“El proyecto está enfocado obviamente en la clasificación al Mundial de 2030”, dice un locuaz Sebastián Miranda en los pasillos del Bicentenario de La Florida. La Selección Chilena le acaba de ganar a Perú 2-1 en un amistoso obligado por la FIFA y sus “fechas”. El partido se jugó ante unos seis mil espectadores, la noche anterior Universidad Católica había metido el triple en San Carlos de Apoquindo contra Ñublense, y difícilmente se le pueda dar más trascendencia que sus forzadas circunstancias: los dos equipos colistas de la Conmebol deben jugar sin entrenador oficial en una cancha sintética desgastada. Chile, el detalle es revelador, pone a un interino en la banca que reemplaza a otro interino.
Pero se habla del “proyecto” que tiene un horizonte a cinco años y que culmina nada menos que en el Mundial 2030. Y quien es, en concreto, sólo el técnico de una Sub 17 lo dice con un aplomo total. ¿El proyecto de quién? El día anterior Pablo Milad en su entrevista llena de chiflotas, ya había avisado al país deportivo: no hay prisa para buscar un entrenador en la Selección Adulta, aunque el gerente Felipe Correa, aclara el presidente de la ANFP, está “estudiando” nombres, currículos y proyectos.
Están buscando, pero no hay prisa. Miranda habla, desde una posición intermedia y circunstancial, de llegar al Mundial 2030. No hay que ser muy inteligente, y en el fútbol chileno está claro que no es el atributo más importante, para darse cuenta que es una decisión tomada. Si el jueves Milad había hecho una elegía a Nicolás Córdova junto con ratificarlo para la fecha FIFA de noviembre, al día siguiente un subalterno del mismo Córdova raya la cancha: nos quedamos por mucho tiempo.
Y Miranda no se anda con medias tintas, tira ideas de gran calado sobre la mesa: “Nosotros estamos trabajando día a día para poder generar más instancias como estas, mas instancias en que nuestros futbolistas participen en Sudamericanos, sean protagonistas, que podamos clasificar más seguido a Mundiales. La ANFP ha hecho un esfuerzo grande para seguir apoyándonos”.
¿Quedó claro? El staff de Nicolás Córdova viene con el pack completo, no es un Mundial, son “Mundiales”. Y explica que la ANFP, Milad y Jorge Yunge, porque en Quilín no queda nadie, los sigue apoyando. Claro, el martes el cabeza de este “proyecto 2030”, salió del Estadio Elías Figueroa embarrando a todo quien se cruzara por la lamentable actuación de la Sub 20 en el Mundial. Y en esa repartija de mierda la misma ANFP resultó manchada por el inefable Nico, quien alegó que no había tenido todo para preparar el equipo. Dos días después, Milad aclara que sí le dieron “todo”. Y sólo 24 horas más tarde, Miranda cierra con el moño del “proyecto” cinco años plazo.
Milad termina su período en noviembre del 2026, por lo tanto, no estaría para la culminación del “proyecto”. Pero puede dejar amarrados los contratos en Pinto Durán. Como intenta dejar amarrada la venta de derechos de televisión de la Selección en el mismo período. No es tan difícil darse cuenta para dónde va la cosa: no conformes con destruir el fútbol profesional chileno, quieren dejarlo comprometido y bien atado hasta el 2030 por lo menos. Nunca una conspiración fue tan groseramente vulgar.