Pese a retirarse hace siete años, Cristián Álvarez (45) no ha dejado de ver fútbol y, por supuesto, algunas cosas han cambiado.
Por ejemplo, hoy no sorprende que un jugador del fútbol chileno se vaya al extranjero con muy poca experiencia en Primera División, cuando antes era habitual consagrarse en la máxima categoría para luego dar el salto a una liga mejor.
Thomas Gillier, por ejemplo, dejó recientemente la Universidad Católica con apenas 26 partidos en el cuerpo y sin siquiera dar una vuelta olímpica con los cruzados. A sus 21 años, sus deseos por emigrar fueron más grandes: firmó en el Bologna y ahora se gana su espacio en el Montreal de la MLS, donde está a préstamo.
Otro caso: Ignacio Pérez, juvenil de apenas 19 años, estuvo pensando seriamente en abandonar San Carlos de Apoquindo para irse al fútbol español, pero conversaciones con Daniel Garnero y José María Buljubasich lo terminaron convenciendo de seguir con su proceso de maduración futbolística en Las Condes.
“Es una nueva época y uno lo tiene que mirar así. Yo, por ejemplo, no soy de esos que dice ‘no, es que antes nosotros hacíamos esto y así era mejor. Jugábamos en la calle y ahora no’. Oye, son épocas diferentes nada más”, comenta Álvarez.
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-¿No te choca que un chico de Católica se vaya joven al extranjero y ni siquiera alcance a consagrase acá?
No, para nada. No me choca tanto. Obvio que me gustaría que jugaran un poquito más y se vayan luego, pero si ven que no tienen oportunidades donde están y creen que las pueden tener en otro lado, que se vayan, no hay problema. Ojalá encuentren su lugar en el mundo en otro equipo o en otra liga.
-Igual, digámoslo, antes la mentalidad era otra: triunfar aquí y luego dar el salto...
Pero que hoy los chicos piensen así es culpa de las decisiones que tomamos los adultos. Dentro de un club o de una federación, son los adultos quienes toman las decisiones. Si hay pocos partidos, por ejemplo, ¿de quién es la culpa? ¿De los chicos que ya no quieren jugar o de quienes organizan los campeonatos? Los adultos siempre son los culpables. Miremos esto bien, con un poco más de perspectiva. Preocupémonos de que los niños hoy salgan con mentalidad de prepararse siempre y no los llevemos a tomar el camino fácil.