
Hace por lo menos cuatro años que la defensa de la Universidad Católica parte por él. Branco Ampuero (32) tiene que estar sí o sí en la última línea de los Cruzados, si no se encienden las alarmas entre los hinchas.
Con 163 partidos desde que arribó a San Carlos de Apoquindo en 2017, el ex Deportes Antofagasta -también jugó en Puerto Montt, donde se formó- se ha convertido en un inamovible en la UC, sea quien sea el técnico que esté en la banca repartiendo instrucciones.
Hoy, con Daniel Garnero al mando del plantel y con 32 años a cuestas, el oriundo de Carelmapu sigue con un estatus estelar, más allá de que él no se sienta un referente de la institución, como le confiesa a En Cancha Prime.
-Desde 2017 en la UC, Branco. ¿Qué evaluación haces de tu estadía en San Carlos de Apoquindo?
La evaluación es positiva. Hubo momentos de mucho aprendizaje. Incluso, en algún momento me tocó irme del club luego de venir a préstamo por 18 meses (2019-2020), y fue un momento duro para mí en lo personal y en lo futbolístico.

-Volviste después, en todo caso...
Sí, sobre la base de esfuerzo y buenas campañas en Deportes Antofagasta, un club al que siempre le estaré agradecido. Pude mantener un buen nivel y al final me terminó comprando Universidad Católica. Ahora voy para los cinco años post regreso y estoy muy contento en el lugar donde estoy. Me siento parte importante de esta institución, donde trato de rendir siempre al máximo.
-¿Sentías que te debías una segunda oportunidad en Católica? Estuviste muy cerca de fichar en Colo Colo también.
Sí, hubo conversaciones con Colo Colo, no lo voy a negar, pero la intención de Católica siempre fue clara y era la mejor opción. La verdad, no hubo mucho qué pensar de parte mía. Siempre me sentí querido acá. Agradecido estoy del Tati (José María Buljubasich), que por segunda vez creyó en mí y me trajo de vuelta, a Juan (Tagle) lo mismo. Estoy muy cómodo en este club. Siento que he podido retribuir con buen rendimiento la apuesta que han hecho conmigo.
-Hoy están Gary Medel y Fernando Zampedri como voces importantes dentro del camarín. ¿Branco Ampuero se siente referente de la UC?
No, para nada. Creo que me falta mucho para ser referente de Católica. Me faltan títulos por ganar, partidos por disputar, meter al club otra vez en Copa Libertadores o Copa Sudamericana. Hay mucho por competir todavía. Sí creo que voy por un buen camino. Siento que soy un jugador que siempre ha rendido, que siempre ha estado a la altura, donde sea que haya jugado, y eso se logra con trabajo. Fernando y Gary son dos referentes de lujo: uno es el goleador histórico del club y el otro es dos veces ganador de Copa América. Ellos te traspasan un sacrificio importante y el resto tenemos que acoplarnos a eso. Me enfoco también en ayudar a los más chicos, que son el futuro del club. Estoy muy contento con todos acá, con el área médica del club, con mis compañeros, con el cuerpo técnico, con todos los que he compartido varias temporadas.
“Más allá del entrenador que esté, los jugadores tenemos que dar la cara siempre”
-¿Qué significa jugar en el Claro Arena?
La salida de San Carlos fue dura, difícil. La mayoría de las veces no pudimos conseguir estadio en las mejores condiciones. Nos tuvimos que mover mucho: Rancagua, La Serena, Santa Laura, Viña, Collao... Fueron temporadas de moverse mucho, de no tener localía, y con el porcentaje de puntos ganados que tenía el club antes de cerrar el estadio, créeme que lo sentimos. Inaugurar el Claro Arena con toda nuestra gente, con los jugadores y el cuerpo técnico que tenemos, ha sido importante y se ha visto reflejado en los números. Esperamos seguir por el mismo camino, porque nos quedan cinco partidos de local este año, con un clásico entre ellos, que es muy importante para el objetivo del Chile 2.

-Siempre diste la cara en el ciclo de Tiago Nunes. ¿Por qué crees que el proceso del DT brasileño no funcionó?
Por lo que me ha tocado vivir como jugador, yo siempre digo que la responsabilidad es compartida. Siempre soy partidario del 50 y 50 en estos casos. Más allá del entrenador que esté, los futbolistas tenemos que siempre dar la cara, y en eso yo siempre he sido autocrítico con mi rendimiento. Como protagonistas de este deporte, convivimos siempre con el error. Es parte de nuestro trabajo. Por supuesto que tendremos aciertos muchas veces y también virtudes, pero nos equivocamos y nos seguiremos equivocando. Con Tiago no pudimos cerrar la clasificación a Sudamericana y luego perdimos puntos importantes el primer semestre.
-¿Y qué cosas ha hecho Daniel Garnero para que el equipo cambie tanto?
Es que Daniel llegó a descomprimir un poco el ambiente. Nos ha dado cierta libertad también dentro de la cancha a la hora de tomar decisiones, y eso se ve reflejado en los resultados. El equipo está muy cómodo con él y estamos trabajando duro para conseguir los puntos necesarios, lograr el Chile 2 y poder cerrar el año como merece Católica.
-Se te acaba el contrato en la UC a final de año. ¿Te gustaría seguir?
Sí, por supuesto, siempre están las ganas de seguir. Yo soy muy sincero como jugador: a Católica le debo muchísimo. Gran parte de mi carrera en Primera División la he pasado acá, jugando varios partidos, saliendo campeón, siendo capitán de este club... Me han tocado campañas buenas, campañas malas, y respeto mucho a la institución. Quiero mucho a la UC. Se me acaba el vínculo el 31 de diciembre, pero cuando finalice el torneo veremos en qué condiciones estamos. Veremos qué es lo que quiere el club y lo que quiero yo como jugador también.

Branco Ampuero y la importancia de los sicólogos deportivos
Con 32 años y un recorrido respetable en la máxima categoría de nuestro balompié, la figura de la UC toma la bandera al momento de recalcar cuán importante es dedicarle tiempo a fortalecer la cabeza, en un ambiente donde las críticas muchas veces son despiadadas.
“La carrera del deportista en general es muy bullada, en el sentido en que hoy hay una facilidad tremenda para criticar. Lo vimos hace poco con la Selección Sub 20, que más allá de si anduvo bien o mal, los jugadores tuvieron que pasar por un proceso muy duro, ellos y el cuerpo técnico”, dice.
-¿Cómo convive un futbolista con las críticas?
A veces es hasta un poco cómico ver cómo personas que nunca jugaron de manera profesional o que ni siquiera están ligados con el deporte, hacen comentarios cargados de insultos y discriminación. Creo que es una materia digna de estudiar. Pienso que cada día son más importantes los sicólogos deportivos.
-¿Qué opinión tienes de las redes sociales?
Las redes sociales llegaron para quedarse: te enaltecen cuando ganas un clásico, pero después te dan en el suelo cuando cometes un error. Yo siempre he recalcado que hay que mantenerse fuerte de cabeza. A mí me ha tocado vivirlo, remarla desde atrás. Lo importante cuando uno se siente superado es pedir ayuda, y yo lo hice en su momento, no porque lo estuviera pasando mal en el fútbol con mi carrera, sino por un aspecto más general de vida.

-¿Qué pasó en tu vida que comenzaste a preocuparte por la salud mental?
Para mí el fútbol no es lo más importante; sí lo es mi familia, mis padres, mis hermanos. En algún momento desvié el rumbo y pensé que por perder un partido se me arruinaba toda la semana. Eso me terminó haciendo clic. Me pasaba que perdía un partido y llegaba enfadado a la casa y terminaba discutiendo con mi señora o con mis padres, y ese camino estaba totalmente equivocado. Lo pude ir corrigiendo con el tiempo, tomando mejores decisiones, algo que me permite estar más sano de la cabeza. Espero que relatos como este ayuden para que se pueda ir trabajando en conjunto con los clubes, con sicólogos. Que haya un acompañamiento permanente que le termine haciendo bien al fútbol chileno.
-¿Y el futbolista se atreve a pedir ayuda o está mal visto?
Hoy el jugador prefiere callar y es normal, es parte de. Lamentablemente, vamos creciendo con la idea de que no podemos pedir ayuda porque el ambiente te mira en menos o tus compañeros comienzan a dudar de ti. Hay situaciones en las que el fútbol es cruel. Con todo esto de las redes sociales está instalado el tema, y los más chicos van a tener que tomar cartas en el asunto pidiendo ayuda. Los clubes no los pueden dejar solos en esa etapa de crecimiento. Yo al menos me inicié en el fútbol sin redes sociales y hoy día los más jóvenes tienen que convivir con ellas.