Ramiro González (34), actual defensor de Everton, guarda buenos recuerdos de su paso por Colo Colo, aun cuando su última temporada no haya sido la que lo colme de satisfacción y su alejamiento se haya registrado pocos días después del título de 2024.
González advierte que su arribo al club albo estuvo marcado por un contratiempo originado en la primera revisión médica que no pasó el visaje el cuerpo médico colocolino. El argentino, que tiene nacionalidad chilena, considera que desde ese momento su presencia en el Cacique fue objeto de críticas desmesuradas, más allá del rendimiento en la cancha.
Con todo, aquel par de temporadas las atesora como uno de los momentos más relevantes de su trayectoria futbolística, que contempla más de una decena de clubes de diversa envergadura.
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-Llevas cinco años en Chile, más allá de la nacionalidad que obtuviste, ¿qué aspectos has adquirido de las tradiciones chilenas?
No se me ha pegado mucho, por ahí en tono de broma, alguna palabra que uso, sobre todo con los amigos que me quedaron en el plantel anterior de Colo Colo. Me gusta cuando dicen la palabra ‘cagada’, pero se comen la ‘d’, entonces suena cagá… ese tipo de cosas me causan gracia.
-¿Con quién quedaste en buena onda de tu paso por Colo Colo?
Ahora último no, pero hablo mucho con Opazo, con Fernando de Paul, con Pavez, con Vidal también he hablado, pero ya no tanto... La verdad que charlo bastante con la mayoría, con Bruno Gutiérrez, con Vicho Pizarro. Sinceramente, me quede con muy buena relación con muchos de los chicos.

-Nombraste muchos chilenos aunque había argentinos en ese plantel. ¿Es el jugador chileno amistoso con el extranjero?
Yo soy un agradecido de Chile, y de haber obtenido la nacionalidad, que la tengo por mi abuelo chileno. La verdad es que siempre me han tratado de primera y he tenido muy buena relación con todos los del plantel; en su momento, en Unión Española también, más allá de ahí sí éramos muchos argentinos, estaba hasta incluso (Martín) Palermo de entrenador. No había nombrado al Colo Gi,l con el que vivíamos jodiéndonos en broma, la pasábamos bien. Ahora en Everton hay muchos uruguayos con los que tengo muy buena onda. Pero para resumirte: no tengo drama ni nunca tuve problemas con los chilenos, al contrario.
-Lo nombraste de pasada... ¿cómo fue la convivencia con Arturo Vidal, un tipo muy especial como todos saben?
Compartimos un año y estuvimos juntos bastante, en reuniones, concentraciones, muchas comidas, qué sé yo... El cumpleaños de su señora al que nos invitó. Yo siempre destaco, más allá de que a nivel mundial es una figura importante, lo cercano y lo humano que es; es muy amigo de sus amigos. De hecho, las veces que nos hemos reunido, siempre estaban los amigos de su barrio. Es una persona muy sencilla, a pesar de que para quien no lo conoce, por ahí vende otra imagen. O quizás en Argentina, que un poco los tira por varios temas... bueno, cuando le tocó jugar con Racing, que fue expulsado y todo ese tipo de cosas. (Vidal) conmigo siempre ha sido mil puntos, lo mismo que el Huaso (Mauricio) Isla. Son personas extraordinarias, que han jugado en todos lados... Siempre destaco la parte humana, porque lo futbolístico, quieras o no, de acá unos años se termina y todo el mundo se olvida, pero la persona es lo que queda y lo que te acompaña de por vida.
-Pero son tipos que cuando entran en una cancha se convierten rivales, más vale tenerlos de compañeros.
La verdad que sí. Aparte, muy pro-equipo, siempre a disposición en los entrenamientos, entregados al máximo. Me ha tocado enfrentar a la mayoría de los chicos de Colo Colo; en los abrazos o los saludos, es lindo cuando sentís que la gente realmente te quiere. De hecho, con (Jorge) Almirón y todo su cuerpo técnico, tengo una excelente relación. En el caso de Arturo de Vidal no me ha tocado enfrentarlo. Espero que cuando nos toque con ellos ahora yo pueda estar.
“En el balance, mi paso por Colo Colo fue positivo”
-¿Sientes que en Colo Colo se te criticó en demasía?, considerando que llegaste con el pase en tu poder, no ganando una fortuna, con una lesión leve, que jugaste y rendiste la mayoría de las veces y que cuando fuiste al banco no pusiste ninguna mala cara.
Colo Colo es una caja de resonancia muy grande, cuando te va bien o te va mal, hay mucha exposición. En mi caso, siento que fui muy criticado por no haber pasado en su momento la primera revisión médica. Ya de ahí en adelante recibí demasiadas críticas. Llegué con el pase en mi poder, jamás me perdí un entrenamiento y siempre me brindé al 100% por ese escudo, como por todos los que me ha tocado defender en mi carrera. Si hago un balance general y final, mi paso terminó siendo positivo: jugué mucho más de lo que la gente esperaba que iba a jugar. Me tocó llegar a un equipo que había desarmado su plantel de 2022, después de haber sido campeón. Lógicamente, la reestructuración en un equipo siempre cuesta.
-Un cambio que coincidió con una Libertadores por delante.
Había pasado que se había ido el Gato (Juan Martín) Lucero, se habían ido Opazo, Suazo, varios jugadores importantes en el esquema que tenía en ese entonces Gustavo Quinteros. A mí me tocó llegar en ese proceso. Competimos en Copa Libertadores; si bien no fue lo que esperábamos, porque siempre el hincha de Colo Colo quiere ganarla y no es fácil, claro está, después peleamos hasta el final el torneo del que fue campeón Huachipato, y fuimos campeones de Copa Chile. El otro año no me tocó participar tanto. Gustavo Quinteros ya no estaba, pero los pocos partidos que me tocaron en la era de Almirón, creo que lo hice muy bien. No tuve tantas oportunidades como sí había tenido con Gustavo. Pero, reitero, siento que mi paso fue positivo, porque me tocó llegar en un momento difícil, con un desarme de plantel, que después de la reestructuración terminamos siendo campeón con Almirón.

-Dices que Colo Colo es una tremenda caja de resonancia, ¿crees que el jugador tiene mayor exposición ante la crítica al jugar en Colo Colo que la Selección?
Yo creo que sí. Se le exige mucho a Colo Colo. El club representa a todo un país, si bien la Selección también lo hace. Los que nos manejamos en este medio, y vemos televisión y demás, siempre todo el mundo habla de Colo Colo y Colo Colo, y la Selección hace varios años que viene quedando afuera de los Mundiales, no viene compitiendo y no siento que se la castigue tanto. En el caso de Colo Colo, vende mucho más y hay mucha más presión. Como lo he dicho antes, no me tocó defender la camiseta de la Selección, pero sí la de Colo Colo y veo que moviliza muchísima, pero muchísima gente. A nosotros nos ha tocado ir a otros países, a la ciudad que vayamos, siempre hay gente de Colo Colo. Cualquier cosa que sucede en el club se expone mucho y bueno. Me ha tocado conversar en la interna con compañeros que si han estado en la Selección y también tienen ese punto de vista.
“Con Gustavo Quinteros nunca tuvimos el mismo representante”
-El respaldo que te dio Gustavo Quinteros siempre fue muy sólido. Sin ir más lejos, él insistió en tu llegada a Colo Colo pese a que no pasaste esa primera revisión médica. ¿Cómo es o fue tu relación con Quinteros?
Gustavo fue muy importante y yo le voy a estar siempre agradecido porque se la jugó, como decís, no una, sino que dos veces. Yo nunca lo había tenido como técnico antes de Colo Colo, nunca tuve una relación laboral o de amistad con él. Se han dicho un montón de barbaridades, que el representante que lo llevó era el mismo representante mío, por ejemplo. La gente no se cansa de hablar cosas que no son ciertas, un poco lo que hablábamos anteriormente, Colo Colo tiene esa repercusión en lo bueno y en lo malo. Estas cosas malas por ahí pesan mucho. Pero con Gustavo nunca tuvimos el mismo representante. Sí voy a estar siempre agradecido porque se la jugó por mí, no sé qué habrá visto en mí que confió tanto y que quiso que yo llegara a Colo Colo.
-¿Y cómo tomaste el hecho de que cuando llega Almirón dejaste de tener ese rol tan protagónico? ¿Lo hablaste con él?
A mí me agarró en una etapa de mi carrera bastante maduro y uno entiende cómo son las reglas del juego. Me tocó jugar muy poco con Almirón y los pocos partidos que lo hice, siento que anduve bien. No tuve el respaldo necesario que sí tuve con Gustavo, que claramente me había pedido. Tuve alguna que otra charla con Almirón, que me decía que me veía bien, que me iba metiendo en la idea; me decía que siguiera entrenando y fue lo que hice. La verdad que los dos años que estuve, y sobre todo el último semestre, que me tocó jugar poco, fue de entrenarme siempre, estar a disposición, entrenar por fuera en doble turno y hacer todo lo que estaba a mi alcance. Eso en el fondo es lo que a mí me da la tranquilidad de apoyar la cabeza en la almohada, como se dice.

-¿Sientes que cuando un entrenador te dice te veo bien pero después no te pone, no está siendo transparente?
No, no, creo que uno ya llega a una etapa de la carrera que entiende los momentos. Estaban jugando el Peluca (Falcón) y Alan (Saldivia), que es un chico joven que lo venía haciendo bien y bueno, era su momento. El fútbol tiene estas cosas. A mí me tocó justo lesionarme en un partido donde después termina debutando Alan, y empezó a hacerlo bien, era sangre joven, y me tocó a mí. Me fui quedando un poco de lado y me tocó entrenar y meterle, más allá de tener una trayectoria mucho más importante y larga que ellos dos. Pero entiendo las reglas de juego, los momentos. Y solo me quedaba entrenar. Lo que sí teníamos de bueno era que había un plantel muy competitivo, los entrenamientos se tornaban muy disputados y eso hace que los equipos terminen consiguiendo cosas importantes. No sé si Almirón no fue transparente, porque tuvimos por lo menos dos o tres charlas y hablamos, después las cosas no se dieron.
-¿Eso también influyó en tu no renovación?
No sé, él seguramente no me habrá pedido, por eso no me quedé. Pero a mí se me cumplió el contrato, y lo entendí. Por suerte no me faltaron oportunidades para tener trabajo. Sinceramente me había ilusionado con poder extender un poco más, siendo que yo no ocupaba cupo (extranjero), ya conocía, me conocían, pero bueno, esto es fútbol. También entendía que para seguir estirando la carrera hay que mostrar vigencia y competir.
Sus cruces en la cancha con Maxi Salas
-¿Qué compañero te sorprendió por cómo la rompía, futbolísticamente hablando?
Mira, un chico que es joven, que tiene mucho futuro, es Vicente Pizarro. Más allá de la calidad que tiene, es un chico muy centrado, me gusta mucho su forma de ser, de perfil bajo. Y después, es un jugador que le puedes dar la pelota con marca y sabes que te lo va a resolver, que se va a apoyar, que es distinto en ese sentido.
-De tus cinco años en Chile, ¿quién es el gran amigo que me deja el fútbol de tu paso por Chile?
Con Fernando de Paul tenemos una muy buena amistad, no solo yo, sino que la familia en general. Él es de Álvarez, un pueblo cerca de Rosario. Y después siento mucho cariño, me río mucho y la paso muy bien con Óscar Opazo.

-¿Y el compañero que tuviste que más te hacía reír, pero por su humor negro?
Y también el Torta Opazo puede ser. Es jodón, es alegre.
-¿El delantero que en estos cinco años en Chile más sacudiste?
Tuve algún cruce con Maxi Salas en su momento. Cuando yo estaba en Unión Española y él en O’Higgins le metimos, estuvo bueno, y después me ha tocado enfrentarlo muchas veces; en México, él en Necaxa, yo en León, después, él estando en Palestino y yo en Colo Colo. Maxi choca, mete, han sido lindos duelos, tenemos una foto en que nos estábamos puteando y casi nos agarramos, y después terminamos abrazándonos y dándonos un beso. Es un delantero difícil de marcar porque es de contextura baja, usa bien el cuerpo, te choca siempre.
-Cómo se define Ramiro González fuera del fútbol?
Ser una buena persona, es lo que busco. Obviamente que el fútbol es mi trabajo y es lo que me debería preocupar, pero me importa hasta un cierto punto. Lo que más me interesa es tratar de dejar una huella como buena persona, buen padre, buen hijo, buen esposo, buen amigo. Sí creo que soy una persona resiliente, que la peleó y que estoy orgulloso de la carrera que hice, a pesar de lo bajo que arranqué. Así que nada, agradecido a la vida y a Dios en ese sentido..
-¿Te sabes de memoria todos los clubes de tu carrera?
Alvarado de Mar del Plata, Unión Aconquija, Juventud Unida de Gualeguaychú, de la Nacional B, luego Instituto de Córdoba, Unión Española, León de México, Atlético San Luis de México, Talleres, Platense, Colo Colo, Everton.
-Jugaste en Unión Aconquija. ¿Puedes contar ese paso de tu carrera?
Eso fue una locura. Es un club que ya no sé si existe o si está en el Federal. Es un equipo del ascenso argentino de un pueblito muy chiquito de Catamarca, una estancia donde no hay prácticamente nada. No teníamos señal de teléfono y para llegar al lugar había que subir por unas cuestas que eran de precipicio. Era un lugar muy humilde, no teníamos prácticamente nada. Vivíamos todos en un hotelcito donde había algunas cabañas y no mucho más. Fue duro, difícil, pero ahí estuve con Jazmín, que es la mamá de mis hijos. Ella quedó embarazada de mi primer hijo allá y la verdad que no me arrepiento de haber pasado por ahí porque forjó mi carácter, mi fuerza, fue un antes y un después de mi carrera. Me permitió darme cuenta realmente de lo que quería y futbolísticamente también me fue bien. Peleamos el ascenso y lo terminamos perdiendo con Central Córdoba de Santiago del Estero. Después ahí vinieron cosas mucho mejores, mucho más lindas y que las disfruto mucho más por haber vivido en ese lugar donde, honestamente, no teníamos nada.