Se inició la operación “Sucesión”

La dupla de Pablo Milad y Jorge Yunge empezaron a “cocinar” el traspaso en la ANFP, sin asumir las culpas y responsabilidades de su nefasta gestión. A ninguno les entran balas porque no sienten dolor por el daño que le han hecho al fútbol chileno.

Mesa directiva de ANFP Al centro, Pablo Milad, con Jorge Yunge, a su derecha. Dios pille confesado al fútbol chileno si la operación "Sucesión" es exitosa. (DRAGOMIR YANKOVIC/ATON CHILE/DRAGOMIR YANKOVIC/ATON CHILE)

El dúo dinámico del Maule que gobierna en Quilín sigue como si lloviera. A Pablo Milad y Jorge Yunge no les entran balas. A pesar de que destruyeron dos procesos de Selecciones, con el fútbol local en un estado calamitoso, ninguno entiende que su etapa terminó, que lo sano y decoroso es reconocer el fracaso e irse.

Por el contrario. Persisten en tomar decisiones estratégicas sin consultar a los clubes, en vez de adelantar las elecciones. En sucesivas entrevistas de En Cancha Prime y el reporteo en distintos cuadros, nos enteramos de que los dirigentes miran de manera perpleja cómo la actividad incrementa su deterioro. No les bajan, por ejemplo, sus conversaciones con TNT Sports, a la espera del fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago, que tendría que ratificar el lapidario pronunciamiento del árbitro Enrique Barros, en el conflicto entre la compañía estadounidense y la ANFP.

Por el correo de las brujas, se enteran de que habría una mesa de negociación, pero sin certezas. Todo es en potencial, aunque como sostiene un directivo de un club grande, “lo bueno es que ya no está Victoriano (Cerda). Ese hombre enredaba todo”, en alusión al ex controlador de Huachipato y omnipresente en Universidad de Chile.

Tampoco comunican los diálogos con la cúpula de la ANFA, en el marco del debate por la separación real de la Federación de Fútbol de Chile y la corporación que rige el profesionalismo, gatillada por la discusión en el Senado de la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas. Eso sí, fueron diligentes para avisar a la FIFA y conseguir la carta que buscó asustar a los impulsores del cambio legislativo.

Los pasillos de Quilín hablan de que el expresidente ejecutivo de Everton, Miguel Torrecilla, sería el próximo gerente de Desarrollo y Nuevos Proyectos, un puesto clave para conseguir recursos en la FIFA y la Conmebol. No sabemos si el español tiene las competencias para esa función, toda vez que su prestigio lo construyó como director deportivo. La naturaleza del cargo es de orden más administrativo que futbolístico.

Después de una doble eliminación a la Copa del Mundo, con la nave haciendo agua por los cuatro costados, lo prudente no es tomar decisiones estratégicas que condicionen a la futura regencia. En el micromundo que opera en la ANFP, amparado por el silencio del oficial de cumplimiento, Miguel Ángel Valdés, la carrera para que Yunge suceda a Milad está desatada. A pesar de existir una gerencia de comunicaciones, operan asesores externos que arman la campaña del talquino.

El objetivo es maquillar el proceso y a ver si algún incauto se traga los argumentos que buscan decirnos que los de afuera estamos equivocados, no sabemos de lo que hablamos o somos mal intencionados. ¿Están al tanto los clubes que la carrera electoral para Yunge se financia con los recursos de la corporación? ¿Qué dice el compliance Valdés? No se oye, padre.

Después de casi dos periodos, con una gestión paupérrima, es imposible que los rostros visibles de esta administración den el ancho para conducir el proceso de refundación que demanda el fútbol chileno. Milad y Yunge son el epítome del dirigente de equipo chico, sensibles y preocupados del aplausómetro que generan las redes sociales, lejanos a la exigencia que implica la alta competencia y sin ninguna convicción deportiva, como quedó demostrado en los ciclos de Reinaldo Rueda y Eduardo Berizzo.

En cualquier empresa seria, luego de los descalabros a los que hemos asistido -se suma la eliminación de la selección femenina en la Copa América- los responsables habrían renunciado o sus jefes, en este caso el Consejo de Presidentes, les hubiera pedido que dejasen sus puestos. Sin embargo, a esta altura, casi con complicidad, observamos que los dejan actuar sin el mínimo control. ¿Desidia? ¿Temor a alguna pasada de cuenta? ¿El día a día los consume? Preguntas que por ahora no tienen respuesta.

Vienen las eliminatorias. Chile se despide con un técnico interino: Nicolás Córdova, que 18 días después de dirigir con Uruguay, se sentará en la banca ante Nueva Zelandia. Una síntesis de la catastrófica conducción de Milad y Yunge.

section logoSobre el autor

Premio Nacional de Periodismo Deportivo 2009, jurado del Balón de Oro de France Football y el The Best de la FIFA. En ambos es el único votante de Chile. Comentarista de Los Tenores de radio ADN, columnista de El Mercurio, director de la revista Tribuna Andes y comentarista de TNT Sports.