época.