“Si no ganábamos el primer título en 2016, hoy la UC no tendría el Claro Arena”

Ad portas de su despedida en el nuevo estadio de la Universidad Católica, Cristián Álvarez conversó con En Cancha Prime y aseguró que la historia del club cambió el 30 de abril de 2016. El Huaso le dirá adiós al fútbol de manera oficial el domingo 28 de septiembre junto a Milovan Mirosevic y José Pedro Fuenzalida.

Cristián Álvarez Ídolo de la Universidad Católica. Foto: Agencia Aton.

Pese a que se retiró en 2018, Cristián Álvarez le dirá adiós al fútbol de manera simbólica el próximo 28 de septiembre en el Claro Arena. En aquella jornada, el popular Huaso -junto a Milovan Mirosevic y José Pedro Fuenzalida- compartirá cancha con una constelación de estrellas cruzadas que dejaron huella en la Universidad Católica, en un evento llamado “Adiós Capitanes”.

“Es algo súper especial lo que vamos a vivir ese día. Para mí igual fue bien inesperado, porque había pasado harto tiempo ya. Habíamos planificado con Milovan una despedida varios años atrás, y pensamos que había quedado en nada. Ahora se retomó ese sueño este año y qué mejor que incorporar al Chapa también y más encima en un estadio nuevo”, confiesa Álvarez, hoy de 45 años, en conversación con En Cancha Prime.

El oriundo de Curicó conoció la gloria en su máxima expresión como jugador de la UC: ganó 5 Campeonatos Nacionales, 1 Supercopa y 1 Copa Chile, lo que lo convirtió en todo un símbolo en el conjunto precordillerano, donde portó la jineta de capitán.

“Seguimos preparándonos para esa jornada y yo, personalmente, también me pongo a tono en la parte física, porque quiero estar bien para ese encuentro. Tenemos muchas ganas. Estamos ansiosos”, añade Álvarez, que a lo largo de su trayectoria también vistió las camisetas de River Plate, Beitar Jerusalén, Jaguares de Chipas y Universitario de Deportes.

El exjugador de la UC en su último partido como profesional en 2018: ante O'Higgins en San Carlos de Apoquindo. Foto: Agencia Aton.
Cristián ÁlvarezEl exjugador de la UC en su último partido como profesional en 2018: ante O'Higgins en San Carlos de Apoquindo. Foto: Agencia Aton.

-Y ese día estará cargado de una emoción muy fuerte para el hincha de la UC, porque se le juntan, quizás, sus tres últimos ídolos...

Sin duda que las emociones serán fuertes y para nosotros también. Para mí, estar al lado del Chapa y del Milo es darle un lindo cierre a mi carrera. Era lo que quería. Me parece que el estadio va a estar lleno y sin duda que será lindo. Imagínate que de chicos los tres teníamos el mismo sueño: que nos subieran al Primer equipo, salir campeones y ahora terminar juntos ese recorrido es especial.

-Ha habido tiempo para reflexionar. ¿Te dejó conforme la carrera que hiciste?

Mira, si yo analizo mi proceso desde las inferiores, claro que me deja conforme, porque nunca me imaginé haber llegado donde llegué. Ahora, si lo analizo desde el profesionalismo, siempre aparece la frase ‘pucha, debería haber hecho esto o esto otro’ o ‘no hice lo que tenía que hacer en ese momento y quizás fallé’, pero asumo que es normal tener ese gustito. Igual, en términos generales, yo estoy súper contento con lo que hice, no puedo ser egoísta con el fútbol, que me dio muchísimo en mi vida.

-¿Alguna espinita clavada?

Quizás haber jugado en Europa, en algún país importante y también haber disputado un Mundial con la Selección Adulta. No lo logré, pero bueno, jugué una Copa del Mundo Sub 17, estuve en los Juegos Olímpicos también. No me puedo quejar.

-Además, llegaste a jugar en River Plate, cuando no era muy común irse a jugar al fútbol argentino como ahora, y de verdad había que destacar mucho.

Sí, todavía recuerdo cuando me llamaron y me dijeron ‘nos vamos a River’. Esas cosas quedan grabadas para siempre. El primer día que llego, cuando debuto, todo. Hice partidos muy buenos, y quizás después me fui quedando o fallé en otros, justo cuando había que destacar para, tal vez, dar el salto a Europa. Pero nada, conforme con lo que hice.

-Y River se fijó en ti porque, sorprendentemente, te pusiste muy goleador en la UC. Hiciste 19 goles entre 2004 y 2005...

Sí, hice muchos goles y, si te soy sincero, hasta yo me impresioné, porque además los marqué jugando de todo: de central, de stopper, de lateral y de volante.

-¿Cuánto sufre el futbolista al momento del retiro?

Uno no se retira de un día para otro, salvo que pase alguna desgracia, entonces, en mi caso, irlo asimilando de a poco igual me ayudó. Para mí no fue tan duro la verdad, para nada. Es más, no echo de menos el jugar. Lo que sí extraño es el camarín, el entrenar en el alto rendimiento siempre compartiendo con tus compañeros, porque ya después practicar solo no tiene el mismo gustito. De repente tratamos de explorar otros deportes, pero ahí uno llega hasta donde puede nomás, en cambio en Primera te exiges al máximo y eso es lindo igual. Pero ahora ni juego fútbol (ríe). No es que no me guste, pero como me termino lesionando, medio que me aburre.

“No ganamos el primer título del 2016, O’Higgins lo perdió”

-¿Es 2016 el año más importante en tu carrera? Católica salió campeón después de 6 temporadas y tú gritaste el Torneo de Clausura con todo.

Ese título tiene mucho significado para la institución, para la hinchada, pero para mí tiene más importancia el bicampeonato de ese año, porque se ganó como se tenía que ganar: jugando bien y siendo superiores de principio a fin. Yo, al menos, lo viví de otra manera. Claro, el primero se sufrió con todo, pero nosotros no ganamos el título, sino que O’Higgins lo perdió (cayó 1-2 ante U. de Concepción en la última fecha). Yo quería ganarlo bien y por eso lo pongo por debajo del segundo torneo que ganamos ese año.

El Huaso, como capitán de la UC, levantando la copa de Primera División el primer semestre de 2016. Foto: Agencia Aton.
Cristián ÁlvarezEl Huaso, como capitán de la UC, levantando la copa de Primera División el primer semestre de 2016. Foto: Agencia Aton.

-¿Y eran conscientes de que estaban cambiando la historia del club? Nació una UC con mentalidad ganadora después de eso.

Sí, pasaron muchas cosas después de ese primer título en 2016. Mira, yo hasta pienso que si no se ganaba ese título hoy el Claro Arena no existiría, porque el club sin duda que cambió desde esa copa. Si perdíamos ese campeonato nos teníamos que ir todos, jugadores, dirigentes, y las ideas llegaban hasta ahí nomás, se terminaba todo. Por suerte salimos campeones y el rumbo del club cambió para bien: se terminó la presión, se concretaron nuevas ideas, y claro, luego vinieron cuatro campeonatos seguidos, lo que hizo que esa idea del estadio nuevo ya tomara forma.

-Mario Salas, entrenador de esa UC bicampeona, dijo que el primer título lo ganó la gente. ¿Fue tan importante el apoyo de los hinchas ese día en San Carlos de Apoquindo?

Sí, totalmente, y por eso merecido está el Día del Hincha Cruzado. Lo comparto absolutamente. Si tú analizas el partido que hicimos ante Audax Italiano, jugamos pésimo, de verdad muy mal, pero la gente nos alentaba a ir para adelante. Gritaron, cantaron, lloraron, nos pedían el último esfuerzo. Fue increíble. Ellos dieron vuelta el partido. Con fuerza y valentía sacamos el partido adelante.

“Uno nunca le puede decir que no a Católica”

-¿Por qué el jugador formado en la UC es especial? Se nota desde fuera que hay un sentido de pertenencia bastante fuerte.

Sí, es especial. A ver, en mi caso, futbolísticamente me crie en San Carlos, pero también me formé como persona allí. Los valores y la educación que te dan los profesores en Católica no se te olvidan más. Mi vida la hice ahí, y por más que ahora no esté ligado al club, siempre hay algo que te termina involucrando con la UC.

-Y hasta trabajaste en el club después de tu retiro.

Sí, fui entrenador de la Sub 12 y también trabajé en la secretaría técnica. Ahora me gusta el tema de la formación de jugadores y estoy en eso, pero no como entrenador, sino como director de fútbol en un proyecto en la Universidad San Sebastián. Estoy involucrado con un montón de niños y eso me motiva mucho. Es como empezar de cero. Es una inyección anímica diaria el verlos crecer y progresar.

-¿Y ser DT algún día en un club?

No sé, podría ser. Las dos cosas me tiran, pero esto de la formación yo nunca pensé que me iba a gustar la verdad. Pasa que después del fútbol uno se retira y tiene que encontrar para qué es bueno, y esto me ha gustado. Yo ahora estoy bien en el lugar donde estoy. Estoy haciendo algo que me encanta.

-¿Y volver a trabajar en la UC?

¿Por qué no volver en algún momento? Uno nunca le puede decir que no a Católica.