El presidente de Coquimbo Unido, Jorge Contador (69), sabe de sobra que el destino de un equipo en cualquier campeonato se puede definir en el minuto final de la última fecha. Entonces, y a propósito de lo que hoy enfrenta el elenco pirata, cada una de sus sentencias está mediatizada por la cautela y la experiencia de convivir con el éxito y el fracaso.
Pero la prudencia para hablar de fútbol se transforma en doctrina cuando se trata de explicar los principios que movilizan su administración en el club. Lineamientos que responden a que “la institución”, como repite Contador con insistencia para personificar al club, tiene un rol social con la comuna y la región.
Una visión que puede resultar romántica a tanto personaje advenedizo y oportunista que ha llegado a poblar el fútbol profesional chileno, pero que para el presidente de Coquimbo es innegociable.
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-Desde 2016 Coquimbo ha sufrido algunos altibajos, pero tiene bastantes hitos positivos, dos títulos en Primera B, una muy buena campaña en una Copa Sudamericana y estos últimos años rendimientos interesantes. ¿Dónde ubica hoy día a Coquimbo dentro de los clubes chilenos? ¿Es el club más fuerte del norte? ¿El más poderoso de regiones?
Yo ubico a Coquimbo como una institución que trabaja seriamente, que tiene una fuerte inversión en sus campos deportivos donde se preparan los jóvenes que mañana van a conformar los planteles profesionales. Entonces, es difícil colocarlo dentro de un escalafón con otros clubes que también hacen un muy buen trabajo. Me gustaría clasificar a Coquimbo dentro de estos equipos que hacen bien su trabajo.
-¿Pero es un club emergente o un club que ya está consolidado?
Es un club que está en vías de consolidación. Quisiera recordar que ascendimos a Primera División el ’90 con un gran una gran campaña de nuestro histórico entrenador José Sulantay, a quien le rindo un homenaje por todo el trabajo que desarrolló en Coquimbo. Estuvimos 17 años en Primera hasta el 2007. Yo presidí el club hasta el 2006 y de ahí me integré al directorio de la ANFP. El equipo estuvo 11 años en Primera B y ascendió en 2018. Volvimos a bajar el 2020 y subimos el 2021, y de ahí nos hemos mantenido donde siempre debemos estar, sobre todo tratando de ser protagonistas. Si bien no hemos logrado el objetivo más importante que es ser campeones, hemos estado muy cerca. Pero el trabajo que se viene desarrollando, nos permite ser un equipo que va a estar en la primera línea, disputando cosas. Y esperamos más temprano que tarde llegar a ser campeones, que es nuestra aspiración.
-En esa perspectiva, claramente Coquimbo es un equipo que se distingue en comparación a los otros clubes del norte.
Siempre se ha distinguido porque es un equipo guerrero, protagonista. A la gente le gusta Coquimbo, no solo a los nacidos en esta tierra; mucha gente del país se identifica con Coquimbo por cómo juega y cómo somos de aguerridos, por el ímpetu que le ponemos para salir adelante en nuestro proyecto.
-Ustedes tuvieron en 2020 una experiencia de dulce y agraz: semifinales de Copa Sudamericana y descenso a Primera B. ¿Qué aprendizajes sacaron de esa temporada?
Que el plantel era muy corto. Además, se dieron muchas condiciones. Ese campeonato se jugó en pandemia. Tuvimos viajes desgastadores que nos afectaron mucho, nos cambiaron los partidos. La ANFP tiene una deuda pendiente con nosotros, de podernos haber apoyado mucho más. Para no perder por secretaría, tuvimos que hacer un gran esfuerzo. No se pudo jugar en Coquimbo, donde estaban las condiciones para hacerlo, y tuvimos que jugar la final de local en Paraguay. Fue muy difícil, y no hubo en esa oportunidad, y se lo manifesté al presidente de la ANFP en esa época, el apoyo para estar en un campeonato local e internacional. Las programaciones fueron realmente perjudiciales. Afortunadamente, tuvimos los recursos para poder al año siguiente hacer un plantel competitivo y volver a la categoría.
Coquimbo Unido y la disputa por el título 2025
-¿Cuál era el objetivo que se planteó a principios de temporada?
Ser protagonistas.
-¿Ser protagonistas es acceder a una copa internacional?
Vamos paso a paso, avanzando partido a partido, y ahí vamos fijando nuestra meta. Siempre el objetivo final es ser campeón, no hay duda. Pero también tenemos que ser pragmáticos y pensar hacia dónde podemos apuntar con los recursos y presupuesto que manejamos. Indudablemente que para nosotros estar sobre la medianía de la tabla es nuestro objetivo, y sobre esa base están las participaciones en Copa Sudamericana o Copa Libertadores y también ser campeones.
-Hoy son punteros del torneo, ya no pueden decir abiertamente que no quieren ser campeones...
Siempre queremos ser campeones, pero no se es campeón al comienzo de la segunda rueda, sí en la última fecha. Le reitero: estamos en un trabajo que es partido a partido. Hoy día no hemos logrado nada, solo una muy buena participación que esperamos seguir teniéndola.
-El club mantuvo a Matías Palavecino y trajo a Cristián Zavala. Una clara demostración de que no quieren despotenciar el plantel. ¿Van a tratar de traer a alguien más?
Mientras haya tiempo, siempre está la posibilidad. Estamos trabajando. La gente que maneja estos temas está trabajando y nosotros silenciosamente esperamos lograr algo. Si no, seguiremos con lo que tenemos, el entrenador está conforme con su plantel.
-¿El técnico, Esteban González, tiene contrato por este año o hasta la próxima temporada?
Tiene contrato vigente.
-¿Hasta cuándo?
Prefiero no responder.
-¿Cuál es hoy día la fortaleza y la debilidad que le ve a Coquimbo?
La fortaleza es la unión que tienen los jugadores con su cuerpo técnico y el trabajo que desarrolla el cuerpo técnico junto al resto del equipo de profesionales ligados al club. Hay mucho esfuerzo, ganas, inteligencia y profesionalismo entregados a nuestros jugadores para que ellos tengan las mejores armas para enfrentar a los rivales. Las debilidades, obviamente, las tenemos que guardar y conversar internamente.
-¿Puede ser una debilidad que Coquimbo tenga un plantel que, si bien es experimentado, no está acostumbrado a vivir sobre esta presión de ser campeón?
Los jugadores están concentrados, ellos saben lo que tienen que hacer, no sienten la presión. Su objetivo es el próximo partido y olvidarse de lo que pasa alrededor y de las supuestas presiones que se plantean.
“Tratamos que los técnicos estén mucho tiempo en el club”
-¿Dentro de los escenarios que se diseñan estaba planificado que Esteban González iba a ser el reemplazante de Fernando Díaz?
Tratamos de ser objetivos en la evaluación de nuestros técnicos, darles la mayor confianza y tratar de que estén mucho tiempo en el club. Con el tiempo fuimos viendo algunas condiciones que tenía Esteban y no tuvimos duda en respaldarlo cuando tuvo que asumir, y lo ha hecho de muy buena manera.
-¿Y qué le pareció la dura reacción de Fernando Díaz cuando fue despedido? ¿La esperaban?
Fernando hizo un trabajo importante mientras fue nuestro director técnico y siempre fue respaldado por este presidente. Pero una vez que se termina la relación contractual, él es libre de decir lo que estime conveniente. No me gusta referirme públicamente a lo que pudo pasar o no, ya pasó. Él hizo un trabajo importante, pero estamos en el lugar que estamos y vamos a seguir trabajando para lograr los objetivos que merecen los coquimbanos.
-¿Cómo es la relación con la barra de Coquimbo Unido?
No tenemos relación con la barra, nuestros estatutos no lo permiten. Ellos son independientes y bueno, las barras son las barras. Me gustaría que fueran de una manera distinta a como se manifiestan en todos los estadios del país.
-¿Tienen acercamientos con Deportes La Serena? ¿Es un club igual que otro o hay una relación más cercana por el hecho de pertenecer a la misma región?
Muchos dirigentes de La Serena son amigos personales y socialmente nos encontramos en más de una oportunidad...
-¿Entonces es amigo de Fernando Felicevich?
No, no, perdón, somos amigos con los ex dirigentes históricos de La Serena. A Felicevich no lo conozco, no lo he visto nunca en mi vida. Lo conozco de nombre, obviamente. Al actual presidente, Milko (Leguas), lo conozco de mucho tiempo, no soy su amigo, pero en más de una oportunidad nos hemos apoyado y tenemos una relación fluida.
-¿Usted como coquimbano prefiere que Deportes La Serena está en Primera o en la B?
(Ríe) En Primera, así tenemos clásicos que son importantes.
-¿Cuántos socios al día tiene Coquimbo Unido?
Tenemos alrededor de 5 mil abonados. Nos gustaría tener muchos más, y nos gustaría que el estadio estuviera colmado de público. Sería muy importante que nos acompañara mucha gente. La verdad es que en el lugar que estamos debiéramos tener mucho más público. Mire que Iquique, que está peleando y haciendo todos los esfuerzos por mantener la categoría, tiene más público que nosotros.
-¿Y a qué lo atribuye? ¿Tienen las entradas muy caras, quizás?
No, no, las entradas son accesibles a todo público. Para los abonados no es un costo alto. Es difícil saber cuál es la razón, puede ser un tema económico, pero también la gente hoy tiene muchas actividades y entretenimientos que pueden ser mejores que ir al fútbol.
Campeones nacionales Sub 15 por primera vez en la historia
-¿Dónde pone hoy los acentos Coquimbo Unido? La base siempre es mantener la categoría, sin duda, ¿pero cuáles son las metas que el club se plantea progresivamente?
No tengo ninguna duda que instituciones como la nuestra, para sostenerse en el tiempo, deben tener una infraestructura fuerte, invertir en sus campos de entrenamiento para el fútbol profesional, como también para la formación de jugadores. Todos los remanentes que tenemos anualmente, se reinvierten en generar las mejores condiciones para los niños de la comuna y de la región que quieran dedicarse a la actividad. Ellos son nuestro objetivo. En la medida en que nosotros desarrollemos bien nuestras divisiones menores, nos vamos a proveer de jugadores jóvenes, de canteranos bien preparados.
-¿Y ese objetivo hoy lo cumple Coquimbo Unido?
Hoy día nuestros niños, alrededor de 750 varones y damas, tienen una cancha de muy buenas condiciones, camarines, gimnasio, indumentaria necesaria, un equipo con psicólogo, kinesiólogo, médicos, nutricionistas que los acompañan para su crecimiento. Nuestro objetivo es ser una institución equilibrada y que su inversión esté en la formación y en la infraestructura. A corto y mediano plazo esperamos superar los mil e incluso llegar a los mil 500 niños en las series menores y escuelas de fútbol, porque chicos hay, lo que debemos es darle la infraestructura necesaria. Además, es lo mínimo que deben tener nuestros niños de la comuna y de la Región de Coquimbo.
-¿Y en cuanto a resultados, están satisfechos como club?
Una señal de que el trabajo del fútbol formativo está rindiendo frutos es que este año en la Copa Futuro nuestra Sub 15 salió campeón nacional por primera vez en la historia, y que en la Sub 16, Sub 18 y Sub 20 jugamos con Colo Colo, y le ganamos en las tres series. Dos categorías llegaron a la final, una salió campeona y la Sub 16 perdió por penales con Católica. Pero queremos más. Técnicamente, necesitamos dos o tres niños bien preparados por cada serie. Hoy tenemos un plantel de 25 donde 12, 13 o 14 por plantel están en condiciones de competir y otros les falta aún desarrollarse. Pero para poder competir, necesitamos tener 16 o 17 niños en condiciones de competir en cada serie. Eso es lo que estamos trabajando con el jefe de las divisiones, Francisco Castro, y Benjamín Valenzuela, que lo apoya, porque necesitamos salir a buscar más jóvenes.
-¿Es cierto que vienen los clubes de Santiago a ‘levantarle’ a los jugadores de las series menores?
Sí, nuestros rivales de la capital nos vienen a levantar los niños; tenemos una lucha permanente para poder mantenerlos. Pero ofreciéndoles a nuestros niños condiciones iguales a las que encuentran en los equipos de mayor convocatoria, ellos quieren seguir trabajando con nosotros.
-¿No lo considera una deslealtad que los clubes grandes de Santiago vayan a Coquimbo a levantarle a los niños que ustedes han desarrollado desde pequeños?
Me parece que no está bien. Cuando ha sucedido con mayor formalidad, hemos hablado con los clubes y hemos llegado a algunos acuerdos. Pero no está bien, porque ellos tienen una cantidad importante de jugadores en la Región Metropolitana y sus alrededores que podrían invitarlos a trabajar con ellos.
-¿Qué le parece el sistema de campeonato de las series menores, que tiene un carácter regional y que solo en las fases finales la competencia sea nacional?
Necesitamos jugar más partidos. Obviamente que los campeonatos son perfectibles, pero lamentablemente nuestro país es tan largo que a veces nos impide tener mayor comunicación y poder participar mejor en mejores condiciones. Los viajes que realizamos son muy cansadores, muchas veces tenemos que ir a jugar Antofagasta, Calama, Iquique, Arica, y al sur, a Concepción y Chillán.
-¿Los campos de entrenamiento de Coquimbo Unido le pertenecen al club o son municipales?
Les pertenecen a una corporación que formamos los mismos directores de la Sociedad Anónima que controla el club. Esa corporación administra los campos de entrenamiento de manera transparente.
Chandía, Mundaca, Zepeda, ejemplos a seguir
-¿Qué le parece la regla del Sub 21?
Me gusta esa regla, aunque creo que el juvenil sí tiene que estar por convicción y no por obligación. Pero a veces es necesario obligar para que puedan jugar.
-Aunque Coquimbo no ha necesitado hacerlos jugar por obligación, porque han generado estos últimos años varios valores juveniles.
Sí, el trabajo de hace varios años está rindiendo sus frutos. Hay juveniles con muy buena participación, (Benjamín) Chandía, (Martín) Mundaca, (Matías) Zepeda, y hay también diez o doce juveniles que están a la espera de tener su oportunidad.
-¿Cuántos jugadores de la cantera consideran ideal para incorporar al primer equipo de Coquimbo cada temporada?
Lo ideal son tres a cuatro jugadores. En el 2005 tuvimos diez juveniles que llegaron al primer equipo. Cuando disputamos la final en ese año contra Unión Española teníamos a Manouchehri, Crovetto, Carlitos Carmona, que fue el que llegó más lejos, Rivera, Osorio, Lucero y dos o tres más que se me olvidan. Fue una gran generación. Los equipos que logran objetivos son aquellos que tienen canteranos y jugadores experimentados. El 2018 teníamos cinco canteranos jugando en el equipo que salió campeón de la Primera B. Cuando fuimos campeones por primera vez de la Segunda División, en 1962, eran jugadores formados en equipos locales que llegaron a Coquimbo. Yo soy un convencido de que con jóvenes formados en el club mezclados con experimentados, se pueden lograr objetivos.
-¿Y cuántos jugadores es lo ideal para vender por temporada?
Nosotros formamos jugadores para que integren el primer equipo. Si existe interés en otras instituciones y hay algún acuerdo, se puede vender. No hay un número establecido por año, pero vender jugadores o sus derechos de formación es importante para el presupuesto de Coquimbo.
-¿A quién de los canteranos ve transferible a finales de temporada?
Chandía, Mundaca es un jugador interesante, Sebastián Galani, Cabrera, Zepeda es otro jugador muy interesante. Hay muchos jugadores que todavía no han debutado, pero que están muy bien trabajados y más temprano que tarde van a debutar en el primer equipo
-¿Llamado a pronunciarse por un torneo largo o dos torneos cortos con playoffs, qué elige Coquimbo?
Para los clubes como el nuestro, a veces es mucho más conveniente el campeonato corto que el largo. Pero creo que debemos apuntar al torneo largo, porque nos permite trabajar ordenadamente, prepararnos bien.
-¿Cuándo apoya más el público de Coquimbo: si están peleando por subir o en Primera División?
A la gente le gusta ganar, y a veces en Primera B tiene la posibilidad de ganar más partidos y estar en los primeros lugares. Pero el año pasado y éste hemos estado también en los primeros lugares. Creo que ahora vamos a empezar a tener mucho más público y mucho más entusiasmo con la gente.