“Este plantel de Everton fue armado para otra cosa. No hemos estado a la altura”

El zaguero hace una necesaria autocrítica del rendimiento del club viñamarino, tras un comienzo de temporada donde el fantasma del descenso acompañó a los ruleteros. González sostiene que aún hay tiempo de salvar el año y llegar a una copa internacional.

Ramiro González El defensa de Everton celebra su gol ante Universidad Católica por Copa Chile. El argentino-chileno es crítico de la campaña del equipo ruletero. Crédito: Photosport (ANDRES PINA/PHOTOSPORT/ANDRES PINA/PHOTOSPORT)

Ramiro González (34) es el primero en reconocer que la campaña de Everton deja mucho que desear. Las primeras fechas, al mando del brasileño Gustavo Leal debe estar entre lo peor de los últimos años ruleteros, y aunque el zaguero no es tan radical, sí admite que con la llegada del uruguayo Mauricio Larriera, el nivel ha subido y los números son un poco más presentables.

El zaguero rosarino, nieto de chileno, se entusiasma con una recuperación en esta segunda rueda, que permita escaparse de la zona de riesgo y alcance para un puesto entre los clasificados a copas internacionales, objetivo que fue para lo que se articuló este plantel.

-Everton está por la mitad de la tabla, después de haber arrancado muy abajo. ¿Hacia dónde están mirando en el equipo?

Hoy sabemos de que el objetivo principal es alejarse de la zona de abajo. Pero es inevitable decirte que yo estoy ilusionado al menos con intentar entrar en una copa internacional. Todavía la tabla bastante apretada en los puestos de abajo, creo que estamos a tiempo. Estos partidos que vienen ahora son clave para ver lo que va a ser el resto del año, si realmente vamos a intentar pelear por un entrar a una copa o si finalmente vamos a pelear el descenso hasta el final. Desgraciadamente por el tema del Mundial Sub 20 se vuelve a parar el torneo en septiembre. Eso creo que afecta un poco a los equipos que vienen con la dinámica de mejora, y favorece a los que vienen abajo, les da más tiempo de seguir trabajando, de seguir preparándose para intentar salir de ahí. Pero es inevitable pensar en entrar en una copa, está claro que tenemos plantel para eso y que Grupo Pachuca hizo ese esfuerzo para pelear por algo importante.

-¿Qué pasó desde su punto de vista al inicio de temporada? Llegaron varios nombres, se hablaba del súper Everton, se trajo un técnico que había trabajado muy bien en las juveniles de Brasil, pero arrancó muy pero muy mal.

La verdad que fue un plantel armado para otra cosa. La expectativa de la gente era muy alta y sinceramente no se ha estado a la altura. Se ha enderezado un poco el barco. Todavía seguimos ahí, un poco en la lucha de la parte baja, pero hoy con un presente mucho más enfocado. En general, el grupo está muy bien, hubo un cambio de cuerpo técnico también que influyó. Sabemos que se nos viene un desafío importante y tenemos la intención de estar a la altura para pelear por los puestos de arriba, que fue para lo que este Everton se armó.

"La verdad que fue un plantel armado para otra cosa. La expectativa de la gente era muy alta y sinceramente no se ha estado a la altura", subraya el defensa.
Ramiro González a fondo"La verdad que fue un plantel armado para otra cosa. La expectativa de la gente era muy alta y sinceramente no se ha estado a la altura", subraya el defensa.

-¿Cuanto influyó el cambio de técnico, porque el plantel es casi el mismo?

El entrenador anterior, Gustavo Leal, prácticamente estuvo cuatro o cinco fechas. No tuvo el arranque deseado. Se quedó fuera de Copa Sudamericana contra Unión Española y creo que ese fue el click para que la dirigencia desistiera de continuar bajo su mandato. El proceso de Mauricio Larriera la verdad que fue también difícil al principio, pero estamos con un presente mucho mejor y entusiasmados con lo que se nos viene. Ahora viene Colo Colo, que más allá de que no ha tenido un buen año, tiene un gran plantel y bueno, después se viene la U. Son todos partidos interesantes.

-Everton te abrió las puertas, pero antes se habló mucho de Unión Española. ¿Hubo alguna oferta real o solo un rumor?

Tengo entendido de que hubo un acercamiento, pero no hubo demasiada convicción para contar con mis servicios. A través de un intermediario le hice llegar al Coto Sierra en su momento el mensaje que tenía la intención de volver al equipo que me abrió las puertas en Chile. No se terminó dando, llevaron a otros centrales, al hermano de Paulo Díaz (Nico), y pasó la opción. Y apareció Everton, del que estoy agradecido, porque no es la primera vez que me ha querido contratar. Antes de irme a México, al León, también hubo un acercamiento. Se terminó al final poder llegar a esta institución que ya conozco, al Grupo Pachuca, conozco a Jesús Martínez y ellos se han portado siempre muy bien conmigo.

-Desde tu óptica como jugador, ¿qué te parece que los grupos mexicanos estén llegando al fútbol chileno?

Conozco al Grupo Pachuca y son gente de fútbol, que tiene más de 25 años dentro del rubro y que conocen muy bien el medio. Me ha tocado ser parte de ese grupo, me han tratado siempre muy bien y entiendo de que tienen un poderío económico importante. Creo que a los clubes lógicamente que les interesa y les hace muy bien porque potencian a los planteles, en este caso el fútbol chileno. Es mi experiencia con el Grupo Pachuca, no sé cómo será el tema del Grupo Caliente ni cómo se manejarán.

“Sentí que le fallé a Gustavo Costas y a Palestino”

-¿Sientes que le fallaste Palestino, cuando estabas ya en el hotel listo para firmar y salió lo de Talleres y terminaste yendo a Córdoba?

No quise hablar en su momento, un poco porque había mucho odio en ese momento, mucho fervor por la situación. Entendí que se habían hablado un montón de cosas que no eran ciertas, pero que no era momento de salir a desmentir nada, sino que asumir, entre comillas, la culpa. Siento que, en el fondo, no maté a nadie. Sí había dado la palabra. Es cierto que habían pagado el vuelo desde León a Houston y a Santiago, y que por el tema de no tener validada la vacuna del COVID, tuve que sí o sí hacer cuarentena. Y fue ahí, en esa demora, donde me salió la posibilidad de Talleres y nada, di la cara. Deportivamente consideré que era superior la propuesta, porque lo económico era lo mismo. Era un desafío mío, personal, de futbolista. Talleres iba a jugar Copa Libertadores. No voy a mentir que me dolió irme de esa forma, porque es cierto que la palabra de uno vale más que un papel. Y yo había dado la palabra. Se demoró el tema de la firma y la revisión médica y me tocó dar la cara con Gustavo Costas, que era el entrenador de Palestino, que se había fijado en mí y me había llamado.

-¿Cómo fue esa conversación con Gustavo Costas?

Fue con él, más que nada, que sentí culpa. Y la verdad que él no estaba contento en la decisión que yo estaba tomando, más allá de que sentía que era lo que yo quería y que era mi carrera. Se lo planteé, me dijo que él tampoco le servía que yo me quedara si no estaba 100% convencido. Me pidió que le diera la certeza y la seguridad, para intentar moverse por otro lado y buscar otro refuerzo. Y en ese momento, en el cara a cara, me dio mucha pena y vergüenza decirle que yo ya lo tenía asumido. Le pedí hasta el otro día, y en el mismo hotel que estábamos concentrando, lo crucé al desayuno y le dije que había tomado la decisión de irme. Me deseo suerte y me terminé yendo. Lo que más me dolió fue fallarle a él, más que nada.

Su paso por el club cordobés no fue una experiencia positiva en lo deportivo ni en lo económico.
Ramiro González en Talleres de CórdobaSu paso por el club cordobés no fue una experiencia positiva en lo deportivo ni en lo económico.

-¿Da la sensación que Costas es un técnico cercano al jugador?

La verdad que lo poco que he conversado y tratado con él, es una persona cien puntos. Un tipo de muchísima humildad, y por eso mismo fue que yo me sentí mal. Después, hay que ser sincero, uno piensa en sus intereses de equipo, que cuando te tienen que echar, te echan también. Así que me fui a Talleres. Por ahí no fue la mejor decisión porque la pasé mal, estuve sin pretemporada, tuve muchas lesiones, no encontraba casa para vivir. Mi mujer se había quedado con mis hijos en México, con 23 maletas porque yo me vine solo con la mía y estaba con la cabeza en cualquier cosa.

-¿Qué pasó en Talleres? ¿Valió la pena todo lo que sucedió antes de tu llegada?

Lo de Talleres no fue lo que esperaba en lo futbolístico, en lo económico, en todo. Pero bueno, esto es un poco lo que fue mi vida, mi carrera, la resiliencia, el no bajar los brazos, volver a insistir, di vuelta la página. Luego se me cayó lo de Colo Colo, la primera vez que me había hablado Quinteros. Yo le había dicho que sí, que lo único que quería era venir a Chile y estar en un equipo grande. Aún tenía dos años de contrato en Talleres y dejé los dos años de contrato para quedar con el pase en mi poder y venir, pero en Chile me dijeron que no, porque no pasé la revisión médica. O sea que quedé en la calle, sin nada, sin equipo, sin trabajo. Y bueno, ahí fue que justo apareció Platense, que me abrió las puertas para poder mostrarme. Creo que lo hice bien y ahí fue que me volvieron a llamar de Colo Colo porque Quinteros lo había sugerido. Finalmente, terminé llegando a Colo Colo, que era lo que esperaba, pero desde otro lugar. Económicamente no era lo mismo que en un principio, era menos tiempo de contrato y con objetivo de por medio, con una cláusula. Pero mi intención era llegar al equipo más grande de Chile y no pensé en otras cosas.

-¿Cuánto te ha ayudado el carácter fuerte para no caer en esos momentos complejos?

-Siempre en mi carrera fue mucha cabeza, ir para adelante. En la vida en general hay momentos difíciles, pero está en uno cómo lo toma. Mi familia, mis padres, me han forjado de chico, y uno mismo trata también de transmitírselo a los hijos. Pero lo poco o mucho que hice en mi carrera fue el 100% de cabeza y de no bajar los brazos nunca.

“Chile está en deuda con la infraestructura para el fútbol”

-Jugaste en las ligas de México y Argentina. ¿Qué crees que la liga chilena debe mejorar teniendo como parámetros aquellas otras ligas?

Está claro que hay que mejorar mucho en infraestructura más que nada. México tiene un poderío económico importante y saca ventaja en ese sentido. Chile está en deuda en eso. En las series inferiores me parece que deberían darle un trabajo más específico e invertir más. Siento que en Chile todavía lo toman como gasto a todo ese tipo de cosas que son necesarias. Tener un buen predio de entrenamiento, un buen gimnasio, un nutricionista que te ayude en el proceso de un jugador juvenil. Pero son detalles que tranquilamente se podrían mejorar. Hace poco nos tocó viajar con Everton a Juan Pinto Durán a jugar la Sub 20 que estará en el Mundial y la verdad que lo han mejorado mucho, se nota que están intentando hacer las cosas bien. Pero en cuanto a los clubes, todavía siguen al debe en el sentido de que no sé cuántos equipos de Primera tienen su predio propio. Porque hay material, el futbolista chileno técnicamente es muy bueno. A diferencia del fútbol argentino, que se vive distinto, el jugador es más pasional, no te regala nada y lo juega así, acá en ese sentido un poco más medido. También creo que le falta en ese aspecto, pero en cuanto a calidad y a material, tiene de sobra y está demostrado con la generación dorada.

-¿Cuando el jugador chileno llega a Primera quizás no está tan preparado como tendría que estar?

Sí, sin duda. Los clubes tienen que tratar de buscar gente capaz de potenciar a jugadores cuando sienten que ellos tienen cualidades, que se queden entrenando fuera de hora e intentando mejorarlo. Ahí el fútbol chileno, salvo los equipos grandes, está en desventaja. Los equipos grandes ya trabajan diferente, más parecido a lo que puede llegar a ser el fútbol argentino o mexicano.

El jugador evertoniano se disculpa ante la barra de Unión Española, el club al que llegó a jugar en 2017 a Chile.
Ramiro GonzálezEl jugador evertoniano se disculpa ante la barra de Unión Española, el club al que llegó a jugar en 2017 a Chile.

-Sabiendo que aún no estás pensando en el retiro. ¿Pero el futuro de tu carrera en el fútbol seguirá como entrenador?

Siento que todavía tengo fútbol para dar. Pero sí, lo de entrenar es algo que he estado pensando. Tengo terminado el curso de entrenador. Pero hay que prepararse mucho. No porque haya jugado más o menos, o en mi caso que he jugado en diferentes ligas y tengo, entre comillas, una cierta experiencia, puedo pensar que me va a alcanzar para ser un buen entrenador. La parte del liderazgo, la conducción, la gente con la que uno se rodea en su cuerpo técnico, son muy importantes. Si honestamente siento que quiero dar ese paso, me voy a seguir preparando, iré a charlar con entrenadores conocidos, veré entrenamientos, me potenciaré mucho más para dar ese paso. Aunque hoy intento no desenfocarme del fútbol. Lo estoy disfrutando mucho y lo quiero seguir haciendo por varios años más. Después creo que el tiempo dirá si tomo la decisión de ser entrenador.

-Muchos entrenadores afirman que la táctica importa tanto como saber entender y manejar los egos de los futbolistas, porque el jugador no es lo mismo que era hace diez años. Parece cada vez más fundamental que el técnico sepa manejar los grupos, ¿qué opinas tu aún como jugador activo de eso?

Estoy 100% de acuerdo con eso. Como te decía anteriormente, el tema de la conducción, del liderazgo es importantísimo. También estaría bueno hacer algún curso de oratoria para expresarse mejor, para tratar de llegarle mucho al jugador. Creo que, en definitiva, lo que te va a marcar es la capacidad de cada uno para tratar de explicarle su idea al jugador y que la trate de llevar a cabo desde el convencimiento. El jugador ha evolucionado mucho, ha cambiado. Hay jugadores complicados, que siempre están mirándote hasta el último detalle. Por eso te digo que si quiero dar ese paso a ser entrenador, me gustaría prepararme mucho más.

-¿Qué compañero te sorprendió por cómo la rompía, futbolísticamente hablando?

Mira, un chico que es joven, que tiene mucho futuro, es Vicente Pizarro. Más allá de la calidad que tiene, es un chico muy centrado, me gusta mucho su forma de ser, de perfil bajo. Y después, es un jugador que le puedes dar la pelota con marca y sabes que te lo va a resolver, que se va a apoyar, que es distinto en ese sentido.