Los gritos de Maripán, el pedido de Medel y el desmedido festejo boliviano en las tribunas: La otra cara del empate de La Roja ante Bolivia

"Dale Chile, carajo. Vamos, estamos bien, dale". Los gritos de Guillermo Maripán resonaban fuerte en el Estadio San Carlos de Apoquindo cuando "La Roja" avasallaba a Bolivia, con claras opciones de abrir la cuenta, algo que no logró hasta el minuto 69' cuando Erick Pulgar puso el parcial 1-0 para Chile. 

El defensa formado en Universidad Católica fue uno de los jugadores de la Selección Chilena que más arengó a sus compañeros. Algo que no se vio en la transmisión, pero que sin duda llama la atención en las tribunas, desde donde En Cancha pudo presenciar el duelo y rescatar algunos detalles íntimos del olvidable empate frente a los altiplánicos. 

En los momentos en que Chile era ampliamente superior a su rival y el gol no llegaba, Maripán arengaba y arengaba al resto de los jugadores. "Hay que seguir, dale, que ya sale", vociferaba uno de los que, a la postre terminó siendo duramente criticado por los hinchas en redes sociales. 

El defensor del Mónaco, tomó el rol de líder de la zaga nacional, al menos en lo que se refería a alentar a los demás compañeros, incluso sus gritos se escuchaban más que los de Gary Medel, quien esta vez conversó mucho con Francisco Sierralta: "Cámbiate", le pedía el defensor de Watford al bicampeón de América al momento de alternar la marcación de Marcelo Moreno Martins, durante un lateral, donde el histórico le ganó al atacante, pese a la poca fe que parecía tenerle el joven que militará en la Premier League, quien quería hacerse cargo de anular en ese momento a quien terminó amargando a "La Roja".

Mientras eso ocurría, Maripán insistía en arengar a los de "Rojo", hasta que llegó el gritado gol de Erick Pulgar, que fue festejado con un fuerte abrazo entre Gary Medel y el capitán, Claudio Bravo. "Memo", no perdió su rol protagónico dentro de la cancha, hasta el desgraciado penal.

Medel y su instrucción a un peloteros

Los dos capitanes de "La Roja", Gary Medel y Claudio Bravo, cumplieron un rol más estratégico. Al comienzo del segundo tiempo, el "Pitbull" gritaba: "Eh, pelotero, pelotero". Hasta que el joven miró al central, quien se acercó para darle algunas instrucciones, que aunque fueron inaudibles, tenían como clara instrucción que apuraran los balones cuando este salía en el área de Bolivia, considerando el paupérrimo desempeño de Carlos Lampe, que vez que pudo se quedó haciendo tiempo, situación que exasperó al cuadro nacional.

Sin embargo, tras el gol de Chile, el golero del Real Betis cambió la orden. Le pidió al pelotero que estaba tras su portería, que se fuera del lugar, algo que confundió al joven, quien un poco asustado, fue desapareciendo lentamente.

"Tranquilos, tranquilos": La fe de Claudio Bravo previo al penal 

El arquero nacional también asumió un rol importante al intentar calmar a sus compañeros instantes después de que Eber Aquino, tras revisar la jugada en el Var, cobrara el fatídico penal que sentenció a Chile. Mientras los jugadores reclamaban airadamente, el meta señalaba con evidente fe: "tranquilos, tranquilos, Dale".

El golero confiaba en detener el lanzamiento, pero la brillante ejecución de Marcelo Moreno Martins lo dejó sin mayores opciones y ahogó el grito de triunfo que los pocos presentes en el Estadio querían realizar.

"Dale Bolivia, carajo": Los desesperantes gritos de la delegación altiplánica 

Un tema que llamó la atención fue la efusividad con que se vivió en las tribunas el partido por parte de la delegación de Bolivia. "Dale Dani, cerrá, cerrá, cerrá. Evita las paredes", gritaba seguidamente el volante Enrique Flores al lateral Dani Bejarano, constantemente sobrepasado durante el primer tiempo por un brillante Eugenio Mena.

"La otra jugada, la otra jugada. Ya pasó, ya pasó", eran parte de las voces que salían desde los suplentes bolivianos durante los peores minutos del equipo. Mientras, la plana directiva, instalada en uno de los palcos de San Carlos, veía impávida la feble actuación de los suyos.

Con el correr de los minutos, y especialmente, después del empate en los 82', se vivieron momentos tensos, que a más de alguno de los guardias de seguridad alteró. "Que cobrás, hijo de la gran p...", gritó uno de los jugadores que quedó marginado del banco de suplentes, quien fue reprendido, elegantemente por uno de los hombres que escoltaba el palco donde estaba ubicado.

La previa del cobro de Eber Aquino, también se vivió con todo: "Es penal, lo cobra, lo cobra", comenzaron a vociferar parte de los dirigentes bolivianos, como creyendo que podían influir en la decisión, a la postre favorable para ellos, del cuestionado juez paraguayo.

Cuando el balón ingresó a la portería de Claudio Bravo, los gritos parecían multiplicarse por mil: "Vamos Bolivia, carajo. Vamos Bolivia, carajo", indicaba con fuerza uno de los asistentes del banco de la verde que fue expulsado tras el tanto del empate. Ya a esas alturas, toda la delegación y los suplentes vivían de pie los minutos finales, al constante grito de "Vamos Bolivia", que era seguido con mirada de pocos amigos por parte de algunos periodistas chilenos, y parte del staff de la transmisión presente a pocos metros .

El pitazo final dio rienda suelta al festejo, quizás desmedido, pero entendible. Los abrazos y gritos de júbilo duraron varios minutos. Mientras, Alexis Sánchez dejó el campo de juego con rapidez.

Gary Medel, abandonaba con frustración. Un grito que no se pudo escuchar, a la entrada de las escalinatas que llevan a los vestuarios, fue el corolario de la jornada decepcionante. Claudio Bravo, en el otro sector de la cancha se despedía de los rivales: "que lleguen bien a casa", les decía.

Y en el fondo de la cancha, yacía un dolido Guillermo Maripán, observado desde la parte de alta por Arturo Vidal, quien seguramente se cuestionaba los actos cometidos previo al partido, que le impidieron estar en un partido donde "La Roja" dejó escapar puntos que lo pueden dejar fuera de la próxima Copa del Mundo.