
La trayectoria lo avala. Fue un connotado futbolista en los ‘60 y ‘70 y, después, un entrenador respetado y conocedor como pocos del fútbol chileno. Fernando Carvallo Muñoz (Santiago, 24 de septiembre de 1948) es definido unánimemente como “un hombre de fútbol”. Por experiencia y recorrido, pocos en Chile lucen más millas de vuelo que él.
El reconocido director técnico, campeón como futbolista y como DT de Universidad Católica, es el invitado de esta semana en La Pizarra De... el espacio futbolero que conduce el columnista de En Cancha Danilo Díaz.
El fútbol moderno y el de antaño, los jugadores que marcaron época, la delicada situación del balompié chileno y muchos temas más, en esta charla imperdible.
-¿Cómo define a Pelé, a Maradona, a Messi y a Cruyff?
Yo le agregaría a (Alfredo) Di Stéfano y a José Manuel Moreno. Hablamos que de los cinco mejores jugadores de la historia, tres son argentinos, no es poco. Di Stéfano, Maradona, Messi, en etapas diferentes, en tipos de fútbol distinto, una maravilla verlos jugar. Y, en el caso de Pelé, algo indescriptible. Nosotros tuvimos la posibilidad de jugar contra Pelé y de verlo, porque él venía todos los años, ya sea en el hexagonal, en el octogonal, contra Colo Colo jugaba permanentemente y él hizo del fútbol arte. Ver correr a Pelé, la coordinación de sus movimientos, ya era un espectáculo. Pelé está un poco por encima de los otros jugadores y, bueno, admiración tremenda por el resto; Maradona, Cruyff…
-Para usted, ¿qué era lo mejor de Maradona?
Tenía un carisma tremendo y adquiría la responsabilidad de liderar al equipo, un gran carácter y también era una maravilla verlo jugar, porque hacía magia con su pierna izquierda. Él también hacía del fútbol un arte, en que hacía cosas impredecibles para el resto…
-¿Y en el caso de Cruyff, considera que es el futbolista/entrenador más influyente de la historia? Por todo lo que hizo en el Barcelona…
Era, hasta que aparece Guardiola, el más influyente. Luego, Guardiola fue un alumno aventajado y lo supera. Yo creo que es el director más influyente en la historia del fútbol, por la forma de jugar; después todo el mundo quería jugar como el Barcelona y eso es prácticamente imposible, porque se juntó una generación de jugadores que eran extraordinariamente buenos, con la magia de Messi, un futbolista de otro planeta, distinto. Las comparaciones son muy odiosas y resulta incómodo, porque son todos en etapas diferentes, en clubes diferentes, pero Messi marca una era en el fútbol mundial. Lleva 15 años siendo el mejor futbolista del mundo, para mi gusto. Mientras juegue Messi, hasta que se retire, será el mejor jugador del mundo.
-¿Tanto así?
En el fútbol es difícil hacer goles y resulta que cuando juega Messi lo difícil es que no haga un gol y no haga tres asistencias más. Hace de a dos, tres goles, tres asistencias, hat tricks cuántas veces hizo… Lo de Messi es una cosa difícil de creer.
-¿Podría profundizar en lo que comentó de Guardiola? ¿Por qué a su juicio es el entrenador más influyente de la historia?
Porque también, no sé si tuvo la fortuna de encontrar esa generación de jugadores en su mejor etapa y con Messi como símbolo de este espectáculo. Yo miro mucho fútbol, desde los cinco años, tengo 77, y nunca vi jugar un equipo como el de Guardiola. Yo creo que vi todos los partidos del Santos de Pelé aquí en Chile y era maravilloso, un espectáculo, con Dorval, Mengálvio, Coutinho, Pelé y Pepe, pero los defensores no eran tan buenos. En el Barcelona, en cambio, los 10 jugadores de campo eran extraordinarios. Hizo ver a casi todos los equipos que enfrentaba como si fueran de otra categoría y resulta que eran de la misma. Primera División del fútbol mundial, elite, Champions League, pero le hacían cinco goles a todos. Había una impotencia tremenda de enfrentar a ese Barcelona de Guardiola.

El fútbol glorioso de Chile y el Mundo...
-Y en esa misma línea, ya que habló del Santos de Pelé, ¿cómo define al Brasil del Mundial de México 70?
Jair, Gerson, Tostao, Pelé (y Rivelino) Ahí jugaban cinco mediocampistas. Maravilloso. Disfruté ese Mundial, que la TV todavía era en blanco y negro y podíamos verlo, afortunadamente. Cinco jugadores fantásticos, un equipo extraordinario, en que después estaba Clodoaldo apoyándolos. Después, el equipo de Cerezo, Sócrates, Zico y Falcao, en España 82, un espectáculo. Ha habido equipos de fútbol muy buenos, como para confundirse y decir “a ti qué es lo que te gusta, eres muy exigente” ¡No! A mí me gusta ver equipos que jueguen bien al fútbol y hay muchos que lo hacen. En Chile también los hemos tenido. El Ballet Azul era un espectáculo, estuvo diez años siéndolo, del ’59 al ’70. Leonel Sánchez, Ernesto Álvarez, Braulio Musso. El Ballet Azul tuvo la suerte que se fueron poniendo viejos algunos jugadores y los fueron reemplazando por otros tan buenos o mejores. Se fue René Pacheco al arco y llegó Manuel Astorga; se fue Musso y llegó Pedro Araya; el Chepo Sepúlveda, que tuvo un problema en la rodilla, y llegó Roberto Hodge; partió Osvaldo Díaz, que ya estaba mayor, y pasó Leonel Sánchez como puntero izquierdo y Rubén Marcos.
-Alberto Quintano…
Juan Rodríguez… Fue un espectáculo por diez años. Si los hinchas de la U de hoy vieran jugar a ese equipo se volverían locos. Si se vuelven locos con lo que ven ahora, imagínate con eso…
-Y respecto de Colo Colo, ¿cuál equipo quedó más en su recuerdo. El de 1972 o el de 1973?
Me tocó jugar contra el Colo Colo 72. A ese equipo le íbamos ganando 2-0 en el Estadio Nacional con Católica y en nueve minutos perdimos 3-2, con dos goles de Caszely… (Carlos) Caszely, (Francisco) Valdés, (Sergio) Ahumada, (Sergio) Messen y (Leonardo) Véliz. Un espectáculo, extraordinario. El otro día me encontré con Mario Galindo, a quien hacía tiempo no veía, ¡él era un jugador fuera de serie! De esos que hoy no hay.
-Ahora que menciona a Galindo, usted tiene una frase cuando habla del manual de los laterales. Dice, uno, no es conmutativo. Marcar, después viene anticipar, cerrar, salir jugando y por último pasar al ataque…
Esos son los fundamentos del puesto. Es muy difícil jugar al fútbol hoy en día si es que no conoces los fundamentos. Y tienes no solo que conocerlos, sino también dominarlos. Tener las características y las condiciones para jugar al fútbol y después esos fundamentos son intransables, porque después no puedes jugar bien. Si un lateral no sabe marcar ni cerrar ni salir jugando o pasar al ataque cuando las circunstancias lo requieran… Si dominas esas cuatro cosas eres seleccionado chileno. Mira el caso de Antonio Arias, diez años seleccionado, no era un gran jugador, pero era notable, hacía todo bien: marcaba, sabía cerrar, salía jugando y pasaba al ataque.
-Alguna vez usted describió a Leonel Sánchez de la siguiente manera: no era rápido, no cabeceaba, no dribleaba, pero era el mejor…
Fernando Riera es una persona que admiramos mucho quienes estuvimos con él, entre ellos Arturo (Salah), Manuel (Pellegrini), porque todo lo que se dice hoy de los entrenadores nosotros se lo escuchamos a Fernando Riera. Una persona absolutamente adelantada a todo, estar con él era siempre aprender. Él decía que Leonel podría ser el mejor jugador de la historia del fútbol chileno; a él le gustaba mucho Sánchez y el Cua Cua Hormazábal. Después vino Jorge Toro, ¡vino Chamaco! Inmediatamente…

La Generación Dorada: desarrollo y excelencia
-Y en ese contexto, ¿Cómo ve a los jugadores de la Generación Dorada?
Se juntó una muy buena generación de jugadores que tuvieron la posibilidad y la suerte de desarrollarse. Se fueron Sánchez, Isla, Beausejour, Mark González y se fueron bien. González se fue al Liverpool, Vidal jugó en el Bayern, en la Juventus, en el Barcelona. Jugaron en los mejores equipos de Europa. Desarrollarse en esos clubes les dio ese plus de jugar en el nivel al que llegaron.
-¿Y qué cree ellos tenían como equipo? Quizás había otras selecciones con jugadores de mejor nivel, pero Chile era una fuerza colectiva…
Justamente, hicieron de la Selección un equipo. Se complementaron muy bien dentro de la cancha, cada uno tenía un rol y lo desarrollaba. El jugador cumple funciones que tienen que ver con una parte del juego, eso tiene que estar claro. Cada uno tiene un rol, hay especialistas y ahí Marcelo Díaz lo hizo fantástico. Mauricio Isla era un tremendo lateral. Beausejour, González, Aránguiz, Vidal, Alexis. Alexis es un jugador fantástico que todavía no dimensionamos. La velocidad, el freno, la habilidad que tiene, el freno, hace goles. Un jugador notable… Que “ahora no juega bien”, bueno es que necesita compañeros que jueguen mejor. ¿Por qué destacaba en esa generación? No es porque haya perdido sus facultades, porque Alexis es de los pocos que las mantienen… El paso del tiempo es implacable, hoy Aránguiz, Díaz, Vidal, juegan bien, pero no les alcanza para estar en los mejores equipos de Europa; a Alexis todavía le alcanza.
-¿Cómo definiría a Charles Aránguiz como jugador? Porque da la impresión que es un futbolista que tiene la cancha en la cabeza y que sabe todo lo que hay que hacer…
Es el socio de todos. Para mí, el “8” es distinto al “10”. El “8” es una mezcla del “6” y el “10”. Tiene que colaborar más en la recuperación de la pelota, tiene que ser más táctico, tiene que jugar él y hacer jugar y Aránguiz reúne todas esas condiciones; tiene aptitudes físicas notables y la comprensión del juego, que es lo más importante de todo al final. Comprende el juego y va resolviendo cada situación de juego con una simpleza notable. En esa simpleza está la eficacia. Todavía con Marcelo Díaz, ya pasó el tiempo por ellos, y para mi gusto siguen siendo los dos mejores jugadores del campeonato. La diferencia que hace la U la hace con esos dos jugadores; el resto se acopla a ellos.
-¿Qué jugadores de los que vienen apareciendo le gustan?
Es difícil encontrar jugadores de esas características. No nombramos a (Humberto) Suazo, a (Jorge) Valdivia, a Matías Fernández, a Medel. Había un grupo de futbolistas, 14 o 15 jugadores notables.
-Cuando había una convocatoria de Selección de 24 jugadores, 22 venían desde Europa y de las cinco grandes ligas…
Eso te lo dice todo. Es difícil reemplazar a ese grupo de jugadores y a eso se agrega que hay un déficit importante en el fútbol formativo desde hace mucho tiempo.
-El año pasado hubo reclamos por parte de los padres, por ejemplo, ya que había un plan para quitar series en las divisiones inferiores. Usted ha planteado que esto es competitivo, piramidal y no recreativo...
Y selectivo... Hoy, desgraciadamente y con esto seguramente quedaré muy mal, el fútbol formativo hace mucho tiempo que es masivo y no selectivo. Usted va a los clubes y de los 120 chicos que ve, en tres días uno se da cuenta que 60 no van a jugar fútbol profesional. En Chile no da para eso. Mientras no se modifique, mientras no haya un líder que converse con gente del fútbol, que le haga ver que esa cantidad de jugadores no puede estar compitiendo para ser profesionales… Porque no lo van a ser, no les da, no tienen las condiciones.
-¿Deberíamos volver a las cuatro categorías que siempre hubo en el fútbol chileno?
Y tres también. Después, los chicos de 13 hacia abajo, si tú quieres tener 200 jugadores para ir incorporando a cadetes como escuela, fantástico, pero para competir, con 13/14, 15/16 y 17/18. Si a los 18 no juegas es porque ya no jugaste. Hoy hay jugadores de 21 años en juveniles. Ya tienen que estar en Primera B, en Segunda, o dar la vuelta larga y volver, como lo hicieron tantos jugadores. Patricio Mardones, el mismo Jorge Aravena, mira lo que terminaron siendo. Eso es. Qué es lo que va pasando: que los buenos no mejoran a los malos, sino que los malos “amalan” a los buenos. Esa es la realidad. Juega baby fútbol con gente que sepa jugar y vas a encontrar que juegas bien; juega con quienes no saben y vas a terminar jugando peor que ellos.

Una UC legendaria que creció bajo el alero de un plan institucional
-Vamos a Universidad Católica. Usted fue parte del proceso formativo de recordados equipos en los ochenta, junto a Ignacio Prieto, Alberto Fouillioux, Néstor Isella…
El artífice de todo eso fue Alfonso Swett. Él creyó en nosotros, una vez nos llamó con Ignacio y nos dijo “ustedes tienen una visión distinta porque han estado muchos años en Europa y quiero que me hagan un programa de trabajo para desarrollar. La idea es en San Carlos de Apoquindo, para construir algunas canchas”. En ese tiempo, entrenábamos en Santa Rosa de Las Condes en una cancha para cinco categorías y el primer equipo; la compartíamos con el rugby, además. Esa era la Católica y mira en lo que se transformó. Alfonso creyó en nosotros y le fuimos dando ideas. El club se fue desarrollando. No tener una casa propia, no tener canchas para entrenar es imposible desarrollar un trabajo. Le presentamos un programa y los niños muy entusiasmados empezaron a llegar a la Católica todos los años. Hacíamos las giras a Europa. Fuimos a Francia, Holanda, Alemania y los resultados estaban a la vista…
-¿Qué conceptos tiene del equipo campeón de 1984?
Arica (Osvaldo) Hurtado empezó a jugar ahí, muchos goles. Juvenal (Olmos), Rubén Espinoza. Atrás estaba Pablo Yoma, René Valenzuela. Eran buenos jugadores. En el fútbol tú puedes tener una idea, pero para desarrollarla necesitas los jugadores. Cuando los tienes, determinas roles y conoces en profundidad a cada jugador, para exigirle lo que sabe hacer, no lo que no sabe, empieza a darse eso que es complementarse dentro de la cancha para ser eficaz. Es cómo atacamos y cómo defendemos de la misma manera…
-¿Y el equipo del 87? Porque si vieran jugar al Arica Hurtado de ese equipo se lo llevan inmediatamente a España…
Yo lo recomendé y se fue. El Arica estuvo en el Cádiz un año; no le fue muy bien, pero estuvo. A mí la gente de España me llamó para preguntarme cuál era el mejor delantero centro que había en Chile y yo les dije que se llevaran a Hurtado. Era un jugador imparable y tenía los complementos: el Pindinga (Jorge) Muñoz era muy rápido. Miguel Ángel Neira jugaba muy bien al fútbol. Jorge Aravena hacía tres goles de tiro libre en un partido, desde cualquier sector de la cancha, de 20, 30 o 40 metros, con ángulo, sin ángulo. Era imposible patear como Aravena.
-Después, el 97, cuando se va Pellegrini, agarra al equipo y salen campeones del Apertura en ese mano a mano con Colo Colo… Terminaron invictos ambos equipos. Ahí usted hizo muchas modificaciones, por ejemplo con Caté que llegó como delantero y lo puso de lateral derecho, o Jaime Pizarro como lateral izquierdo. Nelson Parraguez, volante, como zaguero central…
La idea que uno tiene es una y después la cancha, el ensayo, te va determinando algunas modificaciones. Vas viendo de acuerdo a la idea y cómo se complementan los jugadores en la cancha. Queríamos un equipo ofensivo, de buen pie, que tuviera la capacidad de tener la pelota. Caté sabía jugar, al igual que Jaime, y los ocupamos de lateral, porque se proyectaban ofensivamente. Mario (Lepe) era un gran jugador. (David) Bisconti empezó a hacer goles, que no era lo habitual.
-Cómo manejó como entrenador la siguiente situación: Alberto Acosta estaba acostumbrado a ser el goleador, pero tuvo que empezar a jugar para Bisconti, porque él la que agarraba la echaba adentro...
Hubo que conversar con él, porque tenía un carácter bien especial. Pero, para mí, el artífice del título del 97 fue Acosta. Había muy buenos jugadores y todos aportaron, los que jugaron, los que menos, los que no. Todos. Ese equipo jugaba muy bien. Jugamos contra los venezolanos y le hicimos seis goles a cada uno de los dos equipos en Copa Libertadores… Acosta tenía esos celos y hablando con él le decíamos que él arrastraba las marcas y resulta que Bisconti hacía goles. Acosta lo entendió perfectamente y, le insisto, el artífice del título fue el Beto.
-Sus equipos siempre hacían muchos goles y pese a ello la creencia popular era que “los equipos de Carvallo juegan para el lado”. ¡Cómo iban a jugar para el lado si hacían 100 goles!
Pero esas cosas uno las tiene que aceptar. A veces el fútbol se ve diferente. Para mí, hay palabras que se ponen de moda, como la intensidad, todo este tipo de conceptos. “Yo soy competitivo” ¿Quién no lo es?... Se ponen de moda ciertas palabras y estoy en desacuerdo…

Los cambios estructurales en el fútbol chileno según Carvallo
-¿Le molesta el nuevo lenguaje del fútbol?
Absolutamente. Son puras estupideces, son puros inventos. Nada que ver. Ese equipo jugaba bien porque tenía la capacidad para hacer una buena circulación de pelota, encontrar espacios y siempre he sido de ver una forma de jugar bien al fútbol: a medida que le vayas dando el destino correcto a la pelota, vas a ir encontrando los espacios. Por tener puras ganas de ir para adelante a hacer un gol, con la fuerza, garra y corazón no se gana. Esto es por la fuerza de la razón y no por la razón o la fuerza, como dice el escudo. Hay que jugar. Yo quiero merecer ganar, a los jugadores hay que enseñarles a ganar, no ganar como sea.
-Respecto de lo que dice, lo que ocurrió en el último tiempo con la Generación Dorada es que la gente se acostumbró a un equipo que merecía ganar. Pero estaba metido ese bichito de ganar como sea y de “echémosle para adelante”. Pero cuando las cosas no salen bien se recurre a eso…
Y qué pasa… Yo por lo general soy crítico del periodismo, porque la gente que tiene que denunciar esas cosas, analizar no en relación al resultado, sino al juego… De repente pienso que hay gente que está en el negocio, no se atreve a decir las cosas o dice cosas que no corresponden. Hoy encontramos bueno cualquier cosa. Yo no tengo nada en contra de este chico que viene desde Inglaterra a jugar (Ben Brereton), y no me voy a echar tan atrás para hablar de René Meléndez o Jorge Robledo, pero Marcelo Salas, Carlos Caszely, Iván Zamorano, Humberto Suazo… ¡Mira el nivel de jugadores! Y ves jugar a este chico. ¿Este es seleccionado chileno? Esa camiseta la tuvo Zamorano, Salas, Honorino (Landa), como que perdimos el sentido futbolístico. Nos robaron el fútbol.
-¿Quién nos robó el fútbol?
No hay liderazgos en la cabeza. Y en los clubes, tampoco, porque no hay estructura, no hay políticas deportivas claras. No hay estabilidad técnica, los entrenadores pasan a ser funcionarios y pierden tres o cuatro partidos y los echan. No hay programas de trabajo en cadetes, en cadetes no se enseña. Tú tienes que entrenar lo que enseñas y hoy no se hace. Nadie quiere descender. Entonces, ¿el fin justifica los medios? Yo quiero ganar el domingo con la tercera infantil, con chicos de 13 años, entonces pongo a los más grandes. No tienen ninguna posibilidad de ser futbolistas profesionales y ganan porque son grandes, en tres años más no van a jugar. Los chicos no compiten, porque tenemos que ganar… La estructura está mal hecha. Los entrenadores quieren ganar el fin de semana, porque si no capaz que los echen. Es una actividad muy mal remunerada en el fútbol formativo. Yo creo que los dirigentes actuales y los representantes que son los dueños, no creen mucho en la formación. El fútbol antes era una actividad social, deportiva y económica; hoy es solo económica, lo social y deportivo, salvo algunos clubes no existe. ¡Pero si ni siquiera sabemos quiénes son los duelos de algunos clubes! Es imposible desarrollar el fútbol como está actualmente. No hay análisis y no hay corrección en el entrenamiento, porque el profesor que enseña no está capacitado, porque tampoco lo han capacitado los clubes; no les interesa.
-¿Y eso es lo que nos termina pasando, por ejemplo, en el último Mundial Sub 20, en que los jugadores chilenos se vieron superados, desde lo táctico, lo técnico, lo físico?
Era algo totalmente previsible, porque fue no fue muy diferente a los últimos partidos del Sudamericano, que fueron cuatro o cinco. Fue más de lo mismo. Cómo haciendo lo mismo queríamos ver otra cosa. No alcanzó en ningún sentido. A lo mejor hay mejores jugadores. Tal vez el criterio de selección fue más basado por lo físico que por lo técnico…
-Hay cosas inentendibles. Chile jugaría de local, pero en los preparativos, en vez de jugar con público, lo hacía en Pinto Durán y en Quilín…
Eso está en la estructura. Hay una programación. En la última Selección que yo estuve, en 2012, con Mora, Castillo, Ravello, Martín Rodríguez, Robles, Lichnovsky, Huerta, Fuentes, Ángelo Sagal, jugaron todos en Primera División… Nos tuvimos que ir un mes antes de la competencia, porque echaron a Claudio Borghi y fue Mario Salas. Esos chicos tuvieron una preparación de dos años también, pero partidos internacionales. Fuimos a jugar con Argentina, con Brasil, Paraguay, hicimos una gira a Europa. Porque la idea era clasificar al Mundial en Mendoza. Yo estaba seguro que clasificaríamos, porque ya habíamos jugado contra los sudamericanos. Creyeron en el proyecto y Roberto Hernández fue muy importante en eso, me ayudó mucho a desarrollar el proyecto. Los alemanes marcan distinto a los italianos, a los españoles y había que jugar con ellos, porque en el Mundial nos íbamos a encontrar con una cosa similar. Esa experiencia, de la competencia, no se puede dejar de tener, si no, no podrás competir.
-¿Qué opinión tiene de cómo se manejó Nicolás Córdova en el Mundial? ¿Cómo declaró, por ejemplo?
Él quizás vio otra cosa. Yo no hubiera dicho eso y habría intentado jugar más. El equipo chileno apeló más a lo espiritual, que vamos para adelante, pero encontré que hubo poco juego. Los conceptos incorporados, mayor precisión en los pases. Intensidad, que yo la pongo en duda, porque si no hay precisión la jugada no tiene continuidad y si no hay pausa no hay sorpresa. Entonces, precisión y pausa son los grandes elementos del gran fútbol y no los vi. Es como pensar que un reloj es mejor porque anda más rápido.
-Estamos quizás en el peor momento futbolístico de nuestra historia. ¿Cómo se sale?
Que la cabeza del fútbol se reúna con gente con experiencia. Hay un montón de personas que pueden asesorar y dar ideas. Un mejor campeonato, el torneo de cadetes es malo, pésimo, no es competitivo. Se gasta una cantidad de dinero impresionante. Iquique tiene que ir a jugar a Puerto Montt, ¿cómo se puede jugar un fútbol formativo si tienes que recorrer 2.500 kilómetros? ¡El costo que significa eso! No puede ser. Hay que poner ideas sobre la mesa y escoger la mejor. Hay gente capacitada, que ha trabajado 30 años en el fútbol formativo, ¡recurran a ellos! Siempre digo: Carlos Pedemonte es fundamental en el fútbol formativo, Héctor Pinto cuántos años trabajó, Roberto Hernández… Hay mucha gente que puede aportarle ideas a un directorio que quiera hacer bien las cosas. Hay una falta de liderazgo tremenda y por eso esto deambula tanto, flota, y el barco va a la deriva.
-Si usted tuviera que mencionar las claves que nos estén pasando la cuenta, ¿Cuáles señalaría?
La falta de liderazgo para tener políticas deportivas claras, en la cabeza y en los clubes. Debe haber un programa de trabajo y estabilidad técnica. No se puede estar con tres o cuatro entrenadores por año, que es la tónica del fútbol chileno.
-Siempre habla de la comprensión del juego… ¿A qué se refiere?
Los conceptos del juego se aprenden jugando, es tan simple como eso. A los 10, 11 años, jugar para aprender. La única manera para que el niño aprenda es jugando, en espacios reducidos, tres contra tres, cuatro contra cuatro, seis contra seis. No 11 contra 11 en una cancha grande, porque no resuelven situaciones de juego. Juegan mucho baby fútbol los niños que ahí está el contacto con la pelota, que es lo que se perdió, el barrio. Cómo volvemos al barrio. En los clubes se juega poco. Hay mucha valla, mucho slalom con los conos y tiro al arco, pero se juega poco. ¡Hagan jugar a los niños!

Un hombre de fútbol...
-¿Qué ligas ve usted y a qué equipos sigue?
Me programo para ver el fútbol cuando puedo y tengo tiempo. Arsenal, Real Madrid. El fútbol italiano lo veo poco, mucho el inglés, que es un espectáculo. Los equipos proponen jugar, de los 90 minutos se juegan 80. Aquí, ¿sabe cuántos se juegan? 45 de los 90, la mitad. Eso te lo dice todo. En Europa, nadie reclama, nadie se tira al suelo. El fútbol es continuo, permanente. Veo mucho España, porque el Real Madrid juega bien, el Betis juega bien. El Barcelona, fantástico…
-¿Qué jugadores le gustan del fútbol de hoy?
Ojalá que Yamal vaya por el camino correcto, pero es un jugador diferente. El puntero izquierdo del Athletic de Bilbao, Williams, es un jugador fantástico. Pedri, extraordinario, que tiene mucho de Iniesta. Tienen 20 años, que tendrían que haber estado jugando el Mundial pero estaban en la Champions League, en vez de venir acá a Rancagua o a Valparaíso. El desarrollo de ellos es distinto.
-¿Le gusta Halland?
No es de mi gusto. Prefiero jugadores diferentes a él. No puedo ser tan imbécil de no darme cuenta de que hace uno o dos goles por partido, pero yo creo que hay jugadores mejores. Benzemá, antes de irse del Real Madrid, era un centrodelantero que llenaba mi gusto, para dar un ejemplo. Más que Mbappé, a quien yo veía más como puntero que al centro. Va a terminar haciendo 40 o 50 goles, porque puede jugar en cualquier parte… Se contrapone con Vinicius hay que ponerlo ahí y hace goles igual.
-¿Cómo vio el Campeonato 2025?
Los grandes con muchos problemas. Muy interrumpido el Campeonato, no tiene continuidad. Es difícil, ha sido pobre, sin desmerecer lo que ha hecho Coquimbo, que ganó sus partidos, bien ganados por lo demás, pero en este nivel vamos a seguir s
ufriendo en la competencia internacional. No pretendamos que el próximo año hagamos buenas presentaciones en Copa Libertadores, porque no alcanza.







