Breve pero intenso. Así podría resumirse el paso del defensor Ramón Cachila Arias (Montevideo, Uruguay, 27 de julio de 1992) por Universidad de Chile en 2021. Estuvo solo un año en la tienda azul, pero vivió momentos dramáticos, con el club prácticamente descendido a Primera B. Justamente gracias a él, que marcó dos goles en una remontada increíble ante Unión La Calera, la U pudo quedarse en Primera.
Pero la carrera del zaguero es mucho más extensa y rica en experiencias. Arrancó en Defensor Sporting, en 2011, y, aparte de en su país natal (Peñarol también cuenta entre sus cuadros defendidos) y la U, jugó en Puebla de México, LDUQ de Ecuador, Al-Etiffaq de Arabia Saudita, San Lorenzo de Argentina, Giresunspor de Turquía y Muaither SC de Qatar. Hoy, se desempeña en Tigre, también al otro lado de la Cordillera.
De sus recuerdos futboleros habló desde Argentina Ramón Arias con En Cancha Prime y lo primero que aclara es el origen de tan curioso apodo. “En Uruguay, se le dice así a un auto viejo. Yo jugaba de lateral antes y no quería correr mucho, era un poquito más vago. Iba, pero no volvía. Me lo puso un técnico. Pero de chico me decían Cachi y luego pasó a Cachila. Quedó desde cuando era chico”.
El choque de dos mundos que protagonizó Cachila Arias
-Has jugado en muchas partes del mundo. Cuéntanos la mejor anécdota que tengas de cuando jugaste en Arabia Saudita…
Cuando recién llegué, hicimos la pretemporada en Ámsterdam. Nos cambiábamos en las habitaciones, porque eran personales, así que yo no veía a los compañeros, salvo después en los pasillos. Por el jet lag, sentía a las 3 o 4 de la mañana que los compañeros estaban rezando… Primer amistoso, jugamos con Ajax y primera vez que interactuábamos todos juntos en un vestuario y, claro, yo me había olvidado que los musulmanes no te pueden ver desnudo. Llego al vestuario, me desvisto y empieza un griterío por todos lados y yo no entendía nada. Además, en ese momento, no hablaban mucho inglés... Llegó corriendo el traductor, a decirme que me vistiera, que estaba loco, que cómo iba a hacer eso… Yo le decía “I´m sorry” nomás.
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-¡Choque cultural tremendo! Aprovecha y tírate otra…
A ver… Estábamos por comer un asado, con el presidente del club. Y allá el presidente le da la comida en la boca a uno. Te corta el cordero ahí mismo y te lo da. Había un par que no querían agarrar. Y justo estaba el Coco Rodríguez (Jorge Rodríguez, uruguayo) de entrenador de arqueros y le digo “Coco, si nos da la comida, mínimo muérdele un dedo; así nos quedamos toda la vida acá”. Hay que entrarles también…
-¿Y en Turquía? ¿Algo especial que recuerdes de allá?
A mí me encantó el fútbol turco; es absolutamente pasional. Si te fijas, los clubes en segunda, en tercera, los hinchas te copan todos los estadios. Lo que sí me di cuenta es que se trata de un fútbol físico 100 por ciento. De ida y vuelta, de jugar mano a mano. El delantero salía a recibir en la mitad de la cancha y tenías que salir a perseguirlo. Marcas individuales a un jugador y tenías que perseguirlo hasta el área de ellos. Te tenías que preparar en la semana para eso. Además, juegas ante equipos que tienen estrellas. Todos los días van llegando estrellas…
-¿Es verdad que en Qatar no solo jugabas como defensa?
Es que se prestaba. Jugaba de lateral, a veces de volante o por fuera. Esa liga se prestaba para eso. La liga era generosa, pero también me defendía. Me quedaba un año de contrato, pero me vine para Argentina.
-Has jugado en Uruguay, Argentina, México y Ecuador ¿Qué diferencia encuentras con la liga chilena?
La infraestructura de la liga en sí. La uruguaya, en las divisiones formativas saca muchísima ventaja; hoy en todo caso lo está sufriendo, porque a Uruguay le está costando clasificar en las selecciones menores. La Liga argentina también y eso se sigue notando en Primera División. En Chile todavía está la regla Sub 21 y eso es bravo. A los 20 años, los chicos ya deberían estar jugando. Si es bueno, a los 18 ya debería estar en Primera… Chile debe mejorar el fútbol formativo. Nicolás Córdova está haciendo un buen trabajo; venía juntando todo y ya se ha manifestado que se debe crecer en ese aspecto.
Marcelo Bielsa en Uruguay fascina a Cachila Arias
-En Uruguay, Marcelo Bielsa tiene bastantes detractores. ¿Por qué se da ese fenómeno?
En lo personal, es un técnico que me fascina, con ideales que me encantan. Después, están las formas en cómo llegar. Se ha hablado mucho en los últimos meses de cómo plantearse ante ciertas situaciones que no las maneja. Yo estoy un poco fuera de eso; tengo compañeros que sí han estado y algo me ha comentado, pero prefiero no meterme. Pero como técnico en sí, me parece fantástico y que le puede sacar mucho rédito a esta camada de jugadores jóvenes. Igual venían de la formación del Maestro (Óscar) Tabarez, que hizo un trabajo fantástico.
-Uruguay pasó de un técnico muy cercano al jugador a uno que pone más distancia. ¿El jugador debe entender la situación o las dos partes deben ser lo suficientemente inteligente para ceder un poco?
En lo personal, siempre he sido cercano, pero a la hora de trabajar y de marcar las pautas, siempre respetando al entrenador. Si el día de mañana me dice que debo ir a pegarme contra la pared, voy y lo hago; y si me dice “no quiero que estés acá”, con el mayor de los respetos, se acepta. Lo que digo es que hay formas y formas y eso es en lo que no estoy muy interiorizado. Hay técnicos que tienen su librito y se respeta; se trata de, como futbolistas, entender siempre la otra parte y poner por delante el “nosotros” por sobre el “yo”. Por ejemplo, en San Lorenzo, me tocó estar con Diego Dabove y cuando llega me dice que no me tendrá en cuenta… Ahora, lo tengo en Tigre y tenemos una relación muy buena. Por eso, siempre hay que manejarse con respeto y profesionalismo.
-Cuatro grandes de Sudamérica: San Lorenzo, Peñarol, Universidad de Chile y Liga de Quito. ¿Qué distingue a la U entre todos esos?
Todos tienen su gente, pero la de la U es especial y te lo hace sentir. Cómo están siempre a tu lado es formidable. Por eso insisto, si en ese torneo, los hinchas hubieran podido ir al estadio, no habríamos llegado a la situación en que nos encontramos. Como se dice, aguante la U y su gente; y eso te lo hacen sentir.
Chile se metió en el corazón de Cachila Arias
-¿Has regresado a Chile? ¿Qué te dicen los hinchas de la U?
Casi siempre voy. Las muestras de cariño son bienvenidas y recíprocas. Yo también los quiero muchísimo, porque nos trataron a mí y a mi familia de muy buena forma y eso no se olvida. Lo que nunca hice fue ir al estadio a verlos. Siempre distante. Respeto los tiempos y por ahí uno va a la cancha y hay algún mal entendido, así que prefiero seguir al equipo a la distancia. Pero a Chile he ido.
-¿Por qué vuelves tanto? ¿Qué te gusta de Chile como país?
Porque lo tiene todo. Si me dieran a escoger un país para vivir, diría mil veces Chile. Si quieres nieve, tienes nieve. Si quieres sol, te vas a Concón. Hay desierto, hay todo. Es hermoso; Santiago, por ejemplo, a mí me encanta.
-¿Pero has considerado vivir en Chile?
No, no. No sé. No me he puesto a pensar en eso, pero seguramente en algún minuto vuelva a Uruguay.
-¿Has pensado qué harás una vez que te retires del fútbol?
Me gustaría irme por el lado de la dirección deportiva. He hecho algunos cursos de scouting, interiorizándome del tema y creo que iré por ahí. Como técnico, claro, te abre la cabeza mientras estás jugando, te das cuenta de muchísimas situaciones de juego, pero todavía no lo veo.