
Un 30 de mayo de 1962, Chile debutaba en un Mundial especial ya que recibía en su propia casa a algunas de las selecciones más poderosas del mundo, a dos años de haber vivido el terremoto más devastador de la Historia. La Roja dio una pequeña alegría al ganar por 3-1 a Suiza.
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Aquel día, el Mundial comenzó con cuatro partidos simultáneos. Uruguay vencía 2-1 a Colombia por el Grupo A en Arica, mientras que, en Viña del Mar, Brasil se quedaba con un cómodo triunfo ante México. Argentina, a la vez, derrotaba por la cuenta mínima a Bulgaria en Rancagua.
Santiago, en tanto, recibía el ahora legendario duelo entre Chile y Suiza, que partía escribiendo la leyenda de una Selección que pasó a la historia del fútbol nacional. Partieron perdiendo por un temprano gol de Rolf Wuethrich, pero dos hombres se encargaron de dar la primera cuota de alegría a un país que de a poco se recuperaba.
Dos goles de Leonel Sánchez, a los 44’ y 51’, y un tanto de Jaime Ramírez revirtieron con facilidad el marcador, y preparaba a Chile para disputar una batalla que sería complicada, más no imposible.
El resto, es historia. Un 2-0 ante Italia en la recordada ‘Batalla de Santiago’, una caída ante Alemania Federal que no los desanimó, ya que avanzaban a la fase final, y una victoria en cuartos de final, por 2-1 ante la Unión Soviética, ponía a la Roja entre los cuatro mejores.
Una dolorosa caída ante Brasil por 4-2 les impidió ser uno de los dos finalistas, pero eso no importó. Chile logró graduarse como la tercera mejor Selección del Mundo al ganar 1-0 ante Yugoslavia.
Un 30 de mayo comenzó esa hazaña histórica.. Suiza fue solo la puerta de entrada para una generación que cambió el fútbol chileno tal como se conocía.