Estuvo al mando de la Selección Chilena entre 2018 y 2021. Le tocó un periodo duro, tanto en lo social por la situación que atravesaba el país (estallido social y pandemia), como en lo futbolístico, con una Roja que, es cierto, había ganado dos copas América consecutivas, pero que había quedado fuera del Mundial de Rusia 2018.

El colombiano Reinaldo Rueda tiene un currículum suficiente como para asumir en cualquier seleccionado de América. Campeón de la Libertadores con Atlético Nacional, mundialista con Honduras y Ecuador, pero algo pasó en Chile que su proceso no terminó de cuajar y, de hecho, no llegó hasta el final de las eliminatorias rumbo a Qatar 2022 con el buzo de La Roja.

El avezado DT vallecaucano es el invitado en La Pizarra de…, el nuevo espacio de En Cancha, y aquí está su entrevista:

Las definiciones futbolísticas de Reinaldo Rueda...

-¿Cuál es su esquema principal como entrenador? ¿Cómo le gusta que jueguen sus equipos?

Se pudo palpar algo con la Selección Chilena. La idea es tener siempre a esos equipos ordenados, con buena conceptualización…

-¿Cuatro en el fondo, siempre?

Hay que tener claridad: en cuanto a sistema de juego, sí. Preferiblemente, en los últimos años he aplicado un ordenamiento 1-4-2-3-1. Luego, hacemos a veces la variable 1-4-3-3, desde el punto de vista de sistema de juego. Desde el punto de vista táctico-técnico, viene todo lo que tiene relación con el equipo ordenado, que sepa conceptualizar las dos fases del juego, que cumpla bien, que tenga alegría para jugar, colectividad. Cuando existen futbolistas de mucha capacidad técnica, como en el caso del jugador chileno, se facilita mucho ese juego colectivo, por la sensibilidad que se tiene para el juego de conjunto.

-Y en su caso, que se formó en Alemania, ¿cuánto influyó el fútbol alemán en su desarrollo como técnico?

Me fui a Alemania, luego de hacer una buena formación en Colombia, y fue importantísimo en la conceptualización de la intensidad en los entrenamientos, la parte táctica y la metodología de prácticas. Me tocó la Selección de Alemania con Franz Beckenbauer en 1990, que queda campeona del mundo en Italia, y ellos, desde el punto de vista de sistema de juego, él hacía un 1-3-5-2 y era que marcaba la pauta en esos momentos en Alemania. Luego, ellos cambian al comportamiento de línea de cuatro, pero la intensidad, el pase, el control, lo que significa ese juego colectivo, vertical, fue una buena formación para redondear todo lo que yo traía desde el fútbol colombiano.

-¿Cuál cree usted que ha sido el aporte de Josep Guardiola al fútbol internacional? ¿Cree que ha sido el DT que ha marcado este siglo?

Indudablemente que lo que vivió con el Barcelona marcó a todo el mundo, porque eso se irradió después. Esos ocho jugadores transfirieron lo de ese club a la Selección Española. Tanto lo que hizo en España y que se plasmó tan bien a nivel absoluto en Sudáfrica 2010, lo repitió luego en el Bayern Múnich y se vio en Brasil 2014 con la Selección Alemana. Ese juego elaborado, las variantes implementadas con números 5, como Busquets, o jugadores con buen pie, inteligencia de juego. Lo que hizo en Alemania, también, el Bayern marcó mucho al fútbol del mundo y a todos nosotros que teníamos que enfrentarlos. Luego ratificó todo eso en posesión, que él lo traía en su esencia, en su sabia, desde el Barcelona de Johann Cruyff, que fue la influencia de la escuela holandesa. Lo de Rinus Michels y antes incluso. El juego de posesión, el juego posicional, eso dio muchos resultados durante muchos años.

El vallecaucano estuvo entre 2018 y 2021 al mando de la Selección. Foto: Agencia Aton.
Reinaldo Rueda.El vallecaucano estuvo entre 2018 y 2021 al mando de la Selección. Foto: Agencia Aton.

-Y en la actualidad, ¿qué equipos del fútbol internacional le gusta ver?

El Liverpool, lo que ha hecho históricamente Guardiola en el City y el Real Madrid, por esa riqueza técnica que tiene. Son equipos que uno ha seguido siempre, por los sistemas de juego. Por ejemplo, ahora, con la transición que está viviendo el Real Madrid de Ancelotti a Xabi Alonso, quien viene con una mezcla importantísima, con todo lo que vivió como jugador del Liverpool, del Real Madrid, con Guardiola en el Bayern. Es alguien con una gran riqueza táctica. Hay equipos interesantes, como el PSG, que todo el semestre pasado lo tuve como uno de mis favoritos para observar, por todo lo que estaba haciendo Luis Enrique.

-¿Qué le pareció la elección del Balón de Oro? ¿Su candidato era Démbelé, Vitinha, Lamine Yamal?

PSG interpretó un fútbol muy vistoso, equilibrado, atractivo. Con una gran colectividad. En mis aplicaciones, tengo siempre al PSG y estoy muy pendiente, aunque no tuviera jugadores ahí. Me gustaba ver todas las variantes. Lo de Dembélé me parece extraordinario, muy meritorio. Es un jugador que maduró mucho, que sufrió también. Lo que vivió en el Borussia Dortmund, en el Barcelona, después ahora en París. Se demoró en consolidarse y llegó en el momento oportuno, con una gran colectividad de un PSG que hizo muy buenas sociedades.

-Y ahora le toca la votación de la FIFA, así que ahí tendrá que elegir…

Siempre hay esa obligatoriedad y responsabilidad. Nosotros, a veces, aparte del momento y de evaluar los comportamientos tenemos una sensibilidad y una ascendencia. Elegir es difícil, pero es lo que corresponde. Veamos a qué candidatos propone la FIFA y ahí escogeremos.

Reinaldo Rueda y sus primeros contactos con La Roja

-Como entrenador, ¿qué recuerdos tiene del partido Chile vs. Honduras en el Mundial de Sudáfrica? ¿Qué le llamaba la atención de ese equipo chileno?

Para Honduras, era dificilísimo enfrentar al mejor de Sudamérica en ese momento, por todo lo que había hecho el maestro Bielsa. Una generación que se posicionó muy bien y un equipo que tenía una gran versatilidad. Lo habíamos enfrentado en un partido amistoso previamente, pero ese era un Chile que había tomado un ritmo intenso. Esa intensidad, los casos de Mauricio Isla y Jean Beausejour, los mismos Gonzalo (Jara) y Gary (Medel) dando esa seguridad en la zona defensiva. Lo de Valdivia, lo de Alexis. Era una Selección colectiva, con muy buena técnica, con ese juego intenso por las bandas. Las triangulaciones, Arturo (Vidal) que en el momento era el polivalente, que jugaba de central, de primera línea, con liderazgo… Es una Selección que vimos muy bien. Se hizo un partido muy intenso, en que salió figura Noel Valladares, que era nuestro arquero. Chile nos exigió mucho, con una gran vocación ofensiva, con un ida y vuelta importantísimo, que era el sello del Maestro Bielsa.

-Luego, a usted le tocó enfrentar a Chile rumbo a Brasil 2014, cuando era técnico de Ecuador (victoria de Ecuador en Quito, de Chile en Santiago). ¿Vio algún cambio en el equipo con que había jugado anteriormente?

Conservaba mucha huella. Y eso fue lo gratificante cuando compartimos con los jugadores después, en Juan Pinto Durán. Como todavía tenían esa intensidad, que lo vimos en cada entrenamiento en las canchas en que trabajamos juntos. La cultura de entrenamiento que adquirió el jugador chileno. Chile siempre tuvo una gran metodología, muy buenos entrenadores, sensibilidad por el juego colectivo. Ese tocar y moverse vistoso del jugador chileno. Bielsa aprovechó muy bien a esa generación del 2007 del profesor (José) Sulantay en el Mundial Juvenil de Canadá. Ya en 2014 vi una Selección con más trayectoria, más peso, con más partidos. Quizás no tan intensa como en la época de Bielsa; ya había tenido el paso del profesor Borghi y estaban con Sampaoli. Se veía un con mucha madurez y que incorporó, por ejemplo, a Charles Aránguiz, que después tomó esa gran dimensión de “El gran Charles”, un jugador con un cerebro, una comprensión del juego, una inteligencia sensacional. Y así: tenía muchas variantes Chile y jugadores importantísimos. Luego, lo ratificó en el Mundial de 2014; los brasileños hubieran preferido quedar eliminados contra Chile, con ese postazo de Pinilla, que haberse comido los siete ante Alemania.

-Al ver el fútbol chileno hoy, prácticamente la última gran actuación de una Selección fue con usted, cuando Chile fue cuarta en la Copa América. ¿Cree que en ese momento no se valoró lo que se hizo? ¿Cómo recuerda ese equipo, en que comenzó la mezcla de experimentados con jugadores jóvenes?

Fue una linda experiencia, muy gratificante, en momentos neurálgicos, difíciles. Decisiones a veces impopulares, como la no convocatoria de Claudio Bravo, que venía de todo un año de inactividad por su cirugía de tendón de Aquiles. El caso de Nicolás Castillo, que lo perdimos por una lesión importante. Y ese partido por el tercer lugar con Argentina, en que incluso hay una decisión arbitral que los favorece, que si no podría haber sido distinto para nosotros. Una falta en que nos distrajimos, en que se distrae Gonzalo (Jara) por discutir con el árbitro y propiciamos ese gol de Argentina. Pero era una Selección muy comprometida, muy profesional, con mucha mística, de parte de todos, de Gary, Arturo, Charles, Beausejour, con esa intensidad de juego. Nos dejó una buena experiencia y, sobre todo, ir haciendo esa transición. El mismo Brayan Cortés que estaba ahí; (Gabriel) Arias, que había destacado en La Calera.; (Óscar) Opazo, (Igor) Lichnovsky, varios que tuvieron la oportunidad, Paulo Díaz. Algo que se estaba haciendo con respeto por la trayectoria de los grandes, pero también con mucha intención de ir posicionando a esos jugadores. Y no era fácil destronar a una generación exitosa. La nobleza siempre de la afición es que esos ídolos perduren por siempre, pero vinieron los problemas…

-¿Cuáles?

Charles se nos lesionó mucho. Venía con un problema en el talón y sufrió bastante. Hizo muchos esfuerzos para estar en partidos. Las lesiones de Alexis, después de que sale del Arsenal. Momentos difíciles. El jugador grande de la Selección Nacional nunca se quiere ir y tenían que hacer una gran exigencia para posicionarse.

Fue un tema que Rueda afrontó con frontalidad, pero por el que recibió críticas desde muchos sectores. Foto: Agencia Aton.
El recambio.Fue un tema que Rueda afrontó con frontalidad, pero por el que recibió críticas desde muchos sectores. Foto: Agencia Aton.

El recambio en La Roja: un tema delicado y recurrente...

-Entre las decisiones duras que tomó están el cambio de Arias por Bravo y también el haber sacado a Marcelo Díaz para poner a Erick Pulgar. ¿Cómo cree que esas decisiones marcaron su camino en la Selección? Porque esas medidas lo pusieron en contra de la afición y, también, de una parte de la prensa…

Son situaciones difíciles, porque son grandes ídolos. El caso de Marcelo (Díaz), con todo lo que había hecho en Universidad de Chile o en la Selección, pero viviendo otro momento, porque cuando yo lo veía en la U, y se lo dije personalmente, sabíamos que era el cerebro de Chile, pero él estaba viviendo otra realidad, en su paso de México a Racing. Y entonces aparece Erick Pulgar, con otra dimensión, con otro nivel, compitiendo en Europa, con gol de juego aéreo, con gol de tiro libre. Con seis, siete u ocho años menos que Marcelo. Lo mismo que lo de Gabriel, por la ausencia de Claudio. Son decisiones impopulares, pero uno piensa en lo mejor, para el grupo, para la Selección. A veces esas sociedades que son tan difíciles de disolver cuestan y a los muchachos les dolió mucho. A Gary, a Mauricio, a Alexis les afectó la ausencia de Claudio. A todos nos dolió, pero era por el bien de Claudio… Yo le dije a Marcelo en su momento: “si te llego a necesitar te voy a llamar, de lo contrario no tienes el nivel para mí para ser titular en la Selección y traerte para ser suplente de Erick no es muy saludable”.

-Cuando llegó la Pandemia y comienzan las Eliminatorias, en el partido ante Uruguay en Montevideo. ¿Es uno de los mayores robos arbitrales que sufrió en su carrera?, porque la mano de Coates la vio todo el mundo…

Fue un hecho evidente. Desafortunadamente, era un partido muy bien jugado, de alta intensidad, ante una Selección que pasaba por un buen momento, y nosotros proyectando a estos jóvenes que iban a seguir con esa responsabilidad de las Eliminatorias. Fue muy injusto el comportamiento arbitral y nos privaron de la posibilidad de sacar un buen resultado en Montevideo.

-En ese partido Chile jugó bien y, al analizar la formación, estuvieron Arias, Paulo Díaz, Sierralta, Nicolás Díaz, Vegas, Baeza… Es decir, un equipo nuevo. ¿El recambio ya se estaba haciendo?

Era una apuesta antipopular, porque era ir mezclando a los grandes ídolos con jóvenes. No tener en cuenta a jugadores queridos por la afición, muy respetados. Jugadores que no se quieren ir nunca de la Selección, por todo lo que sintieron, lo que vivieron. Es un ciclo que se debe cumplir en una etapa tan competitiva, tan exigente y proyectando todo lo que venía para Chile. Fue gratificante el comportamiento de los jóvenes. Un equipo que llevamos a Europa, partidos contra Polonia, Rumania, Serbia. Ahí se fueron proyectando jóvenes importantísimos y que estaban pidiendo esa posibilidad. Fue el trabajo que yo sentía era importante hacerlo, para ir combinando la experiencia de los hombres consolidados con estos jóvenes que buscaban la oportunidad.

-Usted acá en Chile dio una conferencia de prensa en que su mensaje fue “va a llegar el momento en que estos jugadores ya no van a estar, por un declive natural”. Un mensaje claro, pero que costó tanto asimilarlo, sobre todo por parte de la prensa…

Se mezclan muchos factores: sociológicos, la parte de gratitud, de nobleza hacia los grandes jugadores que habían logrado los dos títulos de Copa América. La felicidad que había vivido una buena base de la U con el profe Sampaoli y la Sudamericana. La gente quería seguir disfrutando a esos ídolos y la gente no acepta lo que es el estrés, el desgaste que sufren los jugadores y el mismo jugador tampoco. Empieza el trajín en los clubes. De parte nuestra estaba la convicción de querer ir haciendo esa combinación, con todo el respeto de los más grandes. Irnos adelantando porque a toda cultura futbolística le ha costado ese relevo generacional y más en Chile, donde no había un súper potencial, donde a los jóvenes les cuesta jugar en Primera División, donde hay mucho futbolista que viene ya de vuelta de Europa o provenientes de la Liga Argentina o de Uruguay y que llegan a jugar a Chile y le quitan la posibilidad de proyectarse al jugador joven de la liga nacional. Había mucho jugador que no se catapultó porque le faltó proyección en el Campeonato Nacional.

-¿Renunció a la Selección Chilena o “lo invitaron” a que se fuera?

Hubo muchos factores. Éramos cuartos en la Clasificatoria, habíamos hecho el gran partido en Montevideo, Colombia nos empata sobre la hora, le ganamos a Perú bien, vamos a Venezuela y tenemos ese momento difícil, en una cancha complicada y viene ese malestar y esa inseguridad. Ese cambio de directiva (en la ANFP) y era normal que la nueva directiva no creyera en nosotros. Se viene toda esa situación, cuando habíamos soportado el estallido social, la Pandemia y aún así seguíamos con la ilusión de clasificar a Chile al Mundial; era nuestra meta grande y sabíamos que lo podíamos lograr. Se da esa situación, el presidente de Chile se encuentra con el de Colombia y este le dice que me quieren a mí, porque Colombia acababa de perder 6-0 con Ecuador. Tuvieron una reunión y Milad le dice a Ramón Jesurún que yo decida, que estoy disponible, que de mi parte no había ningún problema. Colombia me empieza a llamar, pero yo aún así mantenía la posición de querer seguir, pero cuando no hay convicción de parte de los dirigentes y querían traer a un manager desde Inglaterra (Francis Cagigao), ya vi yo que el ambiente estaba enrarecido. No había toda la convicción desde la parte directiva para respaldar nuestro proyecto, cuando éramos cuartos de la clasificación.

En plena Pandemia, cuando el colombiano estaba a cargo de La Roja. Foto: Agencia Aton.
Reinaldo Rueda.En plena Pandemia, cuando el colombiano estaba a cargo de La Roja. Foto: Agencia Aton.

La difícil tarea de convencer a Ben Brereton

-¿Le molestó que se echara a correr el rumor que su señora no quería seguir más en Chile? Porque luego se averiguó que eso era mentira…

Ese fue un argumento después de Pandemia, por todo lo que se vivió, desde el punto de vista social, como familia. Nosotros estuvimos siempre ahí, no quisimos irnos para Colombia ni para Canadá, mi señora tampoco. Nos tocó vivir la parte difícil que fue eso, pero usted sabe que la esposa de uno está donde uno está y donde uno tiene respaldo y la convicción de los directivos.

-¿Cómo ubican a Ben Brereton y lo convencen para jugar por Chile?

Ese fue un gran acierto de Ricardo García, que era quien hacía el scouting a nivel mundial. Así como habíamos intentado con Sebastián Soto (jugador estadounidense con ascendencia chilena) o con Lawrence Vigouroux y detectamos a Ben, lo seguimos, vimos varios partidos y hacemos el contacto con su familia, porque en ese momento él no hablaba una sola palabra en español o no quiso hablar en ese primer contacto. Estaba la situación de su padre, que quería que jugara por Inglaterra, se oponía a que viniera a Chile. Su mamá, en cambio, muy entusiasmada, muy chilena, que lo tuviéramos en cuenta. Fue gratificante. Tuvimos dos reuniones y el representante no quería que viniera a Chile, ya que con sus estatus de ingleses miraban a Chile por sobre el hombro. Bueno, yo les hablé sobre todo lo que se podía encontrar en Chile, que fuera, que se conociera con el grupo, que reconociera la cultura chilena. No lo pude disfrutar, porque justo ahí se dio mi salida, pero fue gratificante que después haya respondido, se haya adaptado, haya participado en esa Copa América como un suceso. Todos los demás entrenadores que siguieron, el profesor Lasarte, el profesor Berizzo, lo hayan tenido en cuenta para la ofensiva de la Selección Chilena.

-¿Con qué tecnología trabajaba usted en Juan Pinto Durán? Porque cuando llegó Francis Cagigao aseguró que no había ni siquiera equipos de GPS…

¡Ja! El GPS es tan viejo… Nosotros veníamos de selecciones nacionales, como Colombia o Ecuador, o de grandísimos clubes, como Atlético Nacional o Flamengo, que la tecnología, las herramientas de control de entrenamiento, los metodólogos que teníamos. Imagínese que en el cuerpo técnico de Flamengo éramos 25. En Pinto Durán, fue Ian Mc Niven, nuestro gerente deportivo quien hizo el convenio con Catapult. Incluso el profesor (Alejandro) Richino (preparador físico) que estuvo con Pizzi, ya venía trabajando con GPS y nosotros actualizamos ese sistema: se compró la versión más moderna y llevábamos control de todos los entrenamientos y partidos. Los jugadores son los mejores testigos de eso. Nunca devolvimos jugadores lesionados.

La Roja, en un entrenamiento bajo la conducción de Reinaldo Rueda, en Juan Pinto Durán. Foto: Agencia Aton.
Selección Chilena.La Roja, en un entrenamiento bajo la conducción de Reinaldo Rueda, en Juan Pinto Durán. Foto: Agencia Aton.

-¿Le tocó vivir una situación tan inesperada, divertida con el tiempo, como el día en que usted se perdió el bus en Sao Paulo, cuando iban a jugar el partido en Copa América por cuartos de final ante Colombia? Cuente esa anécdota…

Yo dije “menos mal que existe el internet y whatsapp”, porque si no, los jugadores habrían armado una rebelión. Era un trayecto, que ya lo habíamos hecho, que eran dos horas arriba del bus. Si el bus no llegaba al estadio del Corinthians… Nos pusieran contra la pared, pero no era cuestión nuestra, sino de la logística motorizada de la Copa América que nos llevaba. Y, bueno, del tráfico, con mucho auto bloqueando el paso del bus. Por suerte, se hizo un gran partido ante Colombia y que nos dio un buen resultado.

-¿Ese fue el mejor partido de la ‘Era de Reinaldo Rueda’ en la Selección? Porque Chile jugó muy bien, el 0-0 fue injusto, y luego se clasifica en los penales…

Yo creo que sí. Fue uno de los partidos interesantísimos que hicimos. Colombia venía muy bien, en un grupo fuertísimo y esa vez Chile mostró toda su jerarquía, su intensidad. Nos anularon un gol de Alexis por el VAR. Sabíamos lo que teníamos, cómo habíamos trabajado y los muchachos, como siempre, respondieron con esa intensidad y con esa capacidad para pasar a semifinales.

-Anteriormente, usted mencionó el estallido social. Hay un momento crucial: para el partido ante Perú, los jugadores que estaban en el extranjero viajan a Chile, pero luego deciden no ir a Lima, por la situación del país. ¿Cómo le afectó en su trabajo?, ¿Se produjo un quiebre en la relación con el plantel?

El estallido social afectó en todos los sentidos y antes que todo por el desarrollo de la liga nacional. Hubo varias situaciones de sabotear, cuando se quiso reanudar el Campeonato. En varios estadios hubo boicot. Después, la problemática de la solidaridad de los jugadores. Se dialogó y supimos salir adelante con ese impasse. Había que sobreponerse a la situación, porque la Selección es un vehículo importante, un sentimiento del pueblo y así estuviéramos muy solidarios, teníamos que cumplir con las responsabilidades y nuestros compromisos profesionales.

-Nosotros llevamos tres periodos sin ir al Mundial, a diferencia de Ecuador. Usted que estuvo en ese país, ¿qué se hizo por allá que le dio tanto éxito, a diferencia de lo que pasó en Chile?

Ecuador nos da una gran enseñanza a Sudamérica y es el sentido de pertenencia a sus directivos y lo que es la autoridad de la Federación frente a los clubes. La inversión de los grandes clubes que siempre han estado en Ecuador, Liga, Barcelona, Emelec, pero la gran inversión de Independiente del Valle, que es el único equipo que sin ser argentino ni ser uruguayo, los últimos dos o tres años disputó títulos de Sudamericana y ganó dos. Una final de Libertadores, con jugadores formados en la cantera, experimentados. En Ecuador nos tocó la misma tarea, que era desmontar a unos ídolos que habían ido a Corea/Japón 2002 y a Alemania 2006, pero no habían podido ir a 2010 y querían seguir. El Tanque Hurtado, Patricio Urrutia, Néicer Reascos, Iván Hurtado, Jaime Kaviedes, Giovanni Espinoza, una cantidad de jugadores que querían permanecer, grandísimos jugadores que habían ido a dos Mundiales seguidos. Nos tocó toda esa situación: poner a Fricson Erazo, de apostar por Enner Valencia, cuando medio jugaba en el Emelec y decidí llevarlo como centrodelantero y hoy es el máximo goleador en la historia de Ecuador. Renato Ibarra, Fernando Gaibor, hacer el relevo generacional. Cuando llegué a Ecuador los arqueros eran Javier Klimowicz y Marcelo Elizaga y aposté por los nacionales: Alexander Domínguez, que todavía está en la Selección, Máximo Banguera… Ir colocando jugadores en distintas posiciones. Esa siembra que ha hecho Independiente del Valle, la consolidación de los clubes, todo eso ha servido para que los equipos hayan vendido jugadores al exterior a través de la selección nacional.

-¿Cómo ve a las selecciones sudamericanas que van al Mundial?

Cada selección está viviendo un momento diferente. Lo que recién conversábamos, lo de Ecuador que es muy gratificante. Colombia, que tuvo un momento difícil, pero que al final pudo reaccionar… Serán meses trascendentales, para Argentina, para Brasil, que están en esa transición muy bien llevada de jóvenes que se van consolidando. Muchos de los que fueron suplentes en Qatar hoy son los grandes titulares de Argentina. Uruguay, con el maestro Bielsa, le tocó hacer el desmonte de toda esa generación. Sudamérica tiene esa gran virtud, el rico patrimonio del talento y el potencial. Creo que vamos a estar muy bien representados. Lo del profesor Alfaro con Paraguay también muy positivo, porque llegó en el momento justo para sincronizar y recuperar la mística de Paraguay. Estare

mos bien representados.

Revisa el capítulo completo de La Pizarra de...en nuestro canal de Youtube

abre en nueva pestañaabre en nueva pestañaabre en nueva pestaña