Cuando Wimbledon 2025 entra en sus fases decisivas, una curiosa imagen se tomó por asalto las primeras planas y las redes sociales. Pleno partido del serbio Novak Djokovic (6° ATP), siete veces campeón del certamen, y el italiano Flavio Cobolli (24°) y una de las cámaras dispuestas en la cancha central del recinto captó al afamado actor Hugh Grant durmiendo una siesta de aquellas, ni siquiera conmovido con lo que pasaba en el impoluto césped londinense.
Anecdótico, sin dudas, sobre todo si se considera que el protagonista de Notting Hill y Cuatro Bodas y un Funeral se encontraba, nada más y nada menos, que en uno de los lugares más sagrados en el mundo del deporte: el más que exclusivo Palco Real de Wimbledon.
- Te podría interesar: Igual ganó: la fea caída de Djokovic que asustó a todos en Wimbledon
El puro nombre ya lo deja a uno suspirando. “Palco Real de Wimbledon”. Sin dudas debe ser un sector demasiado especial en un recinto como la Catedral del Tenis que está rodeada de toda una parafernalia señorial, con tradiciones que datan desde finales del siglo XIX. Pero, ¿es en realidad un espacio reservado prácticamente inaccesible para el común de los mortales y reservado solo para la crème de la crème? La respuesta es un resonante sí, al Palco Real de Wimbledon solo pueden entrar unos pocos elegidos.
Se inauguró en 1922 y a él acceden solamente miembros de la realeza, tanto británica como de otras latitudes; miembros del espectáculo, pero demasiado consagrados (el cantante del hit del verano ni con trampa puede entrar), presidentes y autoridades políticas y un muy selecto grupo de personalidades, además de cercanos especiales al certamen. De hecho, las invitaciones las extiende el All England Lawn Tennis and Croquet Club (específicamente, su presidenta, Debbie Jevans), bajo sugerencia de la organización.
Los estrictos protocolos para entrar al Palco Real de Wimbledon
No basta con ser un tipo relativamente conocido para entrar al Palco Real. Por ejemplo, en la presente edición han compartido en ese selecto espacio personalidades como la princesa Beatriz y Sarah Ferguson, en representación de la realeza británica; el Rey Federico de Dinamarca; figuras del mundo del deporte, como Roger Federer o sir David Beckham; cómo no, artistas y famosos de la variedad de sir David Attenborough o el líder de la banda de rock Foo Fighters, David Grohl, y un etcétera extenso en que el común denominador es la alcurnia.
Pero no es cosa de llegar y entrar al Palco Real. Los 74 elegidos tienen que cumplir con rigurosas reglas para poder sentarse allí (y luego, eso de “sentarse” adquirirá especial relevancia). De partida, la vestimenta: los caballeros deben usar sin excepción traje y corbata, mientras que las damas deben ir también con tenida de vestir; pueden usar pantalones, siempre que sean de ocasión. Claro, después de los partidos, a los asistentes se les ofrece un almuerzo con un té. Por ningún motivo se permite que las mujeres utilicen sombreros, ya que pueden obstaculizar la visión de otros invitados.
Más reglas: al entrar a tan inmaculado rincón de Wimbledon, cada uno de los asistentes debe dejar su teléfono celular en un lugar dispuesto para eso. Claro, sería de muy mal gusto estar ahí tomándose selfies en pleno partido.
- Te podría interesar: La Generación Perdida del Tenis: “No lo pueden manejar”

La regla que quizás le jugó una mala pasada a Hugh Grant
Y hay otra normativa que, en una de esas, fue la responsable de que Hugh Grant se durmiera como un querubín en pleno Palco Real de Wimbledon: los invitados deben permanecer sentados durante todo el partido. En una de esas, el partido no estaba tan interesante para el pobre Grant y, simplemente, cayó rendido en los brazos de Morfeo.
Todos los días, la organización de Wimbledon publica la lista de personalidades que asistirá en esa jornada al Palco Real, ya que los medios de comunicación buscan con avidez los rostros de esos famosos. Para ver con qué sorpresas se pueden encontrar... durmiendo.