En un partido que jamás tuvo contrapeso para la Selección de Brasil, contadísimos jugadores chilenos destacaron en la inobjetable caída de La Roja en el Maracaná.
La superioridad colectiva de los brasileños tuvo un correlato perfecto en la diferencia individual que hubo entre los locales y un elenco visitante que remató al arco apenas una vez en todo el partido, en una propuesta de Nicolás Córdova que tampoco tuvo espacio para progresar en el juego.
Cepeda, el más rescatable
Desahogó cada vez que tuvo el balón, intentó asociarse sin tener mucha compañía, pero fue el más punzante en una ofensiva desvalida y casi desierta. Tuvo dos oportunidades para remates francos, sin embargo en el primero no conectó ni con potencia ni con dirección, y en el segundo, en una de las pocas jugadas de pizarrón tras un corner, su remate fue desviado y, de paso, se llevó un patadón de Marquinhos tras rematar. El delantero de Colo Colo, igualmente, demostró que es uno de los jugadores de mayor jerarquía de este recambio generacional.
Vigouroux cumplió en su debut eliminatorio
En su primera intervención, al minuto y medio de juego, apagó el gritó de gol de Brasil al manotear un certero cabezazo de Gabriel Magalhães. Bien ubicado cada vez que contuvo un remate de media distancia, en los goles no tuvo nada que hacer, incluso en el primero casi logra desviar en el achique a Joao Pedro, pero su balón rebotó hacia el arco. Para ser su debut en eliminatorias en Brasil, aprobó con buena nota.
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Hormazábal salvó por su costado
Lejos de acercarse al desdoblamiento que regularmente exhibe en Universidad de Chile, el lateral tuvo un desempeño correcto, en el contexto de un equipo chileno que tuvo muy pocos arrestos ofensivos y una bajísima posesión de balón. Si bien en los mano a mano que debió enfrentar no fue superado con amplitud por Martinelli o Rapinha, cuando el delantero se recogió a la izquierda, el jugador de la U sacó su tarea con las dificultades propias de un elenco netamente inferior.
Los más bajos en un rendimiento discreto
Vicente Pizarro: Otro jugador respecto de quien fuera uno de los protagonistas del pasado Superclásico. No fue capaz de aportar desahogo y oxigenar el mediocampo, llegó a destiempo en varios cruces, se vio totalmente superado en un sector del campo donde su técnica y precisión se imponen.

Alexander Aravena: Tuvo pocas opciones para asociarse y casi siempre fue anticipado por la marca de los brasileños. Cero aporte ofensivo y escasísima contribución para dar opciones de pase a los volantes y generar algún descuelgue o aproximarse a Brereton. Sigue en deuda absoluta cada vez que se pone la camiseta de la Selección.
Felipe Loyola: Correteó todos los minutos que estuvo, cada vez que hubo que ir al roce, no escatimó su esfuerzo e integridad, pero futbolísticamente no sumó, nunca logró descolgarse ni menos ser el jugador que rompe líneas y ataca con verticalidad, como lo hace en Independiente. Pareció extraviado a ratos y, al final, solo se dedicó a achicar espacios en tres cuartos de cancha, la mayoría de las veces sin lograr el objetivo. Un partido para el olvido.