Una de las principales características de Cristián Montecinos (54) siempre ha sido la frontalidad. Sin pelos en la lengua, dice lo que piensa, cuando lo cree correcto. No se esconde en frases hechas y aquel rasgo fue algo que siempre acompañó al recordado goleador del fútbol chileno.

Repartió goles por el mundo, con brillantes pasos por México, Colombia y el Medio Oriente, pero acá en Chile también marcó hitos importantes.

En esta entrega de la conversación que sostuvo con En Cancha Prime, el talquino recuerda sus pasos por Deportes Concepción y Colo Colo, pero se da tiempo también para analizar otros aspectos del fútbol chileno y algunos de ellos con los que no comulga demasiado, como sus reparos al manejo del SIFUP.

Consejo de padre, además, para Joaquín, su hijo, quien acaba de protagonizar una bullada salida de O’Higgins de Rancagua. El repaso arranca en el Biobío, con los Lilas, cuadro al que Cristián Montecinos le tiene un aprecio especial...

-Una estación fundamental en tu carrera fue Deportes Concepción. La Copa Libertadores de 2001 todavía se recuerda por esos lados, por una clasificación imposible a segunda ronda. ¿Cómo fue que lo lograron? ¡Faltaban cinco minutos y estaban fuera!

La verdad es que fue milagrosa. Las dos últimas fechas, necesitábamos ganar los dos partidos que nos quedaban de local (San Lorenzo de Argentina y Jorge Wilstermann de Bolivia), pero aparte de ganarlos, en el último partido teníamos que hacer de tres goles para arriba; ahí ya nos metíamos, siempre y cuando San Lorenzo empatara o perdiera. En dos jugadas rápidas. En la jugada final del partido, un tiro libre, casi córner, lo tiro y habíamos quedado con Marco Bautista, que hizo el gol, que se la iba a tirar atrás, no al primer palo. Todos se ponen al primer palo, porque era una pelota de córner prácticamente. Así que le dije 'pa atrás’… Le pega un cabezazo a lo bestia y gol. Fue una locura y de la nada, porque estábamos fuera de todo pronóstico, pero seguimos en carrera.

Montecinos recuerda su paso en Deportes Concepción

-Hablando en otras ocasiones con ex futbolistas que jugaron en Deportes Concepción, todos concuerdan en que ese club genera un sentimiento especial. Tú nunca fuiste muy apegado a los colores de los equipos que defendiste, sino más bien que tomabas los desafíos con cierta distancia. ¿Concuerdas con ese sentimiento especial que genera Concepción?

Mira. Yo jugué en 1998, en 2000, 2005, 2007 en Deportes Concepción y todas las veces que fui, salvo la primera, obviamente, fui porque quería estar en un club en que me sintiera bien y Conce me generaba eso. Es un club muy atípico, es familiar, como que te cobija. Te ven en la calle y los hinchas son buena onda. A mí desde el primer minuto me apoyaron siempre. Luego, cuando regresé la segunda vez, me costó un poquito más, porque llegué algo mal y me esperaron. Siempre estuvieron bien conmigo, entonces tengo un sentimiento con el Conce que no es el que tú crees que tenga en general con los clubes. El Conce para mí es un equipo de mis amores, más que Rangers incluso, y eso que yo soy de allí. Y se lo he dicho a la gente de Rangers, que para mí, claro, yo nací en Rangers, le agradezco, pero no ha tenido esa importancia como Conce.

El recordado artillero, con la camiseta de Deportes Concepción, club al que le tiene un cariño especial.
Cristián Montecinos.El recordado artillero, con la camiseta de Deportes Concepción, club al que le tiene un cariño especial.

-Amor genuino, entonces…

De hecho, salí goleador del fútbol chileno, a los 34 años, en el Conce. Si tú ves, acá en mi casa, tengo la camiseta del Conce enmarcada en la puerta de entrada. No la de la Libertadores, porque esa la tengo en mi otra casa… Hace poco, el alcalde anterior, Álvaro Ortiz, me la regaló en un homenaje que me hicieron, en un partido con Fernández Vial; el estadio se venía abajo gritando mi nombre. Muy bonito, la verdad. Conce es mi casa, llego al estadio, los hinchas se me acercan, voy al VIP, hago notas, abrazos, firmas con la gente. Tengo una onda con ellos… Si me pudiera ir a vivir a una parte que no sea acá en Villarrica, me iría a Concepción, porque es donde tengo más amigos.

-Justamente en uno de tus pasos por Concepción, a finales de 2005, sufriste un severo castigo de seis fechas de suspensión por parte de la ANFP, por tratar de “ineptos” a los dirigentes del fútbol. ¿Cómo fue eso?

En el club teníamos todo arreglado, todo acordado, para cancelar lo que en esa época se debía. Había dos puntos grandes: el Sifup, por una parte, con Carlos Soto, y en el otro, la dirigencia del fútbol chileno, que deberíamos haber sentido el apoyo de ellos (N. de la R.: la ANFP aplicó un castigo de un año a Deportes Concepción en 2006, en que no participó en los campeonatos oficiales). Entonces, me puse como el abanderado del club, porque no teníamos nada y luché para que al club no lo desafiliaran. Veía que estaban haciendo esto de mala manera, porque había otras instituciones y nombro a una, Fernández Vial, que debían lo mismo o quizás más, pero no tenían las penas del infierno de nosotros. Carlos Soto y compañía como que nos cortaron las alas para seguir luchando; ellos fueron claves para que el club desapareciera…

-¿El Sifup?

Carlos Soto, sabiendo que iban a quedar 30 y tantas, 40 personas de un plantel, más la gente que trabajaba en el club, sin su fuente de trabajo, no se dio cuenta de la magnitud del desastre que estaba haciendo. Por eso yo me fui en contra de los dirigentes, del Sifup, y hasta el día de hoy no comulgo con ellos.

-Pero Carlos Soto ya no está en la dirigencia del Sifup hace mucho tiempo...

Hay muchas cosas a las que no les encuentro lógica. No sacan nada con tener un complejo tremendo, llevando a los mejores para allá, entrenamientos y todo, si hay cientos de jugadores antiguos, que han sido importantes desde cuando hicieron el comité que permitió que el Sifup fuera lo que es hoy, y que los tengan abandonados. Eso es lo que me molesta más. Que no tengan la empatía con los que tienen más años, que son los que sufren más. Antiguamente, tampoco se ganaba como se gana hoy. Me molestó mucho que se hicieran acuerdos internos entre los mismos y que generaran un pago de 20 millones para los que salían de la carrera. Eso fue muy injusto para los que hicieron la pega anteriormente y que no recibieron ni uno. Si vas a hacer una cosa fabulosa, ten a los que impulsaron tu gremio un poquito bien. Te nombro un caso: Jaime Matamala, jugador de Rangers que murió hace unos años, íntimo amigo mío de toda la vida, el Sifup le mandó un par de lucas, cien lucas creo que fueron. Nosotros en Deportes Temuco solamente le hicimos dos millones. Entonces, ¿para qué está el Sifup? ¿Para incrementar los ingresos del sistema de ellos mismos? ¿O está para la agrupación de jugadores? Es un hilo tan fino y los que están allí, que son varios, por intereses económicos, tienen que seguir donde está dando leche la mamadera. Hoy, el respeto hacia los jugadores antiguos se perdió.

-¿Y has pensado en liderar un movimiento que se haga cargo del Sifup y que se haga cargo de estas inquietudes?

Es que no estoy ni cerca del fútbol. Hace tanto tiempo que dejé de jugar, me metí un poco por ahí, creé un equipo, Pilmahue, ayudé a la gente, pero sigue lo mismo. Pueden decir “este huevón es pesado” o “este compadre tiene su forma de pensar”, pero a mí me gustan las cosas derechas. Yo no ando haciendo la cosa por atrás y en el fútbol se hace así. Tampoco lo necesito, porque si estuviera económicamente mal, podría pensarlo en estar vinculado en algo. De hecho, con Joaquín tuvimos muchas conversaciones en su comienzo, porque a él siempre le dije: “No te quiero ver sufrir en esto, por último trabaja conmigo, hagamos algo”. Pero él era el fútbol, el fútbol, el fútbol. Ahora, ha dado entrevistas en que me da la razón en lo que yo le decía. El fútbol no es limpio como la gente cree; es un tema sucio…

Joaquín Monecinos, sin club tras salir de O’Higgins

-¿Has hablado con tu hijo por su polémica salida de O’Higgins?

Nosotros hablamos todos los días y, sobre lo que pasó, hasta lo agarro para el leseo un poco, porque creo que las decisiones que tomó él, con la persona que lo maneja, no fueron las mejores. Si está en un club, tiene que tener claro todo tipo de situaciones que el otro te ofrece y, como no lo tenían claro, porque Colo Colo estaba en discusión interna, no era el momento para hacer algo. Eso es lo que converso, no mucho más. Está todo dicho, todo eso está hecho.

-¿En qué situación está Joaquín actualmente?

Se encuentra sin club, con el pase en su poder y ahora tendrá que negociar con el club que venga e incorporarse a un equipo. Joaquín no es un jugador mala persona, quizás le faltó un poco más de conversación; un poco más de hablar conmigo también. Yo no me he metido mucho en los últimos años tampoco, porque no quiero estar involucrado demasiado en situaciones que él tiene que resolver; siempre lo he hecho así también. Él resuelve sus cosas bien, así que hoy ya es una página pasada, cerrada, y él tiene que seguir su carrera.

El recordado goleador junto a su hijo Joaquín, quien acaba de protagonizar una polémica salida de O´Higgins de Rancagua.
Cristián Montecinos.El recordado goleador junto a su hijo Joaquín, quien acaba de protagonizar una polémica salida de O´Higgins de Rancagua.

-¿Quién crees que manejó mal el tema?

Se manejó mal él. No digo que Paqui Meneghini sea una Dulcinea, pero un entrenador te tiene que apoyar en algún momento, si es que te quiere. Ahora, también tiene otra fuerza: que le ha ido bien en los resultados, porque si no le hubiera ido bien, Paqui no estaría en este sistema. Pero, como se le ha dado también, tiene más fuerza. Creo que Joaquín no debería haber hecho algo así, en un momento en que no había claridad. No me expresaré más, porque la interna no me interesa.

Un paso fugaz por el Estadio Monumental

-¿Te hubiera gustado consolidarte más en Colo Colo? Fue el único paso que tuviste en un grande de Chile y duró muy poco…

Fue un paso esporádico, porque en ese momento mi pase pertenecía a Carlos Hurtado, que era el mayor representante de México. Tenía que sí o sí regresar donde él dijera. Ese año (1999) vine a préstamo a Colo Colo, él me cedió. Y, bueno, tampoco terminamos muy bien en Colo Colo, ya que al otro año vino la quiebra, había muchísimos problemas económicos. Nelsinho Baptista (DT brasileño) llegó, lo hicimos bien al comienzo, pero se lesionaron 15 compañeros, todos desgarrados. Ese fue un año caótico, en el que ahí yo creo que terminó Colo Colo de decir chao, hay que cambiar todo, volvamos a un sistema nuevo y yo lamentablemente, sufrí esa transformación. Me pegó también. Tuve la fortuna de irme en noviembre o a principios de diciembre, a Necaxa y jugar el Mundial de Clubes.

-Malo no fue entonces…

No fue malo para mí, pero me hubiera gustado jugar muchos más años en Colo Colo, sin duda. Es el equipo más grande de Chile, el más popular, donde la hinchada es la más potente, un montón de cosas que se pueden decir de un club gigante como es Colo Colo. Pero mi paso tuvo de las dos partes y me hubiera gustado encauzar esas dos partes para ser campeón, ser el goleador del campeonato con Colo Colo. Esa fue la parte de mi carrera que me hubiera gustado, pero que no pude lograr.

En 1999, el talquino defendió la camiseta de Colo Colo y andubo bastante bien: 37 partidos y 14 goles. Tuvo que regresar a México, por motivos contractuales.
Cristián Montecinos.En 1999, el talquino defendió la camiseta de Colo Colo y andubo bastante bien: 37 partidos y 14 goles. Tuvo que regresar a México, por motivos contractuales.

-¿Te fuiste con todo al día en Colo Colo? ¿Te pagaron todo lo que tenían que pagarte?

Había que pagar, pero no lo hicieron porque no tenían plata. Pero sí lo hicieron, después de un juicio en que se cobraron muchos acreedores. Cobré esas platas que quedaron ahí metidas, pero después. Me debían parte del sueldo, premios, cosas así. No una cantidad enorme, pero era plata. Creo que 20 o 30 millones de la época. O sea, sí era plata, pero no algo que me fuera a matar la vida. Tuve que dejarla a dispensas de si ellos tenían la voluntad de pagármela, porque tenía que volver a México. Y no me la pagaron, me dieron unos cheques que deposité y no pasó nada; así que cobré de otra manera.

-Por último, ¿el mejor recuerdo que te queda del fútbol?

Hay etapas en el fútbol que son imborrables. Las que hemos recordado aquí son lógicamente las más lindas Empezar a jugar en Rangers, después irme al extranjero y triunfar, ser elegido el mejor de Colombia, de México haberle hecho un gol al Manchester United… Todo eso significa una carrera que me llena de orgullo, de placer, porque pocos pueden desmentir mi historia. No tengo que hacer nada para que la gente pueda googlear y que aparezca entre los diez goleadores chilenos de la historia. Eso me llena de orgullo, pero el momento que me da felicidad es haber visto jugar a mi hijo, cuando empezó en el fútbol. A Joaquín lo vi debutar acá en Unión Temuco en 2012 y eso ha sido lo más increíble para mí, el momento cúlmine de todo lo que viví en el fútbol…

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