No era normal que Concepción careciera de representantes en Primera División. La ciudad más importante del sur de Chile se quedó sin fútbol grande cuando Universidad de Concepción descendió en Talca en la temporada 2020, en un recordado partido de definición ante Colo Colo. El otro club de la capital regional, Deportes Concepción, vivió un calvario que lo llevó hasta las categorías básicas del fútbol local. Los lilas fueron esquilmados sin contemplaciones, en una debacle que concluyó en 2016. Se iniciaba una larga travesía por los potreros.
Muchos años con el “Ester Roa” ausente de la gran escena balompédica nacional.
El campeonato de Ascenso 2025 premió al Campanil con el título, en una campaña sobresaliente, coronada en la última fecha ante Deportes Copiapó en el “Luis Valenzuela Hermosilla”. El “Conce” supo batallar en la liguilla al dejar en el camino a Antofagasta, Copiapó y Cobreloa, en una final épica. No en vano, siempre terminó como visitante.
La presencia de ambas escuadras recupera una plaza tradicional, que desde 1968 fue un foco de atracción permanente en la serie de Honor. Si algo explica el alza del fútbol chileno en la década de los ’60 es la incorporación de la cuenca del Bío Bío, que aumentó la cantidad de jugadores profesionales, sumó la cancha de la avenida Collao y aportó una sustantiva masa de aficionados, que pronto se identificaron con los colores de sus representativos.
A este reparto de adhesiones llegó tarde la U de Conce, que, a pesar de ser la cara de una de las instituciones más relevantes de la zona, nunca amenazó la popularidad de Deportes Concepción y Fernández Vial. La Liga de Primera necesitaba al menos a uno de estos dos equipos. Con ambos presentes, el potencial del torneo crece.
La vuelta no es fácil. Consolidarse arriba es un desafío gigante, aunque en esta ocasión la travesía no debiera ser tan traumática. No hay dudas de que Deportes Concepción jugará a tablero vuelto buena parte de la campaña, con Patricio Almendra en la banca, legitimado por su condición de futbolista del club en los años más duros, cuando la crisis era cotidiana. Si agregamos el peso específico de Joaquín Larrivey como faro del plantel, es posible pensar que la navegación será con la caña al centro, vuelo recto y nivelado.
En estas circunstancias, Universidad de Concepción tiene el hándicap de no tener una hinchada mayoritaria. Su gente es fiel, pero no genera ruido. Es posible trabajar con tranquilidad y estabilizarse en la categoría con una administración con muchos años de experiencia. Un valor fundamental en esta actividad, donde los principiantes, luego de un par de meses, creen conocer los secretos de un mundo que nunca deja de sorprender.
Al fútbol chileno, a la transmisión televisiva, le hacía demasiada falta la escenografía que aportan estos dos equipos. Justo cuando se fueron Unión Española y Deportes Iquique, sus relevos aminoran el impacto de esas caídas en una competencia que reclama al menos 18 clubes. Como en los ’80, otra vez la Octava Región convocará multitudes. En pocos kilómetros cohabitarán Ñublense, los dos penquistas y Huachipato. La lluvia y el frío del sur son el aderezo para un intenso 2026.