El fallecimiento de un espectador en el Monumental no puede quedar soslayado por la crónica deportiva del triunfo de Colo Colo en el Superclásico.
La muerte de un hincha del equipo albo, quien minutos antes del inicio cayó de un techo cuyo acceso estaba prohibido, debió motivar la automática suspensión del espectáculo. Ameritaba una indagación rigurosa en el lugar de los hechos, el estricto trabajo de los investigadores, la revisión oportuna de las imágenes existentes del circuito cerrado, la inmediata toma de testimonios de los involucrados o testigos, la total y absoluta certeza de que no se produjo por intervención de terceros, y si así fuera, la pertinente acción policial.
Pero la Delegación Presidencial, sí, el organismo que autorizó el aforo completo a Colo Colo, no tuvo el criterio ni la determinación para suspender el Superclásico, y darle a esta lamentable muerte un trato indagatorio como corresponde.
Gonzalo Durán, nuevamente, tendrá que dar explicaciones de por qué sigue operando como un político calculador, que mide cada uno de sus pasos y que no actúa como un funcionario que debe velar eficientemente por la seguridad de quienes asisten a un evento de masas.
Durán y la tropa de funcionarios de la Delegación Presidencial que viven y cobran sueldos pagados por todos los chilenos justamente para evitar este tipo de sucesos, dirán que no asumieron sus atribuciones porque los convencieron de la ANFP para continuar con el espectáculo, porque teóricamente la suspensión supondría eventuales incidentes mayores, que acarreaban mayores riesgos. Carabineros por cierto que también debió participar de esta decisión. ¿Pero qué mayores riesgos que lamentar la muerte de un hincha, independiente que al parecer su deceso se produjo por un accidente?
¿Cuáles fueron los poderosos argumentos que dieron el gerente de Ligas, Yamal Rajab, y el gerente de Operaciones de la ANFP, Felipe de Pablo, para que la Delegación Presidencial no decretara la suspensión? ¿El partido acaso no se realizó solo con hinchas de Colo Colo? ¿A los barristas del club local no les importa que uno de los suyos se hubiera matado en el Monumental y que ese hecho iba a motivar accidentes en la evacuación del recinto?
No solo la Delegación Presidencial, Colo Colo también debe responder por no tener el contingente de seguridad suficiente para prevenir justamente una situación que quienes van asiduamente al recinto ven que sucede: subirse a los techos para pasarse al sector oficial de la barra.
Esta vez, el club popular no tiene la justificación de decir que la muerte de un hincha se registró en las afueras del Monumental, como sucedió en abril pasado con motivo del partido con Fortaleza. Colo Colo tendrá que dar muchas y contundentes respuestas para evitar un castigo ejemplar de parte de los mismos que quisieron que el espectáculo siguiera: la ANFP.
Y el Delegado Presidencial, Gonzalo Durán, nuevamente tendrá que dar la cara para decir cómo y por qué autorizó el aforo completo en el estadio, si es que le importa algo la tercera muerte en lo que va del año de un hincha de Colo Colo, bajo su gestión administrativa y política. Aunque le queden unos pocos meses en el cargo.