“Hubo una indisciplina mía en Colo Colo, pero por algo pasan las cosas: eso me llevó a triunfar en México”

El exdelantero chileno Héctor Mancilla recorre el camino por las canchas nacionales que lo llevó a ser transferido al fútbol mexicano, donde terminó siendo destacada figura. Desde su natal Purranque, a un traspaso que le cambió la vida.

Héctor Mancilla. El purranquino tuvo un breve pero muy fructífero paso de seis meses por Colo Colo. De allí, el salto fue al fútbol mexicano, donde se consagró como ídolo. Foto: Historia de Colo Colo.

En cada club en que estuvo, su aporte goleador fue absoluto, casi siempre con cifras de dos dígitos. Tanto en el fútbol chileno como en el mexicano, el exdelantero Héctor Mancilla (Purranque, 12 de noviembre de 1980) dejó huellas importantes.

Acá, en nuestras tierras, por ejemplo, es el artillero histórico de Huachipato y, también, tuvo un corto pero muy eficaz paso por un Colo Colo indestructible y que le permitió partir al extranjero.

Mientras, en dominios aztecas, es recordado sobre todo por ganar títulos con dos de los cuadros más poderosos, Toluca y Tigres. Sobre todo en Monterrey se le recuerda con especial afecto, ya que fue responsable directo en traer a la Universidad de Nuevo León una corona que había sido esquiva por casi tres décadas...

La historia de Mancilla partió, eso sí, mucho antes que esos tan fulgurantes éxitos y el ex futbolista repasa ese viaje con En Cancha Prime: “Purranque es mi tierra natal, donde empecé desde muy niño siempre con la inquietud sobre las escuelas de fútbol. El recreo, en el colegio, era salir y jugar a la pelota. Luego, llegar a la casa, comer y seguir jugando a la pelota. Tengo los más bellos recuerdos de mi niñez, siempre con la pelota. Desde chico siempre estuvo el sueño de llegar a ser futbolista”.

-¿Qué memorias guarda de Malleco Unido?

Es un equipo con mucha historia en Chile. Estuvo en el fútbol profesional, sacó muy buenos jugadores. En algún momento fue campeón de la famosa Copa CCU en Osorno. Para mí, Malleco es muy importante en mi vida, lo llevo bien adentro en el corazón. Fueron dos años maravillosos, donde inicié, donde estuvo el trampolín para luego saltar al profesionalismo con Huachipato. Muy importante en mi carrera, en mi vida. Cada vez que ando por esos lados, la gente me recuerda con cariño.

El salto de Héctor Mancilla a Huachipato

-Usted se transformó en una figura relevante del fútbol chileno en Huachipato. Debe haber sido grande ese cambio de Angol a Talcahuano…

En esos años, Huachipato tenía un equipo que participaba en el torneo de Tercera División, al igual que Colo Colo, que era desde donde proyectaban jugadores para darles rodaje. Jugamos un par de veces, me vieron e hicieron un seguimiento. Cuando terminé mi participación con Malleco, me llamaron. Llego y, claro, era un camarín bastante cabrón, como se dice. Estaban Lucho Ceballos, Manuel López, Miguel Ángel Neira, Carlos Ortega, Sergio Gioino… Pesos pesados. Me recibieron muy bien, me cobijaron. También le tengo mucho amor a esa institución; fueron cinco años maravillosos. Pasé por todo ahí: ser o no citado, jugar, estar en la banca. Cuando llega Óscar Garré al tercer año y Gioino se va a la Católica, ya tuve la opción de ser titular. Trajeron a otro delantero, (Percy) Araya, pero yo no solté la camiseta.

-Su rendimiento fue siempre al alza, desde que llegó al club…

Hicimos una buena campaña con Garré y me destaqué haciendo goles. Luego, llegó don Arturo (Salah) y, así sucesivamente, hasta ser el goleador histórico de Huachipato (72 goles). Haciendo el resumen, me hizo debutar el profe Felipe Pedemonte, después vino Jorge Solari, que salva al equipo del descenso. 2000, 2001 y 2002 estuve complicado, porque me costó establecerme. Aproveché la oportunidad que me dio Garré y, luego, la historia es conocida.

Goleador histórico de Huachipato. Foto: Agencia Aton.
Héctor Mancilla.Goleador histórico de Huachipato. Foto: Agencia Aton.

-Menciona usted a Arturo Salah, quien tiene fama de dejar huellas importantes en los clubes por donde pasa, sobre todo en los jugadores que dirige. ¿Qué recuerdos tiene de él?

Es uno de los técnicos que más me han marcado. Don Arturo, para mí, es por lejos uno de los mejores que he tenido y por eso el cariño y la admiración que le tengo. Hicimos buena campaña con él; estuvimos a un paso de pelear un título. Teníamos buena comunicación con él.

-¿Qué le enseñó en específico?

Me enseñó a ser una buena persona, principalmente. Luego viene todo lo demás, que tenía muy buen manejo de grupo, tácticamente también era muy bueno. Pero lo fundamental es ser un buen tipo y fue fundamental en eso haber trabajado con Don Arturo. Mi admiración completa para él por todo lo que me aportó en su momento, para desarrollarme como persona y futbolista. Ahora que estoy en la faceta de entrenador, entiendo perfectamente a don Arturo.

-Cuéntenos, entonces, cómo va esa faceta de entrenador…

Ha sido complicada. Al principio toca picar piedras, recibir varios portazos, pero no voy a decaer ni bajar los brazos. Soy un tipo perseverante, gladiador, que siempre va por sus objetivos. Ya tuve la experiencia de dirigir acá en México a dos equipos, en la categoría que vendría siendo como la Segunda Profesional de Chile. Y hasta noviembre del año pasado estuve como ayudante técnico de Mario García, un DT multicampeón acá en la Liga de Ascenso, en el Atlético Morelia. Ahora estoy esperando a que salga algo. Estuve en Chile desde finales de 2023 hasta mitad de 2024, toqué puertas en Tercera División y Segunda, pero no tuve la fortuna de que confiaran en mi proyecto, así que tuve que volver a México y acá sigo, después de tantos años. Yo llegué en 2006 a este país y me han tratado muy bien.

-¿Algo en concreto para este año?

Estoy esperando. Tuve la posibilidad de dos proyectos en Centroamérica, pero que al final no se concretaron. Pasa, a veces así, pero sigo a la espera de que confíen en mi trabajo. Es así al principio, cuesta, como todo, tal como me costó como futbolista. Así que me sigo preparando, para cuando llegue la oportunidad estar al 100 por ciento y desempeñar un proyecto serio y profesional.

-¿Se siente más mexicano que chileno?

No, no. Yo soy chileno. Amo mi país, amo Purranque, pero hay que tener claro que fueron dos años en Malleco, cinco en Huachipato y seis meses en Colo Colo. De ahí en adelante, todo ha sido México. Entonces, el 60 o 70 por ciento de mi carrera la hice acá. Dejé huellas, la gente me quiere, salí campeón en los equipos en que estuve. Lógicamente, soy chileno, pero también quiero y respeto mucho a México, por las posibilidades de trabajo que me ha dado.

Colo Colo, un nuevo desafío y una indisciplina que le cambió la vida

-Comentaba recién que, cuando llegó a Huachipato, lo hizo a un camarín bien cabrón… ¿Qué se puede decir del que se encontró en Colo Colo, entonces?

Pero es que Huachipato era más. O sea, sí, Colo Colo era un camarín muy cabrón, pero ya de gente de mi edad. Cuando llego a Huachipato, con decirte que yo no me vestía en el camarín principal, sino que solo en otro lugar. Con eso te digo todo… El utilero tenía la orden de, al principio, mandar a los más chicos a otro lado. Antiguamente eran así los camarines cabrones, pero después ya me los gané con creces. Al principio no jugaba, iba o no citado, pero ahí siempre recibí buenos consejos de Ceballos, de López, de Gioino, de (Gustavo) Dalsasso que también estaba ahí. Se portaron bien conmigo.

-O sea, usted ya estaba más curtido cuando llegó a Colo Colo; no le venían con cuentos…

Era un camarín cabrón, pero ya de mi edad. Yo ya había salido goleador del campeonato con Huachipato. Tengo lindos recuerdos de ese equipo. Jugar con Claudio (Bravo), Chupete (Humberto Suazo), Mago (Jorge Valdivia), Mati (Matías Fernández), Davicho (David Henríquez), (José Luis) Jerez, (Arturo) Sanhueza. Muy buenas personas y bien dirigidos por el Bichi (Claudio Borghi). Gratos recuerdos. Haber jugado en Colo Colo me marcó mucho. Estuve a la altura y no me pesó la camiseta, porque hice 12 goles en 16 partidos o por ahí, no siendo titular indiscutido.

-Ese equipo de Claudio Borghi se recuerda como uno de los grandes planteles de la historia del fútbol chileno…

Ganaba caminando, era un equipazo. Muy bien trabajado físicamente y manejado de muy buena forma por el Bichi. Era avasallador.

Seis meses muy intensos en Colo Colo.
Héctor Mancilla.Seis meses muy intensos en Colo Colo.

-¿Cómo era Borghi en plena faceta de entrenador? Porque está esa caricatura del Bichi cercano, amigo de los amigos, bueno para los asados… ¿Es tan así?

Es un tipo de fútbol, con mucho recorrido, como jugador y como técnico. Tiene buen manejo de grupo y entiende al jugador. Para mí, es un gran técnico. Fue un privilegio haber sido dirigido por él. Por eso Colo Colo en esos años andaba tan bien.

-¿Cómo era la competencia en un equipo de ese calibre y con esa delantera?

Había que aprovechar cuando te tocaba y si entrabas de cambio también. Claudio tenía un sistema en que jugaba con un solo 9, porque detrás venían Mati y el Mago, con Kalule (Rodrigo Meléndez) y Arturo más atrás. Hubo una o dos oportunidades que pudimos jugar con Chupete los dos arriba, pero mayormente era un solo centrodelantero. Por las bandas iban Jerez, (Álvaro) Ormeño, (Gonzalo) Fierro. David Henríquez, con (Miguel) Riffo o (Luis) Mena… Un equipazo.

-¿Cómo recibió la noticia de que se iba a jugar al extranjero?

Fue una oportunidad que se dio en el momento. La directiva decidió venderme y lo tomé de la mejor manera. La gente de Veracruz me fue a ver a un partido de Colo Colo contra Universidad de Concepción y les pareció bien y concretaron la compra; así llego a México en 2006.

-¿Le hubiera gustado jugar más tiempo en Colo Colo?

Sí, me hubiese gustado. Ahí tuve un tema con Claudio y la directiva, que después se habló y quedó en anécdota nada más. Tuvimos ciertas diferencias en algunos temas y allí se toma la decisión de salir de Colo Colo. Aceptaron la oferta del Veracruz y ya…

-¿Diferencias entre usted y Borghi? ¿Podría explicar un poco mejor?

Hubo un tema de indisciplina mía y ahí fue cuando quebramos relación con Claudio y la directiva tomó la decisión de aceptar la oferta de Veracruz. Pero, por algo pasan las cosas, eso llevó a que llegar a México y triunfar acá…

-No es por meter el dedo en la llaga, pero ¿puede ahondar un poco más en esa indisciplina?

Era un poco más joven. El tema de la fama, Colo Colo, estar en Santiago, venir de Concepción. Fue un error mío en su momento de llegar tarde a un entrenamiento. Pero fue eso y es respetable. Hoy lo entiendo como director técnico y le encuentro toda la razón a lo que decidió Claudio en su momento.

-¿Se recompusieron en algún momento las relaciones con Claudio Borghi?

Es que nunca hubo una falta de respeto ni nada grave. Solo se tomó la decisión de que saliera de Colo Colo y aceptar la oferta del extranjero. Luego, Claudio me llama a la Selección y ahí tuvimos una conversación. Quedó todo zanjado. El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Fue un error, como todo jugador que llega a la capital: la fama, el dinero, el carro… Pero eso no significa que te van a crucificar por toda la vida.

-¿Piensa en algún momento volver a Chile?

Ya me radiqué en Morelia y aquí tengo mi punto base. Como técnico, después, puedo estar en Chile, Perú o China. Mi sur de Chile me encanta, pero me veo dirigiendo en Primera división, en las elites, no voy a descansar hasta lograrlo, que es una promesa que le hice a mi mamá, que en paz descanse. Me ha costado, pero ahí estoy de insistente, de cargante. Seguiré preparándome y tengo fe en que llegará un momento en que podré estar dirigiendo, quien sabe a Huachipato, Colo Colo, Tigres, Morelia, Toluca, Veracruz, equipos donde dejé huella y estoy seguro que en algún momento tendré la oportunidad.