Se nos va una de las temporadas más inéditas de la historia del fútbol chileno. Desde la histórica gesta de Coquimbo Unido hasta la remontada de Universidad Católica, pasando por el año agridulce de Universidad de Chile y el centenario turbulento de Colo Colo. Los equipos, lejos de descansar, ya mueven sus piezas en un mercado que, por ahora, se llena de incertidumbre.

Para el Cacique, el 2025 fue un año para el olvido, uno de los peores en su historia. La primera gran decisión, la continuidad de Fernando Ortiz, se ha consumado, poniendo de acuerdo los bloques de Aníbal Mosa y Leonidas Vial, quienes dejaron de lado sus tradicionales fricciones. Ahora, el primer y quizás mayor desafío de Ortiz y la directiva será definir el rol de Arturo Vidal. El estratega lo ve como suplente; el “King”, por su lado, se ve como titular. Este “gallito” parece haberse resuelto a favor del técnico, un indicio claro de la dirección que Blanco y Negro quiere tomar. Más allá de esto, la delicada situación económica del club obliga a un “mercado quirúrgico”: fichajes precisos, inteligentes y de bajo costo para cubrir múltiples necesidades deportivas.

En la vereda azul, la incertidumbre es la palabra clave. Gustavo Álvarez, el técnico que ilusionó a la hinchada con la vuelta de la competitividad, se ha convertido en un problema. Su salida forzada es un hecho y Azul Azul busca desesperadamente una compensación económica por su fichaje, realizado a fines de 2023.

Álvarez, quien sin duda logró ilusionar a los hinchas con el alto vuelo futbolístico de su equipo, ha empañado su propia despedida con acciones que han tensionado las relaciones. Con el apremio del tiempo, el nombre de Renato Paiva asoma como la principal alternativa. Un entrenador formado en la escuela de Benfica, con una propuesta de juego protagonista, pero que aterrizaría con un reciente y flojo paso por Fortaleza. Su triunfo con Botafogo ante el PSG es un aval, pero el choque cultural y sus últimos antecedentes generan una dualidad que pone a la U ante una decisión vital para definir su año futbolístico.

Los Cruzados, por su parte, parecen tener un camino más despejado. El cierre de 2025 con mejores sensaciones y la clasificación a la Copa Libertadores les dio un envión anímico fundamental. Daniel Garnero, el gran artífice de este resurgimiento, tiene ahora la misión de construir un plantel que compita a nivel internacional. Para ello, los fichajes serán clave, y la historia reciente muestra que esta ha sido una problema en San Carlos de Apoquindo, sumando varios desaciertos. Es un año vital para revertir la tendencia de los últimos mercados para volver a la escena internacional con altura y pelear por un esquivo campeonato.

Por último, el flamante campeón, Coquimbo Unido, se enfrenta a una de las pruebas más difíciles del fútbol: la de renovarse en el éxito. Ganar después de ganar es un desafío mayúsculo. Con la salida de Esteban González, su exitoso entrenador y la previsible “hemorragia” de jugadores clave que dejarán la institución, el desafío tendrá cinco campeonatos por delante con la nueva mano técnica de Hernán Caputto. Mantener la ambición y la cohesión, rearmando el equipo con inteligencia y convicción, será fundamental para que el “Pirata” no tenga sólo un éxito repentino.

Demasiadas incógnitas, muchos movimientos y un 2026 que hoy se presenta difuso. La foto de los favoritos para la corona del fútbol chileno es, por ahora, una incógnita. La reconstrucción ha comenzado, y con ella, la promesa de un mercado de pases decisivo con el que se comienzan a sembrar los éxitos de la próxima temporada.

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