“Marca chancho”: cuando la Selección Chilena usó vestuario sin etiqueta

En un tremendo desaguisado está metido el senador de la República por la Región de Los Lagos Fidel Espinoza, por haber intentado ingresar a Chile unas prendas deportivas que, según los querellantes, Adidas y Nike, eran falsas. El honorable explicó en un comunicado público que actuó de buena fe, para ir en ayuda de un club deportivo amateur de su zona, pero el asunto, debido al recurso interpuesto por las dos compañías, tendrá que resolverse en la Justicia.

Es probable, por qué no, que Espinoza efectivamente haya actuado sin maldad, pero el problema es que involucrada está una actividad que mueve millones y millones de dólares alrededor del mundo: la fabricación de indumentaria y el auspicio a instituciones deportivas, como por ejemplo la Selección Chilena.

Hoy, el tema ya no es como hace 30 o 40 años. Las grandes empresas firman contratos astronómicos para vestir a tal o cual equipo o selección nacional (del deporte que sea, no solo en fútbol), pagan cifras insólitas por publicidad y, por consiguiente también, persiguen con rigor la piratería.

Con esta noticia en pleno desarrollo, se vienen a la memoria episodios en que la mismísima Roja tuvo que recurrir, por distintos motivos, a ropajes muy particulares para disputar algún compromiso. Vestimentas no oficiales, sin marca visible o, en su defecto, con logos parchados a lo maestro chasquilla, para que no se notaran. En buen chileno, la Selección se vio en la obligación de presentarse públicamente con indumentaria “marca chancho” y aquí repasaremos tan curiosos momentos.

Para las nuevas generaciones, ¿qué diablos quiere decir “marca chancho”? Pregunta válida. Según se puede encontrar en una búsqueda rápida en el Internet, tan curiosa expresión nació en las primeras décadas del siglo XX, cuando una empresa tabacalera de Valparaíso lanzó al mercado unos cigarrillos, justamente, marca Chancho.

Tan repulsivamente malos eran aquellos pitillos –servían hasta para espantar zancudos, dicen los antiguos- que el término “marca chancho” comenzó a utilizarse para todo eso que fuera de mala calidad, de dudosa procedencia y sin registro conocido alguno. “¿Qué marca son tus zapatillas? –Son marca chancho, nomás”…

El boom de la fabricación, comercialización y distribución de la indumentaria deportiva, tal y como se conoce hoy en día, es algo relativamente reciente. En décadas pasadas, no existía tanto recelo por cuidar la marca original y, por ejemplo, en los noventa, el fanático del fútbol podía comprar una regia réplica de una camiseta en algún negocio del centro de Santiago.

En la Galería Imperio estaba la tienda Patricio Yáñez (alcance de nombre solamente con el campeón de la Libertadores con Colo Colo) y allí se encontraban mononas réplicas de los equipos del fútbol chileno. También Deportes Player, que incluso vistió “oficialmente” a algunos clubes, como Palestino. En Avenida Pedro de Valdivia, entre Pedro Lautaro Ferrer y Hernán Cortés, se ubicaba una pequeña tienda Avia, donde se adquiría la camiseta original de Universidad de Chile.

Algo impensado para los estándares actuales, en que las tricotas de los clubes y de la Selección están en las grandes tiendas, valen sus buenos pesos y se combate con mano dura la piratería. Hoy por hoy, las instituciones te sacan nuevas camisetas para el día del padre, de la madre, del niño y de la marmota. Primera, segunda y tercera equipación. Edición especial, para el luto y para la celebración. Una maquinaria casi infinita y dirigida específicamente al ávido consumidor.

¿Es imaginable que La Roja salga a jugar un partido oficial con ropa marca chancho? Sería rarísimo, pero ha ocurrido en más de una ocasión.

La memoria nos lleva al 24 de marzo de 2007. En ese entonces, a la Selección la vestía la marca Brooks. Había nueva directiva en la Federación de Fútbol de Chile, encabezada por Harold Mayne-Nicholls, y el contrato con el proveedor de indumentaria había quedado amarrado desde la administración anterior. Chile debía jugar un amistoso ante Brasil, en Gotemburgo, Suecia, y como hubo conflictos entre el fabricante y Quilín, en el Estadio Ullevi, ese día, el equipo que en ese entonces entrenaba Nelson Acosta salió a jugar con una camiseta sin marca, sin logo, apenas con el escudo de la Federación en el lado izquierdo (fue boleta por 4-0 de Ronaldinho Gaúcho, Kaká y compañía, por cierto).

Cuatro días después, en Talca, empate 1-1 con Costa Rica y nuevamente el Equipo de Todos salió a la cancha con indumentaria marca chancho. Con el tiempo, los roces entre la Federación y Brooks se limaron y Chile jugó el Mundial de Sudáfrica 2010 con ese logo en la vestimenta.

Cada vez que la Selección Chilena pasa de un proveedor de indumentaria a otro, se producen desbalances de este tipo. En 2015, la Federación que presidía Sergio Jadue llegó a un millonario acuerdo con Nike para que fuera la vestimenta oficial de las selecciones nacionales.

Atrás quedaba la era Puma y, gracias al dinero fresco que entraba, fue la gigante estadounidense con sede en Oregon la que paró la olla en Quilín por mucho tiempo (casi toda la operación del fútbol chileno era gracias al gentil auspicio de Nike).

Pero el final del trato fue áspero y ello trajo consigo que la Selección Chilena disputara algunos partidos con ropas no oficiales. Y compromisos muy importantes, por lo demás. En la Copa América de Brasil 2021, Chile solamente enfrentó a Argentina en el debut con vestimenta oficial. Después, ante Bolivia, Uruguay, Paraguay y Brasil, lo hizo con la misma camiseta, pero parchada: se le puso una bandera chilena encima al logo de Nike, para que no se notara.

La solución chasquilla se llevó incluso hasta la máxima cita del deporte internacional. La Roja Femenina se presentó en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (realizados en 2021, debido a la Pandemia) con la misma indumentaria: una bandera chilena sobre el distintivo de la marca norteamericana y, en el lado izquierdo, el escudo del Comité Olímpico de Chile.

Avanza el calendario a los partidos por las Eliminatorias a Qatar 2022 ante Brasil en Santiago, Ecuador en Quito y Colombia en Barranquilla (septiembre y octubre de 2021) y como Nike con la ANFP seguían enemistados, Chile tuvo que ingeniárselas para resolver. La marca KS7 terminó vistiendo al equipo para esos desafíos, pero la Federación se negó a que se viera el logo de la compañía… Todo se resolvió, una vez más, con la banderita tricolor pegada a las que te criaste. Ya para el partido con Perú, el 7 de octubre, La Roja jugó con indumentaria Adidas.

Hay otro episodio, que no salió a la luz pública, y que si bien tiene matices muy distintos, bien vale consignar, desde lo anecdótico. Como se mencionó anteriormente, las transiciones nunca fueron sencillas. Si de Nike a Adidas hubo guerra declarada, algo similar pasó con el paso de Puma a Nike, entre 2014 y 2015.

Un singular problema se vivió para el Mundial de Brasil 2014. Época brillante de la Selección, con una Federación al mando de Sergio Jadue que, apenas al año siguiente, tocaría el cielo con la obtención de la Copa América en Santiago.

Para la cita en la tierra de los pentacampeones del mundo, Puma era la encargada de vestir a La Roja. Toneladas de indumentaria desplazó la Federación a Belo Horizonte, centro de operaciones del equipo, para que los jugadores lucieran esa marca en todo momento.

Pero hubo un detalle: la compañía alemana no dispuso ropas para el personal que acompañaba a la delegación deportiva. La gerencia de Marketing de la ANFP la solicitó y la empresa se hizo la loca. Jadue, arrebatado y diligente para solucionar, encargó a una Pyme en Patronato que elaborara las vestimentas. Marca chancho, sí, pero con logo de la Federación, la imagen del Mundial y la palabra Staff impresa.

Puma puso el grito en el cielo. En cada despacho televisivo desde Brasil, en cada fotografía, aparecía en planos secundarios algún integrante de la delegación sin ropa Puma visible. Los alemanes mandaron una encomienda urgente con las vestimentas “oficiales” para el personal, pero el Doctor ya había decidido: en Brasil se usaría la ropa de Patronato y las cosas Pumas, para la casa… Hoy, esas prendas del personal son ávidamente buscadas por los coleccionistas.

Creyendo siempre en la buena fe, el senador Espinoza no sabía en qué lío se estaba metiendo cuando quiso traer desde Lima las vestimentas no oficiales. El tema se verá en tribunales, al parecer. Mientras, resulta anecdótico y hasta folclórico recordar, a partir de este incidente, las ocasiones en que a la Selección Chilena le tocó salir para el mundo con indumentaria Marca Chancho.